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Entrevista: Mucho

“Hay mucha reticencia a la hora de expresar ideas reivindicativas en los compositores patrios”

Los madrileños Mucho han publicado recientemente Pidiendo en las Puertas del Infierno, su tercer álbum, con el que están obteniendo críticas muy positivas y del que te hablamos recientemente en Muzikalia. Editado nuevamente por Marxophone, en este disco Martí Perarnau IV y sus compañeros se lanzan a una aventura de teclados, ritmos discotequeros y letras ácidas, un cóctel sorprendente cuyo resultado es más que interesante. Hemos querido hablar con Martí Perarnau IV, autor de todos los temas, para que nos diera a conocer las claves de este álbum de mágica portada y sonido excitante.

«Pidiendo en las puertas del infierno» es un título brutal. Lo entiendo como el reverso tenebroso de «Knockin’ on heaven’s door». ¿Cómo dais con él?

Nunca había pensado en esa analogía pero ahora que lo dices me parece absolutamente excelsa. El título sale de la letra de la canción «Las puertas del infierno», es una letra que habla sobre nosotros, sobre la dureza de creer en lo que uno hace aunque nadie más crea. Me pareció una imagen bonita y llamativa y que definía muy bien el sentido general del disco.

La portada también merece mención especial. Parece haber bastante consenso en que es una imagen muy potente. ¿Qué significado tiene, o cuál le habéis querido dar al disco con esta portada?

La portada la ha hecho nuestro diseñador favorito: Emilio Lorente. Antes de tener las mezclas del disco le entregué mi iPod con unas premezclas chungas para que se hiciera una idea de qué iba el disco. Le dimos total libertad para que ilustrara en imágenes lo que le hacían sentir las canciones. El resultado en mi opinión es maravilloso. No sabíamos que el tipo de la portada era Mariano Rajoy hasta que nos lo dijo una vez el disco ya estaba en fábrica. Nos pareció una idea deslumbrante y que casaba perfectamente con la temática del álbum. Sobre el significado deberíamos preguntarle a él, pero para mí es el demonio disfrazado de banquero que te prohíbe la entrada al infierno, debajo se ve una barca con gente cruzando la laguna estigia camino del Hades.

«El animal de tres cabezas» que nos ha engañado está formado, según la canción, por Jesucristo (la religión), Superman (el entretenimiento) y Maradona (el fútbol). Hay un concepto interesante tras esa imagen, como los tres pilares de lo que podríamos llamar «el opio del pueblo». ¿Es así?

Pensé en un depredador de tres cabezas, muy hambriento porque lo había devorado todo, vagando por el desierto en busca de nuevas víctimas. Es una metáfora del capitalismo y de la sociedad que hemos creado a base de desprendernos poco a poco del humanismo. Era una manera de decir que ya no creo en nada, que todo lo que me enseñaron de pequeño sobre la humanidad ha acabado reducido a cenizas.

Desde un principio, o mejor desde el segundo disco, jugáis un poco con los ritmos funk, incluso discotequeros. Pero aquí os habéis desatado ya por completo, como en «Nuevas ruinas», donde os atrevéis con falsetes en el más puro estilo Mika, Scissor Sisters o el finado Prince. ¿Fuera prejuicios?

Absolutamente. Entre el segundo disco y el tercero he pasado una época de revelación musical. He hecho un esfuerzo consciente por escuchar todo tipo de música y he descubierto que me gustan cosas de lo más variadas. Pensé que era muy poco honesto estar escuchando cosas tan diversas en casa y luego tener prejuicios con las creaciones propias así que me propuse intentar hacer canciones sin tener prejuicio alguno. Creo que ponerse cortapisas a la hora de crear te desvía mucho de la honestidad y eso lo considero un error. Quería hacer un disco muy honesto y pensé que lo más honesto era mostrarme tal y como soy y no poner obstáculos a la creación. La censura y la autocensura son dos cosas terribles que me he propuesto eliminar completamente de mi vida. Especialmente en esta época, en la que todo lo que se dice y todo lo que se hace es susceptible de ser juzgado, creo que es especialmente importante burlar y despistar a todo lo que huela un poco a censura y a prejuicio.

Es curioso también el contraste entre el supuesto hedonismo de la música de «Nuevas ruinas», y la crudeza de la letra, algo que se repite en más momentos a lo largo del álbum. El concepto parece ser «quejémonos, maldigamos incluso, pero sin dejar de bailar y divertirnos».

Siempre me han gustado mucho los contrastes radicales en las canciones. A lo mejor estoy equivocado pero siempre he pensado que «Ok Computer» es un claro ejemplo de esto: un disco que a la postre parece nostálgico y triste pero con letras totalmente anticapitalistas. Buscaba un poco ese contraste entre música y letra. Música luminosa que transmita alegría de vivir y ganas de bailar y a la vez hacer el maridaje con una letra rabiosa y cabreada. Pasa constantemente en todo el disco, creo que ese es un hilo conductor bastante claro de todo el álbum. En las maquetas se me hacía extraño pero pensé que era algo muy original y que era divertido hacer esta propuesta artística.

Hay también más protagonismo del sintetizador, de la electrónica en general, y quizás menos de las guitarras. ¿Cómo describiríais vuestra evolución musical en estos cinco años desde vuestro debut?

Ahora que ha pasado el tiempo me he dado cuenta de que realmente nunca deberíamos haber editado nuestro álbum de debut, aunque seguramente si no lo hubiéramos editado y sin el viaje mental que eso supuso nunca habría encontrado mi lugar como compositor. La evolución musical para mí no ha sido lo primordial para avanzar sino más bien la psicológica. Nunca había cantado en mi propio idioma y he tenido que hacer un éxodo psicológico para encontrar mi voz y mi sitio en la música. Creo que en el EP «Grupo Revelación» y especialmente en este disco es la primera vez que al ponerme delante del micro a cantar las letras verdaderamente he disfrutado una barbaridad y he sentido cómo mi voz salía libre y poderosa hacia el micro. Para mí ese es el descubrimiento y la evolución. En cuanto a lo musical, básicamente ahora soy mejor músico que hace cinco años, he aprendido mucho de mucha gente con la que he colaborado y sobretodo intento ir más a la canción que a la complicación. El hecho de hacer un disco sólo con sintetizadores salió al componer la primera canción de este disco: «Fue». Me compré un Solina String Ensemble y compuse «Fue» nada más me llegó. Me encantó el resultado de componer una canción tan solo con teclados y una caja de ritmos y pensé que sería muy interesante ver qué pasaba si intentábamos hacer un disco solo con esas herramientas. El resultado es este álbum. Además yo siempre he tocado los sintes en muchas bandas pero los había usado como base exclusiva para un disco, así que tenía una deuda profunda con ellos. Ahora que lo hemos hecho veo que en cierta manera hemos creado tendencia , ya verás como ahora empiezan a proliferar discos con este sonido en España. 🙂

En diversas canciones parece que jugáis a ir dando vueltas a un ritmo, a un concepto, manteniendo la tensión y dejando al oyente a la espera de un estribillo que nunca llega. No sé si era lo que andabais buscando, pero esos momentos resultan inquietantes, perturbadores.

Realmente siempre hemos sido muy fans del progresivo y creo que es por eso que surgen esos momentos perturbadores. Por otro lado también son canciones que tienen mucha letra, así que los estribillos tardan bastante en llegar. Es como cuando The Cure hacían sus intros de dos minutos y parecía que la voz nunca iba a entrar pero aplicado a los estribillos, siempre me emociona pensar en The Cure.

Aunque en vuestros anteriores trabajos pueden encontrarse algunas muestras de conciencia política, en este álbum sois más directos que nunca a la hora de criticar el sistema, como en «Perro Negro S.L.» ¿Es un recurso lírico más, o realmente hay una voluntad de alzar más la voz, de rebelarse contra un sistema injusto que permite lo que está ocurriendo con la política?

Como te decía antes quería hacer un disco que fuera muy honesto y que las letras reflejaran quién soy, mostrarme desnudo y sin hostias. Eso ha provocado que surja esa crítica rabiosa al país de mierda en el que vivimos. Podríamos decir que en las letras del álbum no hay recursos líricos, más bien es que no hay recursos, sólo hay vómito. No tengo un recuerdo claro de haber escrito ninguna letra, es como si la realidad se apagara en esos momentos. Todas las canciones están hechas con una letra previamente escrita, es decir, los textos se hicieron primero, lo que pasa es que eran textos muy extensos redundando sobre una idea concreta, «El león de tres cabezas» podría haber durado doce minutos si hubiera utilizado toda la letra que tenía escrita. Muchas de ellas están escritas en el móvil mientras andaba por la noche por la ciudad vacía y son extensísimas. Recuerdo escribir compulsivamente, casi automáticamente , ser como una catarata de alta montaña, no había fin y sobretodo no había cortapisas, las letras se escribían muy rápido y todo lo que me venía a la cabeza lo anotaba. Se podría decir que el trabajo vino luego al ahora de elegir, de esas letras, qué es lo que se quedaba en la canción.

¿Tiene algo que ver con este repunte de vuestra conciencia social el fichaje por Marxophone, un colectivo que destaca en ese sentido?

Realmente creo que no ha influido para nada esa cuestión. Lo que sí ha influido es la libertad que he percibido en artistas con los que coincido y algunos de ellos son de Marxophone. Por ejemplo, me parece único e increíble Nacho Vegas, y obviamente su lírica y su música me han influido sobremanera, pero al igual que me influye Jorge Drexler, Kendrick Lamar o Prince. Para mí hay dos lecturas: una es la letra, en ese sentido todo surge de las ganas de hacer letras honestas, mi honestidad pasa por decir qué es lo que pienso y lo que me afecta y eso se traduce en que tengo que hablar de lo que está pasando en este país, la honestidad de Drexler no es la misma que la de Vegas ni la de Lamar pero todos son honestos, esa era mi búsqueda, mostrarme tal y como soy; la otra lectura es la musical y allí es donde entran en juego todos los descubrimientos que he hecho durante estos años, tanto musicales como con los sintes analógicos y la música electrónica.

¿Qué impresión, por cierto, os causa nuestra clase política, su incapacidad manifiesta para evitar los casos de corrupción, para ponerse de acuerdo y no repetir elecciones, para ponerse a trabajar de una vez para sacar a este país de un retraso de décadas?

Creo que una parte de lo que pienso sobre nuestra clase política ya está bastante clara en el disco. Viendo el nivel que están mostrando deberíamos hacer un disco doble todos los artistas de este país para expresar todo el odio que se merecen, pero eso no pasará. Hay mucha reticencia a la hora de expresar ideas reivindicativas en los compositores patrios, tengo la sensación de que hay miedo a decir lo que se piensa y eso tampoco ayuda.

Mi impresión sobre la clase política daría para un ensayo de muchas páginas así que si me lo permitís no entraré a elaborar mis argumentos al respecto. Creo que no quieren educación pública porque quieren ovejas trabajadoras sin pensamiento crítico, que trabajen, callen y mueran habiendo pagado sus impuestos y habiendo vivido en la hez. Creo que el capital controla a los políticos, a los medios y a todos los estamentos del poder y que la crisis de humanismo y de valores que sufrimos en este país también es aplicable a Europa. Todo lo que ha pasado y lo que esta pasando en estos últimos años es para ser muy escéptico y para huir muy lejos de aquí. Pensé que este odio que siento en mi interior iría a menos si lo exorcizaba en canciones pero se están empleando a fondo para que cada vez el odio que siento sea mucho mayor.

Contadnos, para ir terminando, la historia de «Reunión de pastores, ovejas muertas», porque algo he leído por ahí y me parece muy interesante y divertida.

«Reunión de pastores, ovejas muertas» es una canción producto de la amistad y de la hermandad. En una ocasión hicimos dos fechas conjuntas con nuestros amigos de Mi Capitán donde militan a la vez muchos de los Egon Soda. Después de un concierto colaborativo en Miranda de Ebro bastante increíble nos fuimos a tomar unos copazos, tal y como manda la tradición del noble arte del rock, lo que sería el equivalente al tercer tiempo de los jugadores de rugby. En la puerta del bar de repente nos juntamos muchos barbudos haciendo un cigarro y riendo en alto, justo en ese instante pasó una señora con mucha sabiduría a sus espaldas y nos dijo esta frase: «Reunión de pastores, ovejas muertas». Nos pareció una frase absolutamente brillante, yo que soy un ignorante que sólo ha vivido en la gran ciudad nunca la había escuchado. Entrada la noche hablando con Ferrán Pontón, para mí uno de los mejores letristas y escritores de esta vida, se nos ocurrió que sería una gran idea hacer una canción con esa frase. La cosa se fue liando y acabamos quedando en que Ferrán escribiría una letra y que haríamos una canción con distinta música pero misma letra y que cada uno la incluiría en su próximo álbum. Pasaron los meses y un día recibo un mail con la letra de Ferrán, quedo abrumado por lo flipante que es y veo que es fundamental que en el disco de Mucho hay que dejar un hueco para esa canción. En nuestro caso acabó convirtiéndose en la canción más rara que hemos hecho nunca y nació de una jam que hicimos en el estudio, teníamos la tranquilidad de que la letra era mucho mejor que cualquier letra mía. Ricky Falkner cantante de Egon y productor de nuestros discos junto a Santos Berrocal y Fluren Ferrer, acabó cantando en nuestra canción y yo acabé cantando en la suya. Nuestra grabación se realizó entre la grabación de Egon Soda, así que como podéis comprobar todo se basa en la hermandad más profunda. Los únicos que no han sabido gestionar el asunto son los de la SGAE porque nunca se habían encontrado con dos canciones distintas con el mismo título y la misma letra, que se vayan preparando.

Seguís con gira de presentación del disco, y tengo entendido que estaréis en algunos festivales. ¿Cómo se presenta el verano?

Tenemos por delante un verano bastante jugoso y ajetreado. Tocaremos en bastantes festivales y tenemos intención de aprovechar esos escenarios para dejar huella con nuestra cosmicidad eterna.

 

 

Un comentario en «Entrevista: Mucho»

  • Crack Martí. Aunque no somos amigos en el sentido literal, nos conocemos desde hace muchos años (y alguna que otra birra nos hemos tomado juntos), y además personalmente he tenido alguna que otra conexión tanto con Sunday Drivers, Underwater Tea Party y Mucho, así que me alegra mucho leerles, escucharles y seguir su carrera.

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