Houndmouth – From the Hills Below the City (Rough Trade)
Se podría concretar mucho más de no ser por esa tradición tan norteamericana de no renunciar a algo por mucho que otro se te haya adelantado. Qué importa que un nombre de ciudad ya esté adjudicado: Estados Unidos es muy grande. El caso es que, tomando con alegría el primer disco de Houndmouth, uno se encuentra con un mapa que cruza media Norteamérica. Casi una decena de referencias geográficas y unos 5.000 kilómetros de cartografía yanqui que le da la credibilidad necesaria a la evocadora americana de la banda del sur de Indiana.
De New Albany al centro de Louisville hay apenas 10 minutos. Lo que tardas en cruzar Ohio River. Desde ahí empieza la diáspora de cada uno de los personajes del debut de Houndmouth, un tratado de la itinerancia espiritual del ser humano, un cuaderno de bitácora con las idas y venidas del que huye de algo sin que eso implique saber de qué. From the Hills Below the City es una colección de vidas que pasan más tiempo del recomendado fuera de lugar, lejos de su hogar, como en «On the road» («I´m going down where nobody knows me«), «Come on, Illinois», «Halfway to Hardinsburg» («you were halfway to Hardinsburg, and you are halfway to hell«) o «Palmyra»; pero también son vidas misteriosamente engaitadas por los placeres de la senda torcida, siempre lejos del camino recto, como en «Penitentiary» («I couldn´t score a job, so I did the next best thing and I learned how to rob«), «Casino (bad things)», «Houston train» o «Comin´ round again» («but all the money that I got, I acquired from selling cocaine«).
Para sus historias de almas ambulantes, la banda de Katie Toupin, Matt Myers, Zak Appleby y Shane Cody echa mano de su intensa americana de aristas. Recuperan tres de los cuatro temas de su EP, tan celebrado en 2012: la magnífica «Penitentiary», el mantra epifánico y pseudogospeliano de «Krampus» («I see the light shining on me, I´m coming home for the winter«) y «Houston train», esa confesión de vida aguitarrada que canta Toupin al teclado como si fuera la novia yonki de Cash («told you I´d meet you in Memphis if you bring me those pills«). Con ese EP, el cuarteto insinuaba lo que ha acabado de demostrar en formato largo: están muy por encima de otros referentes que, como Two Gallants o The Lumineers, transitan por el mismo territorio.
Con una sorprendente masa corporal, el rock de pura raíz norteamericana de Houndmouth es jugoso, fresco cuando toca y se mueve con una soltura pasmosa por los diferentes estados del género a pesar de tratarse de un producto de insultante juventud. Cantan casi todos los miembros con la misma desenvoltura, e igual que juegan con las voces en las festivas y aparentemente ligeras (no lo son) «Hey Rose», «Ludlow» o el mismo single «On the road», finiquitan perfectos medios tiempos folk como «Long as you´re at home», «Halfway to Hardinsburg» o la temblorosa «Palmyra». Siguiendo sus propios pasos en la estela de Drive-by Truckers, From the Hills Below the City es un homenaje rico, digno y enjundioso a la tradición folk-rock de grupos como (arrodíllense) The Band.