Orbital – 30 Something (Orbital Recordings)
Orbital celebran sus 30 castañas tres años más tarde de lo que deberían. O, por lo menos, eso es lo que las matemáticas y su partida de nacimiento dicen. Pero, ¿saben qué? Que da absolutamente igual. Recuperemos ese odio de Vila Matas hacia los números redondos y a su injustificado prestigio y celebremos la onomástica cuando sea, porque, en el fondo, es una excusa tan válida como otra cualquiera si significa la vuelta a la actividad de uno de los grupos clave en la generación electronica de los noventa.
Los hermanos Hartnoll se descuelgan con un disco homenaje a su trayectoria, porque sí, porque ellos lo valen y nosotros, también. Tres temas nuevos marcan ese regreso, retomando también aquel concepto de cascarse un sencillo novedoso en un recopilatorio que justificase su compra. Y es que hasta eso es algo noventero en este disco. 30 Something recala, como apertura, en la época dorada del Verano del Amor con dos cortes eminentemente acid house, tanto en nombre (“Smiley” y “Acid Horse”) como en forma, atiborrados a colores flúor, sudor, danza espasmódica y 808. Nos vienen a decir que este era el origen, el momento en el que la fiesta comenzaría, por decirlo de alguna manera, a intelectualizarse, dando pasos hacia un género más popular y, curiosamente, algo más culto.
Si esas dos ingestas sintéticas representan el origen de Orbital, “Where Is It Going?”, que es el tercer corte nuevo, lleva a plantearse, a golpe de afrancesamiento sonoro (en historia vendría a ser una nueva representación de las invasiones normandas) y, ojo, con la colaboración desde allá donde esté de Stephen Hawking, eso mismo: ¿adónde va todo esto? Y es que quizá los Hartnoll, a los que se les ve cada vez menos -quitando algunas ráfagas en bandas sonoras o reviviendo en festivales-, hayan madurado esa idea. Y en eso pueda tener cierto impacto las nostalgia que se presupone a cualquier recorrido vital y que acaba en la industria musical en la casi siempre inevitable reconstrucción, perdón, remezclas, de los hechos.
Los momentos elegidos resaltan la trayectoria marcada por los cortes más reconocibles de III, de los álbumes verde y marrón, del In Sides y del Snivilization, todas ellas fundamentales y características en la definición de su sonido. Así pasan por el estudio para ese lifting títulos esenciales como “Satan”, “Chime” “The Halcyon”, “The Box” o la enorme, enormísima “Belfast”, a la que se le dedicarán cuatro remezclas en el segundo cedé.
Porque, efectivamente, el lifting de remasterización o reconstrucción no es suficiente, y la modernidad pide remezclas y reinvenciones a calambrazo de festival, y por eso tenemos en esta entrega la visión (audición) de grandes de la industria como David Holmes o John Tejada a la tarea con “Impact” o “Belfast”, o el grupo Octave One impregnando “Chime” con su aleación de detroit de segunda generación. Y, cómo no, ese ejercicio de invitar a los nombres actuales de los escenarios fallescos de las hedonistas citas de la electrónica habitual, que uno no sabe muy bien si tomárselo como un acto comercial o una invitación a ver cómo se ve esto de generación en generación. Destaquemos, sobre todos ellos, el trabajo techno de Shanti Celeste en “Are We Here?” y el del finlandés Yotto sobre; ¿lo averiguan? Eso es, “Belfast”.