Entrevistamos a Lagartija Nick
Lagartija Nick nace en la década de los noventa con Hipnosis (1991) -su primera producción- tras la que esperaba una larga carrera para la banda granadina. Tiempo después, con la salida a la luz de Omega (1996) -siendo así su cuarto disco de estudio- sucede la ruptura de la formación inicial de los componentes Antonio Arias, Juan Codomiu y Eric Jiménez, quienes se vuelven a unir para dar vida a Crimen, sabotaje y creación (2017), una obra horneada a fuego lento lista para subirse a los escenarios el día 28 de este septiembre en la ya mítica Joy Eslava de Madrid.
“Estar juntos nos da un punto de confianza muy fuerte y el resultado de este último disco es sorprendente, muy positivo.”
Tras más de cinco años de la salida a la luz de vuestro anterior trabajo Zona de conflicto, ¿se podría considerar Crimen, Sabotaje y Creación la secuela de la nueva temporada por venir de Lagartija Nick?
Se han abierto nuevos caminos en nuestra música donde la mayoría de nuestras influencias salen a flote. Gracias a este nuevo disco y gira hemos escarbado en gran parte de nuestro repertorio, eso nos ha dado una nueva perspectiva de la sonoridad y el mensaje que desarrollamos.
Sin desviarme de vuestro último trabajo, ¿por qué se tomó la decisión de bautizarlo bajo el nombre de una de las canciones de Zona de conflicto?
Las circunstancias lo impusieron, el disco devino en un grito ahogado de los acontecimientos que ocurrían a nuestro alrededor. El título era perfecto, aunque creara esa confusión al ser un tema de otro disco, le daba cierto misterio.
Viendo los tiempos en los que se sumerge el panorama musical, ¿cómo hace Lagartija Nick para no intoxicarse? Es decir: para mantenerse dentro del género punk; dicho género vuestro donde podemos apreciar influencias del flamenco, creando señas de identidad dentro de la banda.
Hay un componente de reivindicación bastante fuerte a la hora de expresar nuestra música. Intentamos recrear las influencias más palpables que nos motivan, en esa reivindicación por supuesto también hay una mirada sobre nuestros inicios y otra sobre nuestra intuición, supongo que lo hacemos por eso, por conservar al ADN de nuestra intuición. Somos el relato, la mirada mágica de lo que nos rodea.
Por otra parte, ¿cómo veis el punk -tanto en el aspecto cultural como musical- en la actualidad?
En Granada hay un gran grupo de punk, La URRS, muy recomendable, acaban de sacar un nuevo disco. Se han abierto muchos caminos de expresión musical de la ira en los últimos tiempos y el hecho de oír nuevas bandas punks me hace creer en la fuerza de la unión que representa y en la invitación, siempre recomendable, del háztelo tú mismo.
Vuestras letras suelen tener un mensaje bastante político con cierta carga de crítica social. En el caso de Crimen, Sabotaje y Creación cabe destacar La leyenda de los hermanos Quero como claro ejemplo. ¿Podéis hablarnos sobre vuestra inspiración a la hora de escribir? ¿Primero componéis la música y posteriormente la letra? ¿O viceversa? Y más concretamente, ¿cuál fue vuestra inspiración a la hora de escribir la canción anteriormente citada?
En este disco ha sido la primera vez que he tenido como unas cuatro letras para cada tema, distintas. Los faros que las iluminaban en este trabajo eran los textos de mi hermano así que intenté que en todos los temas hubiese esa tensión Lorquiana y punk de los textos de Jesús, de ahí que me encontrase con varias letras para cada canción. La leyenda de los Hermanos Quero va en esa misma dirección, pero con la fuerza de la historia y la de compartir la voz de Charico, un gran y malogrado cantaor granadino que era nieto de los guerrilleros granadinos, eso convirtió la canción en memoria sentimental.
Si destripásemos, palabra a palabra, Mapa de Canadá -uno de los sencillos del disco-, podríamos definir el mundo al que nos enfrentamos día a día. ¿Cuánto pensáis desvalorada la palabra del artista?
La presentación collage del mundo que tanto hemos utilizado en nuestras letras está muy presente en este tema donde los flujos de migración se han detenido, donde la transfusión cultural que eso implica se ha paralizado también. Ese aislamiento supone una reivindicación de lo propio un poco obscena, lo único que pervierte al artista es convertirse en su propia influencia, eso lo degrada y lo simplifica.
¿Cuál fue el motivo principal para que los creadores de Hipnosis e Inercia -entre otros- se vuelvan a juntar para sacar un disco tan valorado por la crítica? ¿Notasteis cierto cambio en cuanto a compenetración o modo de trabajar con respecto a los primeros discos en los que currasteis juntos?
Habíamos tocado tantas veces Eric, Juan, Miguel y yo ese repertorio que no notábamos siquiera el paso del tiempo en nuestro sonido. El reto era grabar algo nuevo que pudiese reflejar todas nuestras influencias y el paso del tiempo en nuestra forma de componer. Fue un acto de sinceridad no acudir en todo momento al sonido y las composiciones que siempre han estado en nuestra música. Nos hemos atrevido con todos los estilos y formas de escritura que conocíamos, es la verdad.
¿Cómo ha sido el proceso de grabación de este último trabajo? ¿Cuánto ha habido de crimen, sabotaje y creación dentro del estudio?
Si queríamos tener la tensión sónica de nuestros primeros trabajos la condición era que debía grabarse en directo y bastante ensayado, ese fue el método de trabajo, quedar para ensayar y maquetar esas sesiones. El resultado fue muy satisfactorio y nos envalentonó para arriesgarnos bastante en algunos temas.
¿Cómo definiríais el sonido de Lagartija Nick en esta obra?
La incorporación a los teclados de JJ Machuca, él y yo ya habíamos hecho multiversos, supuso una ampliación del espectro, por lo tanto, no era sólo una cuestión de arreglos con teclas sino de creación de atmósferas, crear otra musicalidad dentro de nuestro rango. Creo que el sonido es más cinemascope, más horizontal y estéreo.
El testamento del Sol podría considerarse un homenaje a Jesús Arias y a Joe Strummer, uno de los íconos del punk británico. ¿Qué significa dicho epé para Lagartija Nick?
Queríamos editar en vinilo la canción que había quedado fuera del lp “Exilio” por cuestión de minutos y como había encontrado no hacía mucho ese material inédito de mi hermano, vimos que era una oportunidad tremenda compartir las canciones que le compuso a Joe Strummer y que además contaban una historia. La edición es preciosa y la colaboración de la familia de Joe fue total, así como la de Richard Dudanski, que toca en el tema Hymno y que fue batería de 101’ers y de PIL. Nick Hall, director del documental “I need a Dodge” también nos echó una mano, así que refleja esa unión entre Londres y Granada.
¿Cuánto ha influido el fallecimiento de Jesús en la composición del disco? ¿Existiría Crimen, Sabotaje y Castigo?
Los temas compuestos al principio tenían un aire muy punk pero cuando mi hermano se fue todo cambió. Había una necesidad de contar ese dolor a través de la música, de su música, y una intención muy fuerte de exponer su forma de escribir poesía, única y aún inédita. Su experiencia es la experiencia de todos los que han caído en el camino del terrorismo y esclavitud laboral que se ha impuesto en estos tiempos, jodidos pero contentos.
¿Qué esperáis de vuestro nuevo rumbo -si acaso creéis en esta nueva etapa de vuestra carrera como un desvío del camino ya trazado- siendo además los miembros originarios de la banda?
Estar juntos nos da un punto de confianza muy fuerte y el resultado de este último disco es sorprendente, muy positivo. Hemos estrenado en Granada una obra póstuma de mi hermano sobre ciudades bombardeadas que grabaremos el año que viene, hicimos lo de Buñuel, seguimos tocando, el sueño sigue vivo.
Aún sin haberos declarado fan de los festivales en anteriores entrevistas, ¿pretendéis veros las caras con algún festival de índole nacional?
Los festivales están bien, el tiempo en los mismos corre muy deprisa y no hay lugar para la distracción. Los grupos llevan muy buenas propuestas y es importante verlos, si esto no es una competición se parece bastante, así que a correr. Hemos estado en bastantes festivales y creo que nuestra propuesta sigue siendo muy distinta, un poco más compleja, pero nada más.
Presentáis vuestro último disco en la capital el día 28 de septiembre. Habrá antiguas canciones -imagino-, y sobre todo nuevas dentro del repertorio. Se caldea un ambiente de entusiasmo entre los oyentes de Lagartija Nick. ¿Cómo esperáis tal acogida?
Esta gira nos ha dado la oportunidad de abarcar gran parte de nuestro repertorio y hemos hecho un set list diferente en cada concierto. Tenemos un gran número de canciones preparadas de todas las épocas. Los bolos se convierten en una exploración en directo de toda nuestra experiencia vital y musical.
Poniéndonos en la catastrófica situación de haber perdido todos los seguidores hasta ahora atrapados tras horas de trabajo, viajes en furgoneta, pruebas de sonido y conciertos, ¿qué les diríais con el fin de recuperarlos?
No seamos catastrofistas que las hecatombes vienen por sí mismas. Siempre hemos agradecido el seguimiento de nuestros fieles, en el supuesto de su pérdida nosotros nos desvaneceríamos, así de simple, somos parte de ellos y ellos son una parte enorme en nosotros.
Siguen sonando como una apisonadora. Antonio Arias es un artista con mayúsculas