The School – Wasting Away and Wondering (Elefant Records)
Los galeses The School, con Liz Hunt al frente, siguen explorando en su tercer álbum, Wasting Away And Wondering (Elefant, 2015), ese hermoso y florido territorio fronterizo que hermana el pop de chicas de los 60 (el de Supremes o Ronettes pero también el de las chicas ye-yé francesas) con el indie pop de Sarah Records. En ese terreno se mueven como pez en el agua, como ya demostraron en sus dos anteriores trabajos. Para este tercer álbum han aumentado la apuesta, añadiendo más miembros a una ya de por sí concurrida banda e incrementado el uso de cuerdas y vientos. Con ello consiguen un sonido en el que el girl-pop simple va dejando huecos para que aparezcan nuevos matices en su propuesta, aproximándose al sonido Motown y mostrando un barroquismo para el que el muy socorrido término “bonito” empieza a quedarse corto.
“Every day” arranca el álbum con ese delicioso sabor a France Gall o Françoise Hardy al que nos tiene acostumbrados Liza, pero pronto empiezan a aparecer esos matices de los que he hablado anteriormente: la sección rítmica de “Love is anywhere you find it”, que hemos escuchado en tantos éxitos de Motown (también en “Town called malice” de The Jam); el pop spectoriano de “All I want from you is everything”; las cuerdas de “Don’t worry baby (I don’t love you anymore)”, o el recuerdo a las Shangri-Las más oscuras y peligrosas en “He’s gonna break your heart one day”. El hit más evidente parece ser “Do I love you?”, un delicioso tema que podría haber salido del Brill Building en los 60, o de la mente de Paul Weller para Style Council.
The School amplían con este álbum sus fronteras, mostrándose como un grupo más compacto e interesante de lo que inicialmente daban a entender, uno con el que tanto los amantes del sonido Spector, de los éxitos pop de la Motown o de la música del revival mod podrían sentirse cómodos y disfrutar. Un proyecto el de Liz Hunt y los suyos que, lejos de agotarse en su sencillez, parece encarar el futuro con nuevas y prometedoras perspectivas.
Vaya portada más bonita.