Alondra Bentley – Resolutions (Gran Derby Records)
Alondra Bentley tuvo la suerte -o la desgracia, según se mire- de darse a conocer en plena eclosión del fenómeno «chicas monas con guitarra» que asoló el país hace algunos años. Sin embargo, Ashfield Avenue (09), su refulgente debut, dejaba a las claras que su propuesta era sensible, seria y firme.
Años después, regresaría con el disco orientado al público infantil Sings for Children, It’s Holidays (12) y el íntimo The Garden Room (12). Con la perspectiva del tiempo, y ya casi por entonces, nos dimos cuenta de que los nuevos temas andaban lejos de su ópera prima, los inconvenientes típicos de haber parido una primera obra reveladora.
Corríamos el riesgo de llegar a un punto difuminado, de olvidarnos de nuestro estimado pájaro cantor. Pero no. Resolutions (15) supone una salida valiente y resplandeciente, un giro de timón aparcando su folk característico y virando hacia territorios más pop, electrónicos y ornamentados, sin que eso suponga en absoluto perder la esencia, tarea más difícil de lo que parece ante piruetas estilísticas de cierto calado.
Grabado en Virginia por Mattew E. White (Natalie Prass) y contando con la colaboración del colectivo Spacebomb, la inglesa dibuja vaporosos pasajes inéditos que, sin embargo, surca plena de convicción, verdad, templanza y resultados más que satisfactorios. Nada suena impostado o hueco, me creo lo que escucho. Distinto, sí, pero válido. Qué demonios válido, notable añadiría. Precioso sin resultar cargante, aventurado sin resultar peregrino y luminoso sin resultar ñoño.
La nueva Alondra convence sobre todo porque ella lo está con lo que hace; especial y curiosamente en sus temas más recogidos: «Pegasus» (esos ecos vocales iniciales a lo Sigur Rós, ¿soy yo el único que los aprecia?), la hermosa «Effort and joy» y el sentido broche con «Water». Pero este es un trabajo hecho para contonearnos con los ojos entrecerrados y dejarnos llevar como ya apuntaba la bailable «What will you dream» y confirma ahora la redonda «Remedy».
Reconforta encontrarnos ante una renovada artista radiante y convencida de su nueva etapa, cantando, además y por imposible que parezca, mejor que nunca. Ardo en deseos de comprobar la puesta en escena de esta agradable sorpresa que nos ha deparado el ejercicio musical 2015.