White Lies – To Lose My Life (Fiction/Polydor)
El penúltimo hype llegado desde las islas británicas tiene como protagonista a este trío del oeste de Londres, que ha logrado gran éxito en su país continuando la estela de oscuras bandas de los ochenta como Joy Division, The Chameleons, Echo & The Bunnymen o The Sound, al igual que han hecho formaciones más recientes como Interpol, Editors, The Mary Onettes o nuestros Catpeople.
El principal escollo de estos chavales no es que hayan llegado tarde al reparto del pastel (que también), sino que para su desgracia, los grupos mencionados atesoran canciones mucho más intensas y creíbles que las suyas. Y eso que de primeras dan el pego, al abrir su debut con el que fue un esperanzador single de presentación. Porque “Death” es la mejor pista del elepé, pero poco tardamos en descubrir un tufillo a prefabricado que canta demasiado, buscando como presa fácil al adolescente vestido de negro en permanente conflicto con el mundo.
Aunque el punto de mira se centrase originalmente en las bandas mencionadas, cortes como “Fifty in our Foreheads” o “Unfinished Business” se nutren de teclados, sintetizadores y unos artificiales arreglos del productor Ed Buller –curiosamente tras los mandos en los primeros discos de Suede-, acercando su sonido a los pomposos Killers de Days & Age (2008). A pesar de algún que otro título salvable como “A Place to Hide” y “E.S.T.”, el disco adolece de falta de contenido, desorbitadas pretensiones y sobre todo una linealidad que induce al bostezo y termina aburriendo a las ostras. Durante casi toda la escucha es difícil desprenderse de la sensación de estar escuchando a unos jovenzuelos jugando a banda de rock.
Demasiado relleno por tanto en un álbum del que lo mejor será rescatar un par de temas, incluirlos en el próximo recopilatorio para el coche y olvidarse del resto. Lo siento queridos ingleses, pero esta vez no cuela…