Entrevista: The New Raemon & McEnroe
“Colaborar con otros artistas debería verse como algo enriquecedor, sobre todo a la hora de ver tu carrera como algo de largo recorrido”
Ramón Rodriguez (The New Raemon) y Ricardo Lezón (McEnroe) han unido sus fuerzas y acaban de sacar Lluvia y Truenos (Subterfurge/BCore) un disco sorprendente de principio a fin que tiene visos de algo más que una simple colaboración. Estuvimos charlando con los dos y nos explicaron el porqué de este trabajo conjunto, el proceso de grabación y al final la entrevista acabó derivando en una conversación entre amantes de la música, desvelando también algún que otro “secreto” de la grabación.
La primera pregunta es obligada, amigos. ¿Cómo surge la colaboración y cómo logra culminarse con la grabación de un disco?
Ramón: La madre de mis hijas me grababa sus discos (refiriéndose a McEnnroe) y empecé a escucharlos, dije “si me los graba será por algo y tiene que molar mucho” y entonces ahí fue cuando comencé a descubrir a Ricardo por sus canciones. A medida que iba escuchándolo cada vez pensaba más en que ese grupo estaba haciendo algo especial. Es lo que le decía a Ricardo un día, tienen una virtud que es tocar de esta manera tan suave y contenida pero que a la vez suena enorme y eso es muy complicado de conseguir. Cada vez estaba más convencido de que tenía que hacer algo con él. Un día le pedí el número de teléfono a un amigo y le llamé… “Hola mira, soy…” (Risas)
¿Cuándo fue esto?
Ramón: Esto fue hace dos años
Ricardo: ¿tanto?
Ramón: Sí, la llamada fue hace dos años, acabábamos de sacar nuestros respectivos discos y luego al año siguiente comenzamos a grabar. Y nada, como te iba diciendo; volvimos a contactar y lo hablamos en plan “¿Qué? ¿Estamos listos ya?” Y empezamos a mandarnos canciones y decíamos: “Dios mío esto suena increíble” (risas) y así nos animábamos mutuamente. La verdad es que fue todo muy fluido, muy fácil. Por mi parte; este es el disco de colaboraciones que he hecho del que más orgulloso y contento estoy.
A medida que lo he ido escuchando y aunque sepas quien ha escrito cada canción, es todo una unidad. ¿Cómo habéis planteado la unidad total del disco en ese sentido? Teniendo en cuenta que los discos ya no se escuchan como antes. Quiero decir: ya la gente tiende a pasar una canción, o quedarse con una, desechar otra…
Ramón: Pues mira, por ejemplo: el orden de las canciones es fundamental a la hora de hacer un disco, es una de las piezas más importantes. Tiene que tener cierta lógica y dinámica, dependiendo de donde pongas cada ficha va a haber un resultado u otro. Aquí lo que pensamos un poco fue; como hay seis canciones de cada uno pues lo lógico era poner una de uno y luego otra del otro, entonces la gente así sabe a lo que estamos jugando. Pero todo dentro de una lógica, si te fijas por ejemplo; el disco empieza con unos pájaros y termina también con unos pájaros. Aunque parezca un disco muy sencillo en el que todo está muy claro y se entiende muy bien, muy limpio, también por la producción, pero pienso que es un disco más complejo de lo que parece.
En lo que dices del orden de las canciones y la forma de escuchar música, no estoy de acuerdo. Yo quiero pensar que la gente sigue escuchando los discos enteros desde el principio.
Ricardo: A mí me gusta escuchar los discos a la manera de siempre, entero y todas las canciones. Lo que yo llamo “escuchadores”. Es una expresión que ya usábamos cuando empezamos con McEnroe, nos llamábamos así; escuchadores porque escuchábamos los discos atentamente y lo poníamos ochenta veces… y ahora a pesar de todo el cambio que ha habido en las formas de consumir música, pues hemos seguido igual.
Comentabais las canciones os las mandabais. ¿Eran temas que ya teníais hechos o están creados especialmente para el disco?
Ramón: Yo personalmente he escrito todas las canciones para que le gustaran a Ricardo. Eso de alguna forma te hace ir por otros caminos y alejarte de lo que haces habitualmente, porque no estás tan metido en ti mismo y haces algo para que lo escuche otra persona y tratas de ponerte en su lugar.
Ricardo: Yo hay dos canciones que las tenía escritas hace mucho que son: “La carta” y “Malasombra”, que por lo que fuera se habían quedado ahí sin entrar en ningún disco, no estaban grabadas, yo creo que al final ha sido como si hubieran estado esperando el momento y al final ha sido este. Las otras cuatro han sido escritas para este disco.
Los anglosajones están muy acostumbrados a colaboraciones y aquí en España, a pesar de que se ven más últimamente, no creo que estemos tan acostumbrados como por ahí fuera. ¿Por qué creéis que se da esto?
Ramón: Bueno, yo creo que aquí siempre lo hemos visto como algo comercial o corporativo, más como un invento de los sellos o la industria para vender. Por ejemplo: “vamos a poner a Manolo el de la flauta y a Paco el del tambor a ver qué sale” (risas). Yo creo que eso mucha gente lo tiene en el subconsciente y se lo toma como algo muy hortera. Cuando en realidad el colaborar con otros artistas debería verse como algo enriquecedor, sobre todo a la hora de ver tu carrera como algo de largo recorrido, que es como me lo tomo yo. El hecho de ver lo que has hecho dentro de X años pues será como un balance y decir pues esto es lo que he hecho y he llegado hasta aquí. También lo de sacar discos en tu carrera cada año puede llegar a cansar y lo de colaborar con alguien es como un intercambio en el que las dos partes ganan con la experiencia de cada cual. En nuestro caso yo creo que yo le he dado cosas y él me ha dado cosas a mí.
Ricardo: En mi caso es diferente porque he tenido la música como algo muy importante en mi vida pero no a nivel profesional, muy importante pero ya te digo; de manera amateur. Y eso a pesar de llevar quince años con el grupo, con el cual hemos hecho un universo propio y particular en el que estamos muy metidos. Habíamos hecho colaboraciones pero de otra manera, jugando siempre en nuestro campo. Ahora a raíz de esto, la verdad es que voy a plantearme la música de otra manera y claro; que me llamara Ramón, aparte de una sorpresa fue algo increíble. Ramón lo valorará dentro de diez años (risas) y yo lo valoro ahora.
Entonces…Te quedaste alucinado cuando te llamó Ramón.
Ricardo: Sí, es que a mí me pasó algo parecido que lo que le pasó a Ramón con su ex mujer. Yo era muy fan de Madee (el primer grupo de Ramón) de hecho creo que era el único fan de España (risas).
Hombre algún fan más habrá
Ramon: Bueno ahora sí claro, ahora se ve que molábamos mucho (risas).
Ricardo: Continuando; yo daba la brasa a los de mi grupo con Madee: “Esto suena que te cagas, mucho mejor que los grupos americanos hay ahora”. Luego perdí la pista a Madee. Al cabo de un tiempo me llega Gonzalo, el guitarrista de McEnroe y me dice: “¿Oye has escuchado el disco de The New Raemon?” Y yo le digo que no, claro. No sabía ni lo que era eso (risas). El caso es que me pongo a escucharlo sin saber que era el de Madee y pensé: “Esto suena de la hostia”.
Así que imagínate, cuando me llamó; le dije que sí sin pensármelo. Y bueno, ahora recordando ya habíamos hablado en alguna ocasión. También me acuerdo de una entrevista que leí de Ramón en Rockdelux en la que hablaba de lo que comentábamos antes, del paso de lo que es un músico a amateur a pasar a vivir de la música, si eso te lleva a perder cosas en tu música o no, también el hecho de que a nivel personal te pueda enriquecer espiritualmente el poder vivir de lo que te gusta. Pero también del miedo que supone ese paso tan grande, la verdad es que estaba de puta madre explicado.
Ramón: Sí, en esa entrevista hablaba de lo que supone pasar a vivir de la música sin pervertir tus canciones, ya no el rollo de perder autenticidad, simplemente seguir haciendo la música que te gusta sin fijarte si se va a vender más o menos. Esto ha sido como una tortura muchos años, pero al final me di cuenta que podía hacer la música que me diera la gana y seguir adelante. Estaba en un momento que me llamaban de sellos discográficos y multinacionales que sabían que cumplía mi contrato con B-Core, ahí decidí hacer el disco Libre Asociación (2011) que es un suicidio tanto comercial como artístico pero es porque yo lo sentí así, no quería hacer discos como churros. Y así pienso que debe ser, prefiero sacar discos que igual no son comerciales pero que llevan dos o tres canciones de las que me siento orgulloso.
Cada vez es más complicado hacer un disco, es realmente difícil el concepto de álbum y que te quede redondo.
Bueno, además de eso; supongo que tiene que ser también una responsabilidad muy grande contigo mismo el pensar en dedicarte a la música (digamos) profesionalmente. Me refiero en el ámbito puramente laboral y materialista, en el sentido de saber si vas a llegar a final de mes.
Ramón: No solo eso, yo tuve un problema muy grande, había estado en Madrid y había dado bolos de 200/300 personas pero de repente me encuentro que en el primer disco en castellano, que yo no quería sacar al principio, ojo, me convencieron gente como: Jordi de Bcore, Ricky Falkner… Empezaron a pasar cosas de repente. Pensé “o dejas tu trabajo o esto no sale”. Me subí a ese tren y cuando tenía que hacer el segundo disco tenía esa presión. Es como si ya tuviera que gustar a x gente, ya tenía mis fans de los tiempos de Madee, que también perdí fans del tipo “talibán” de los que no admiten cambios. Eso te afecta de tal manera que también influye en la creatividad. Con La dimensión desconocida (2009) fue la primera vez que me plantee que un disco tenía que gustar. Entonces cuando saqué Libre Asociación dije, “se acabó, tengo que volver a sacar un disco que me guste a mí”. Un disco tiene que ser diversión e inventarse las cosas, como un juego, al final todo esto venia por el tema de ganarse la vida con la música, al final si eres coherente pues sí puedes pero hay que trabajar muy duro, a no ser que abiertamente quieras hacer música comercial. Si tú te sacrificas es la obra que la habla por ti y eso pasa con Ricardo y por eso le llamé, no hay ninguna de las canciones que no me guste. Quiero tener sesenta años y poner un disco que grabé hace 15 años y decir…esto ha merecido la pena.
Ricardo: Yo estoy un poco en eso, estoy aprendiendo. A mí cuando me han preguntado, siempre he dicho que es imposible. Estoy dando como el salto y me vale mucho lo que estoy viendo y te entran las dudas y piensas “quiero grabar un disco en solitario”. También te entran las típicas dudas de “¿Qué canciones toco en directo? Si me pongo a tocar las baladas que me gustan; igual no viene nadie al concierto” (risas) Por eso oigo hablar a Ramón y aprendo de él.
Ramón: Luego está la gente que siempre ha deseado ser un artista que lo peta. Desde el respeto ¿eh? qué cada uno haga lo que le salga de los huevos. Por ejemplo: Santi Balmes. Él sabe perfectamente donde está y lo que hace es muy difícil, salir ahí todas las noches al escenario y hacer lo que hace. ¿Tú te imaginas a Ricardo o a mí haciendo lo mismo? Yo no. Para eso hay que valer y tener interiorizado eso de ser una estrella.
Hablando del disco y el tema de la producción del mismo. Habéis grabado en La Mina con Raúl Perez ¿Por qué os decantasteis por él? ¿Se nota su mano en la producción final?
Ramón: Por supuesto que ha tenido un papel clave y en el disco hay un toque suyo. Hay productores que son técnicos de sonido o ingenieros, otros son arreglistas. Raúl tiene un poco de todo, es como Carlos. Conoce su estudio y trabajo de p a pa.
Ricardo: Raúl tiene ilusión le hace la misma ilusión que a ti y luego claro la tranquilidad que transmite desde un principio. También te contagia el entusiasmo y las ganas.
Ramón: Todo ha fluido muy bien, la verdad es que el disco ha sido preparado con tiempo cariño y no ha sido nada improvisado y además Raúl ha hecho que la magia surgiera. Ha sabido capturar eso, lo que ocurría al mezclar músicos que no se conocían. Yo me llevé a Javi Vega y a Marc Clos. Pensé “vamos a juntar una serie de personas a las que algunas no conozco y a ver qué sale de aquí”. También es verdad que ha podido escuchar cuatro meses antes de grabar pero ya te digo, ha sabido captar la química que ha habido entre los músicos.
Ricardo: Yo desde que descubrí La Mina no he trabajado con otra cosa.
Ramón: Si es que es tal el ambiente que se respira allí… mira te voy a contar una cosa que no la hemos contado a nadie y no sé si se la contaremos a alguien más. La portada…
Vaya. Precisamente os iba a preguntar ahora por ella.
Ramón: Yo siempre he trabajado con Arnau Pi que es diseñador gráfico, y como tal pues piensa en líneas de composición… esta vez quería que el disco tuviera fotos, me llevé a Noemi Elias que es una fotógrafa excepcional. El caso es que el último día, cuando ya habíamos terminado de grabar todo y ya nos íbamos de allí, empezó a llover. Había hecho un tiempo totalmente diferente durante toda la grabación y de repente salimos y el diluvio, fue como una señal. Dije a Noemi que se pusiera a sacar fotos a la caravana, se fue hacia ella mojándose ella y la cámara y salieron esas fotos tan increíbles.
Ricardo: La historia de la caravana es la historia de La Mina y refleja muy bien como es el sitio y todo lo que desprende. Pero es una historia que no sé si se puede contar así tal cual (risas).
Cuenta hombre.
Ricardo: Venga va. Raúl se compró esa caravana “vintage”, que es alucinante, sin ni siquiera tener carnet de conducir (risas) que es como construir la casa por el tejado. En un principio era para viajar por ahí con ella. De momento está esperando su oportunidad y ahí está como un personaje viviente y habitante de La Mina.
De momento ha salido un disco excelente. ¿Veis continuidad? Quiero decir ¿os veis como el caso de Corizonas? (por ejemplo) que empezó un poco así y fíjate ya es un grupo en sí mismo.
Ramón: La dinámica de trabajo con Ricardo se retroalimenta, pienso: “me voy a currar una canción que le mole” y eso es una motivación extra. Yo sí haría más discos con él.
Ricardo: Hombre, yo también, sin pensarlo.
Ramón: Yo sé que pasará
The New Raemon & McEnroe estarán presentado Lluvia y Truenos en las siguientes fechas:
20 Enero – Valencia – Rock City
21 Enero – Murcia – Garaje Beat
27 Enero – Madrid – Teatro Circo Price