Ben Howard (La Riviera) Madrid 18/5/2023
Al salir de la sala La Riviera el jueves, muchos espectadores nos encontrábamos con una sensación extraña. Acabábamos de presenciar el concierto de Ben Howard, más concretamente el inicio de su gira, y siendo sinceros, no me lo esperaba así para nada.
El artista británico interpretó prácticamente todo su último trabajo, Collections from the Whiteout. También nos presentó algunas de las nuevas canciones de su próximo álbum, que lanzará en junio, y ofreció un pequeño vistazo a su segundo trabajo. Lo «sorprendente» es que no incluyó ninguna canción de su álbum más conocido, Every Kingdom. Ese disco debut que atrajo a muchos de nosotros hacia su música y su figura. Nunca sonaron temas como «Only Love» o «Old Pine» esa tarde.
Cuando ocurre esto, el debate está servido. ¿Se espera que un músico toque sus canciones más conocidas durante un concierto?, ¿existe una obligación por parte del músico de satisfacer las expectativas de sus fans en este sentido?
Son preguntas complicadas y no tengo una respuesta clara. Por un lado, entiendo la total libertad de un artista. Los músicos no son simples monos de feria o un altavoz en el cual reproducen las canciones. Sin embargo, es cierto que para muchos fans, escuchar los temas más conocidos en vivo es parte fundamental de la experiencia y los músicos deben tener cierta responsabilidad hacia sus seguidores. Incluso Ben Howard, durante el concierto, prácticamente se disculpó por no interpretarlos.
El espectáculo fue una experiencia brillante, impecable en términos musicales. Precisamente este aspecto, que a menudo pasamos por alto, es el que deberíamos valorar al asistir a un concierto o festival: cómo un artista defiende su música en vivo. Ben Howard lo hizo de manera excepcional, tanto que su actuación me hizo redescubrir su último trabajo y ahora estoy ansioso por escuchar su próximo lanzamiento. Aunque no pude disfrutar de «Only Love» en esta ocasión, obtuve mucho más de lo que esperaba, aunque admito que en ese momento, al salir de La Riviera el jueves por la noche, no lo comprendí del todo.
En términos estrictamente musicales, el concierto comenzó pasadas las 21:20 de la noche y se prolongó durante más de 100 minutos. La actuación de Ben Howard fue tan intensa que incluso tuvo que ajustar su bis (finalmente culminó con «End of the Affair») debido a restricciones de tiempo. A lo largo del evento, disfrutamos de un total de dieciséis canciones que mostraron las dos facetas del artista inglés: una con toques electrónicos y otra más íntima. El único fallo estuvo en las visuales proyectadas en la pantalla, que fallaron en reiteradas ocasiones.
El espectáculo se inauguró con «Interim Of Sense» y «Walking Backwards», ambas canciones pertenecientes a su próximo álbum, It Is, y que fueron interpretadas en vivo por primera vez. Fue un verdadero lujo para las aproximadamente mil personas que abarrotaron La Riviera. Estos temas presentaron una combinación perfecta de elementos orgánicos y electrónicos, en la línea de los trabajos más recientes de Bon Iver.
Sobre el escenario, se encontraban numerosas guitarras, probablemente más de seis. Sin embargo, cada vez que Ben Howard tomaba una de las acústicas, un silencio reverencial inundaba la sala. Esto fue especialmente notable durante interpretaciones como «Small Things» y «Rookery», momentos emotivos que destacaron en el concierto.
El punto culminante de la noche llegó con la tríada formada por «I Forget Where We Were», «Time Is Dancing» y «Days Of Lantana». Esta última también formará parte de su próximo trabajo, dejando una impresión imborrable en el público asistente.
En este mundo que vivimos, cada vez más acelerado en casi todos los sentidos, lo que hizo Ben Howard, pese a no estar totalmente de acuerdo, me parece un acto de rebeldía. Una forma de luchar contra el artista single, una forma de combatir con lo que la gente espera de ti…