Lonnie Holley – MITH (Jagjaguwar)
Mi afición por toda la mística del artista outsider hizo que descubriera a Lonnie Holley, y que me quedara fascinado por una figura carismática dotada de un poder de atracción fuera de lo común. Un artista fuertemente imbuido por su propio folklore afroamericano, del cual desde hace más de treinta lleva haciendo una gran labor de preservación, manipulación, y difusión a través de sus obras de arte. Aquí pueden observar parte de su obra pictórica, escultórica, y performativa que consiste en ensamblajes que ocupan suelo urbano, realizadas a partir de objetos usados que Holley “resucita” dotándolos de fuerza metafórica preservando su devenir historicista. Una labor divulgadora no exenta de crítica descarnada a la vorágine consumista, o a la laxitud moral y religiosa.¿Qué es ser un artista outsider?¿Qué parámetros debe seguir? Son cuestiones que reabren un debate eternamente inconcluso, y que cíclicamente vuelven a ser de interés para algunas publicaciones especializadas. Supongo que rebuscar en esta “etiqueta” tiene mucho de romanticismo, pero también de elitismo desmedido, y en muchos casos esta búsqueda depara alegrías para sobrellevar una actualidad musical anodina. Lo que está claro es que a nuestro hombre, nacido en Alabama, lo etiquetaron así aunque yo lo veo más como un salvaguarda de la tradición vernácula afroamericana. Un personaje que goza de cierto prestigio desde hace años en los ambientes artísticos más underground, y que incluso es reivindicado por figuras asentadas el business como Bradford Cox, Bon Iver, o Cole Alexander.
Leía en la web The Fader una entrevista en la que, entre otras cosas, explicaba su desgarradora infancia: “…My mama had 27 children. I’m the seventh. You can imagine if a woman had three children that needed her titty, then it would be all right for another woman to take one away and feed from her breasts instead. One day this lady asked my mama if she could keep me overnight, and instead of taking me back the next day, she kept me. When I was four years old, that lady brought me back to Alabama and sold me into this whiskey house, to Mr. and Mrs. McElroy…”. Desnutrición, maltrato, casas de acogida, la muerte prematura…Cientos de historias que plasmar en canciones confesionales, arraigadas al blues y al gospel en una suerte de mantra derivativo, siempre dispuesto a garabatear una narrativa improvisada de un lirismo chamánico. Temas para exorcizar todos los fantasmas personales, y de paso (de)construir el folklore de los olvidados.
Después de dos excelentes trabajos, Just Before Music y Keeping a Record Of It bajo el sello de Atlanta Dust To Digital, este artista multidisciplinar y educador debuta con una disquera más vinculada a los parámetros indie con MITH (Jagjaguwar, 2018), y nos regala otro comprometido cancionero que recrea un pasado perlado en lágrimas, y que muestra a un autor combativo con los desmanes de la Norteamérica de Trump, y lo hace, además, acompañado de buenos amigos.
Su canto, muy cercano al gamelán, esculpe zigzagueantes recorridos en su peculiar revisión de la canción protesta en forma de gospel cósmico en “I’m A Suspect” con la ayuda de Laaraji, y en “There Was Always” rinde un sentido homenaje a Alice Coltrane a través de un pentagrama en el que su voz se desdobla en un diálogo interestelar. La impronta dub graba en mi memoria el impresionista destello de “How Far Is Spaced-Out?, y la dura diatriba contra el racismo da paso a la huraña “I Woke Up in a F**ked-Up America”, que es algo así como si el espectro de Gil Scott-Heron danzara la danza del fin de los tiempos. Mención aparte merece la épica, romántica, tenebrosa, libérrima, de “I Snuck Off the Slave Ship” en la que Holley se muestra como un virtuoso del piano reavivando la llama incombustible de Nina Simone y los infiernos de Scott Walker.
Escucha Lonnie Holley – MITH