Maga – Salto Horizontal (Warner Music Spain)
Tras la gira triunfal con la que celebraron el decimoquinto aniversario de su debut –conocido como Álbum Blanco (2002)–, Maga sorprendieron con la ilusionante noticia acerca de un nuevo disco de estudio. Expectativas altas en consecuencia, tanto por la complicidad mostrada por el grupo en esos conciertos previos, como por el propio hecho de escuchar nuevos temas de una de las bandas más peculiares y trascendentes surgidas en la escena independiente de principios del nuevo siglo.
Seis años después del mediocre Satie Contra Godzilla (2011), la formación reaparece con el que bien podría ser su disco más luminoso y optimista hasta la fecha, tanto en narrativa intrínseca como en las propias formas que acompañan a ésta. Salto Horizontal (2017) es un trabajo esplendoroso, que apunta sin tapujos hacia el pop en sus maneras tradicionales y accesibles, al tiempo de mostrarse sólido como una roca y respetar la (valiosa) esencia de los sevillanos. Y esa es, precisamente, una de las peculiaridades y logros más llamativos del álbum. Se trata de saborear esa evidente evolución artística del trío que a su vez deriva en un trabajo claramente diferenciable del resto de su obra, pero que al mismo tiempo mantiene latente la personalidad de los autores.
La inconfundible voz de Miguel Rivera continúa imponiéndose como principal protagonista, manteniendo intacta toda la convicción de su interpretación, aunque en esta ocasión resuene más elegante y depurada que nunca. Junto a ella y en buena lógica, una de serie de arreglos y detalles de lo más apropiados, que embellecen y celebran, siempre respetuosamente y evitando difuminar el sentido (y sentimiento) de cada canción. El sexto disco del combo es capaz de mantener el interés a lo largo de todo el decálogo y, además, incluye alguna pieza tan redonda como “Domingo”, “Cuando nadie me escriba”, “Por las tardes en el frío de las tiendas”, o un cierre del tipo de “La Noria”, que remarca ese efecto radiante de todo el elepé. Una entrega, en definitiva, coherente y vital, que muestra a un grupo orgulloso de haber encontrado una madurez plena y, desde luego, muy bien entendida.