Pinkunoizu – The Drop (Fulltime Hobby)
Lo convencional ni se ajusta ni se ha ajustado nunca a la banda danesa Pinkunoizu. En la exploración de un estilo que, si acaso, se aproxima al dream pop, terminan por grabar genialidades como su último álbum, The Drop.
Este cuarteto tiene predilección por los sonidos instrumentales con tinte etéreo. «Nos apoyamos en el inconsciente y en la intuición, dejando las cosas lo más abiertas posibles», explica Andreas Pallisgaard, vocalista y guitarrista de la banda. Le acompañan Jeppe Brix en la guitarra; Jakob Falgren en el bajo y el teclado; y Jaleh Negari en la batería.
A lo largo de The Drop la progresión es exquisita, convirtiéndose el CD en una curva que parte de la potencia más extrema, descendiendo poco a poco hasta culminar en relajados sonidos acústicos. «The Great Pacific Garbage Patch» abre el disco con sonidos oníricos que van transformándose en un pop algo menos abstracto. En esta línea, «Moped» tiene también ese toque neblinoso e irreal. Hay una canción, «The Swollen Map» que se inspira en el cuento de Jorge Luis Borges llamado «Del rigor en la ciencia», acerca de un mapa que es más grande que el terreno que representa. Sin duda, el plato fuerte es «Necromancer», un tema de casi diez minutos y más de una parte. Comienza con un riff de música enlatada, infantil, que se corta en un interludio cuasi mudo y culmina con una fase musical protagonizada por la guitarra.
«La fantasía es una parte de la música clásica que deriva de las ideas sueltas y de la improvisación. Algo que encaja muy bien con The Drop«, explica Andreas. Fantasía, sin embargo, que va a acaparar la primera mitad del álbum, haciendo de la segunda una mucho más tangible, pero que no roza ni por un segundo lo convencional. Canto en susurro, cierta aura de misterio y un toque de ruido: esos son los tres creadores «Pyromancer». Con ese color íntimo nace «Down in the Liverpool Stream», mucho más suave y lenta que el resto de canciones del CD y, además, acústica en su mayoría. «Tin Can Valley» se posiciona en un nivel más animado y muy pegadizo. La sorpresa de esta mitad llega con «I Said Hell You Said No», que comienza como una balada jazz de los sesenta. Todo son pros y no hay ningún contra para este The Drop de Pinkunoizu que lleva la originalidad como sello de identidad.