Jesucristo Superstar: una ópera rock muy cuaresmal
Si quieres tener una estantería que luzca bien no te debe faltar un Funko Pop!, un libro de Maclein y Parker, algo de Bowie y la banda sonora de Jesucristo Superstar. Mejor dicho; Jesus Christ Superstar de forma angloparlante. Lo digo porque en toda casa de amigo moderno, progre, sibarita y algo friki de estas hay a cascoporro. Y, por supuesto, esta banda sonora. Y justo ahora, que estamos en Semana Santa, es como una forma de expulsar los demonios y hacerte un huequito en lo que la calle ve y habla, aunque sea de forma rockera. Encima esta que se cruza con una (again de los again) eterna campaña electoral. Así que no hay mejor terapia que gritar a toda voz eso de and remember, I’ve been your right hand man all along del track Heaven on their minds”. Y por mucho que idolatre a Camilo Sesto, el british que llevo dentro me hace siempre preferir esa versión. Así que, debido a ello, voy a daros una columnaca cuaresmal, musical y rockero, allá voy.
Situémonos; principio de los 70. Una época en la que la música era algo ya de la calle y, por eso mismo, clamaba nuevos bríos. De ahí nacieron las llamadas Óperas Rock. Aunque siempre se dice que abrió la veda “Tommy” (1969) de The Who no fue así; The Pretty Things con su “S.F. Sorrow” tiene el honor de inaugurar la tanda.
Eso sí, de todas las del género que salieron de aquella camada setentera Jesus Christ Superstar (Jesucristo Superstar) encabezará siempre el top. Y no es porque su fama mundial la preceda, sino porque tiene unos trallazos tan verdaderamente alucinantes y potentes que difícil es quitártelos de la cabeza una vez los escuchas. Nacieron en las mentes privilegiadas de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber. Querían crear una obra cumbre y, mira, lo consiguieron. Dotaron al libreto de rock, dramatismo puro y, por supuesto, una historia reconocida en cualquier rincón del mundo; los siete últimos días de la vida de Jesucristo, desde su entrada en Jerusalén hasta su crucifixión. La trama está llena de anacronismos, actitudes y sensibilidades del jipitrosquismo setentero. Si ahora hay ciertos repuntes retrógrados y neocon imaginen en aquella época; desde el día del estreno una turba de ultras católicos fueron a por ella. Aunque esto no resultó problema para que el proyecto perdurase, al contrario; lo elevó a categoría de fenómeno sociológico. Y, por tanto, taquillas estratosféricas en los teatros.
Jesus Christ Superstar (Jesucristo Superstar) se editó primero discográficamente pero, tal fue el éxito que, decidieron llevarla a los escenarios de inmediato. Primera parada; Broadway. La razón, allí se vendieron más copias que en Reino Unido. La première; el 12 de octubre del 71 en el Mark Hellinger Theatre logrando permanecer con más de 724 representaciones. Pero Lloyd Webber se quejó de la producción y gritó a los cuatro vientos que era “horrible”. Su triunfo americano allanó el terreno para llevarla a Londres, que es donde querían haberla estrenado. Allá que aterrizaron el 9 de agosto del 72, concretamente en el Palace Theatre del West End. La producción fue diferente y más pequeña, pero ni por ello bajó el éxito, incluso aumentó; 3.358 funciones durante los ocho años que estuvo en cartelera. Cuando llegó 1978 ostentó el cargo del musical con mayor permanencia en la historia londinense superando, incluso, a Oliver!, otro clásico de la escena musical británica.
Y una cosa llevó a la otra; del éxito en las tablas al cine. Se estrenó en 1973 bajo la batuta de Norman Jewison y ¡Otro perrito piloto!; de las más taquilleras del año. Se rodó entre Israel y Oriente Medio y sí, cierto, no es una obra maestra del género cinematográfico -tanto la dirección, como la exagerada estética hippy y algunos planos son muy pobres- pero, ¿Y qué? Eso a pesar de tener siempre enfrente al extremismo religioso-radical que no dejó de gritar contra el proyecto desde su estreno. Ted Neely como Jesús, Carl Anderson en el papel de Judas, Yvonne Elliman como María Magdalena y Barry Dennen haciendo de Poncio Pilatos son interpretaciones y voces para no olvidar. Aunque sigo pensando que “Getsemaní” es, por letra, voz e interpretación, uno de los mayores trallazos del mismo. Aunque no se quedan atrás “Everything´s Alright”, “Hosanna, Pilate´ s Dream”, “The Last Supper” o la muy divertida “King Herod´s Song”.
A España Jesucristo Superstar llegó en 1975. En el mes de noviembre, justo cuando estábamos enterrando al dictador. Camilo Sesto la había visto en Londres y quedó prendado del libreto. Con tesón, constancia y poniendo de su bolsillo 12 millones de las antiguas pesetas (lo que hoy serían 72.000 euros) logró llevarla a los escenarios. Y si en otros países las quejas de los católicos y extremistas fueron elevadas; imaginen en la patria nuestra donde una dictadura basada en al Nacionalcatolicismo estaba pegando los últimos coletazos y con los ánimos caldeados. Pero ni con esas se arredró. Y en cuanto aterrizó en el Teatro Alcalá Palace de Madrid, un exitazo.
Fue el 6 de noviembre. Ese día la portada de ABC confirmaba que Arias Navarro tomaría el timón como nuevo Presidente del Gobierno. Con Francisco Franco agonizante, el entonces Príncipe Don Juan Carlos había asumido la jefatura del Estado. Y mientras esto pasaba en las inmediaciones del poder el jaleo y la bulla estaban montadas en las puertas del teatro Alcalá Palace de Madrid. Una obra de estas características no era bien vista en el ambiente político y mediático de la época y, por supuesto, en el eclesiástico. El director del montaje, Jaime Azpilicueta, rememoró hace poco: “Tuvimos que retrasar el estreno varios días, porque estábamos pendientes del fallecimiento de Franco, que era inminente. Hasta que decidimos estrenar el día 6. Cuando murió, el 20 de noviembre, tuvimos que suspender tres días las representaciones de Jesucristo Superstar”.
¿Cómo le fue al espectáculo de Jesucristo Superstar en nuestro país? Pues un exitazo que hizo llevó durante todo el tiempo que estuvo con el cartel de «No hay billetes». Pararon porque Camilo tenía una gira comprometida y aun así consiguió dos objetivos; recuperar el dinero invertido con creces (más bien ganó) y convertirse, de la noche a la mañana, en alguien bien visto por la progresía patria.
Curioso artículo. Es cierto que lo de Camilo en este disco es sobrenatural. Raro que no se le reconozca
Qué semanasanteros estáis este año 🙂
Mi musical preferido. Bueno, este y The Rocky Horror Pictures Show. Siempre es bueno rememorar estas joyas. Gracias
Guau, no solo me encanta el artículo sino que tengo el equipo puesto a toda voz escuchando los trallazos de esta banda sonora. El mejor musical sin duda alguna. Me molan estos artículos
Pues yo también tengo ese disco en mi estantería. Soy hípster, jejé
Es una obra de arte musical, sin duda alguna. Desconocía los prolegómenos de cuando se estrenó en España por Camilo Sesto. Muy interesante artículo.
Es un musical donde todos los tracks son tremendos. Copio y pego cada una de las palabras.