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Entrevistamos a Bigott

Apenas un año después del introspectivo Dedicated To None (Bigott Records, 2023), Borja Laudo, el artista zaragozano que lleva entregando música como Bigott desde hace casi dos décadas, vuelve a meter la quinta marcha para entregar una radiante secuencia de hits vertiginosos y soleados para bailar dentro del caos reinante. Es la suya una carrera marcada por la constancia en la que ha sido capaz de mantener siempre un nivel más que notable pese a ir casi a disco por temporada. Ahora cambia el ‘None’ por el ‘Nowhere’ y así, en medio de ninguna parte, vuelve a triunfar yendo a la suya y exprimiendo un momento de inspiración permanente que no conoce de pausas o respiros. Charlamos con él a propósito de su nuevo trabajo, el flamante Back To Nowhere (Autoeditado, 2024)  y como es costumbre, nos entrega unos cuantos titulares dignos de un talento hiperactivo que da la espalda a las convenciones. Por cierto, espero que alguna vez me pueda contar si le han gustado Ducks, LTD.

«Antes (en coña) decía que hasta que no me hiciese rico no iba a parar de hacer discos. Sigo pobre y con la misma ilusión de hacer canciones, así que no mentí»

Haces que parezca fácil capturar la magia de un estribillo infalible en canciones pegajosas que se pegan como lapas. Atemporales y tarareables como pocas. Cuéntanos tu secreto.

Cuando algo parece fácil de hacer, es que está bien hecho. En el proceso de creación de cualquier cosa, si te sumerges de verdad, encuentras una energía especial que toma las tiendas del asunto, ahí están las ideas atemporales y los estribillos pegadizos. Hay un trabajo muy duro hasta llegar ahí, muchísimas horas componiendo y tocando, pero una vez que estas dentro del momento de grabación, todo aflora en el lugar preciso, como sin esfuerzo. Lo que yo hago es como un entrenamiento para poder dejarme llevar cuando llegue el momento.

Vas casi a disco por año, y tus seguidores estamos encantados, faltaría más. ¿Cómo eres capaz de mantener ese ritmo de producción? ¿Podríamos decir que Bigott es el Woody Allen del indie patrio?

Me gusta hacer canciones, tengo facilidad, es el entretenimiento que me he buscado en la vida. Antes (en coña) decía que hasta que no me hiciese rico no iba a parar de hacer discos (risas).  Sigo pobre y con la misma ilusión de hacer canciones, así que no mentí.

El indie todavía no sé  lo que es, pero las pelis de Woody Allen son geniales.

 

‘Back To Nowhere’ es un disco urgente, que respira nervio e inmediatez. ¿Es fiel reflejo de tu estado de ánimo actual? ¿A qué te refieres con esa ‘Vuelta a ninguna parte’?

Vino así cargado de power, con nervio como dices tú, si es fiel o no a mi estado actual no sabría decirte, tengo días espitosos y tengo días enmorfinados. Hace un tiempo leí a Nisargadatta y empecé con la meditación, ahí experimente como se hacía lo de volver a ninguna parte.

Después del intimista ‘Dedicated To None’, el sonido de Bigott vuelve a rememorar ese power-pop a lo The Feelies o Guided By Voices, o incluso The Strokes, por nombrar una referencia más reciente. ¿Qué ha cambiado de uno a otro?

‘Dedicated…’ es un disco atmosférico sin base rítmica, cuando lo compuse tenía ganas de simplificar y del sonido de la guitarra acústica. Supongo que lo que te apetece en cada momento es diferente, lo único que hago es observar por donde voy, pero no es que haya decidido nada, las canciones van decidiendo por sí solas.

«De pequeño mi padre nos ponía en el coche las cintas Abba y de Demis Roussos y alucinaba»

Es evidente que por tu línea estilística e influencias se te ve más emparentado con la escena americana que con la patria. Cuéntanos de dónde viene ese influjo y cómo valoras tu posición en la compleja escena estatal.

Tuve suerte de conocer mucha música buenísima en bares, de la mano de amigos y de tener la curiosidad de buscar más y más. No es que sea un gusto por lo guiri, es que esa gente es muy buena, me gusta Moondog, R. Stevie Moore, Charlie Parker…, sobre todo la música que me eleva, que me inspira, son influencias atemporales, así las veo.

De pequeño mi padre nos ponía en el coche las cintas Abba y de Demis Roussos y alucinaba, se me erizaba el cuerpo entero y miraba a los demás y veía que les gustaban pero no de la misma manera que a mí.

Siempre has ido por libre, te autoeditas actualmente y apareces lo justo en los medios. Bigott es un ejemplo claro del ‘Do It Yourself (DIY)’, ¿Podríamos decir que todo lo que envuelve a los artistas a nivel de exposición mediática te genera rechazo de algún modo?

Esa parte nunca me interesó, lo mío es hacer música, no conecto con esas cosas así que procuro evitarlas lo más posible. Para poder ser independientes con el tiempo,  aprendimos a hacerlo prácticamente todo, y decidimos que, o a nuestra manera,  o carretera.

Parece claro que la música que alimenta tus canciones se localiza en los noventa, ¿te aburre lo actual o te parece más de lo mismo sin gracia? ¿Cómo funciona el proceso compositivo de Bigott?

Dentro de mi cabeza no tengo la música localizada por etapas, sale Beethoven, entran los Kinks, sale Ariel Pink…, es como un aleatorio inmenso donde no caben las localizaciones temporales, tengo esa suerte, escucho un tema de Miles Davies como si fuese de ahora mismo aunque la grabación tenga 50 años, para mi cada vez es la primera vez que lo escucho.

Mi proceso es probar durante el año ideas, interludes… cosas que seguramente no lleguen a la grabación pero es un proceso para mantenerme ágil y con la concentración necesaria para cuando llegue el momento de grabar.

Háblanos de la producción de Izak Arida, bajista del grupo The Memories, y que ya ha trabajado con vosotros antes.

Izak es el quinto bigott, tiene mucha intuición y sabe dejarse llevar, ya llevamos unas cuantas grabaciones juntos y cada vez que salimos de una, nos miramos como diciendo: ¡ni una más! Pero enseguida retomamos porque tanto a él como a mí nos encanta esta mierda.

Este disco tiene unos cuantos hits bastante efervescentes y directos: la canción titular, “World Die” “New York Dance” o la dupla inicial “C’mon” y “Painting Colors”. Me recuerdan, por nombrar un disco reciente que me ha gustado mucho, a los vibrantes Ducks LTD. ¿Qué influencias alimentan este trabajo y qué representa para ti en tu extensa discografía?

No sé quiénes son los Ducks LTD. (Luego los escucho). He escuchado mucha música, música buenísima que me ha reventado la cabeza en distintos momentos de mi vida y que lo sigue haciendo, pero no puedo separarla para elegir cual ha influido más en esta ocasión. Todo lo que escucho estará por ahí. Tengo una lista en spotify que se llama “Only The Hits” hay unas cuantas horas de música que me gusta.

 

Háblanos del directo. La combinación que formas con Cristian Barros (teclados y guitarra), Juan Gracia (batería) y Clarín (coros y bajo), resulta explosiva. ¿Cómo os conocéis y empezáis a tocar juntos?

Nos conocimos en una sauna nudista, Clarín era la más peluda y nos encorrió por todo el circuito. Lo he dicho de broma pero me estoy acordando de una sauna en Galicia y no me he ido tanto (risas).

A Cristian lo conocimos en Austin, estábamos colgados necesitando que alguien nos llevase al escenario donde tocábamos y apareció Cristian como un Michael Landon en autopista hacia el cielo, que estaba trabajando allí y tenía un coche, menudo subidón, poco después empezó con nosotros como técnico de sonido, hasta que nos dimos cuenta de que donde de verdad le necesitábamos era sobre el escenario. Juan entró algo más tarde, acabábamos de quedarnos sin batería, y un día lo vi y me dio buena espina, le dije a Clarín, mira, ese será nuestro batería, y acerté.

En estos momentos el directo es más cañero, siempre adaptamos el resto del repertorio para que esté en sintonía con el disco que presentamos, así que esta gira será a todo lo que nos dé.

“Vanilla Fish” es una locura entre el techno y el dubstep que además captura muy bien la esencia de la grabación en directo del disco en el estudio, ¿qué hay detrás de un tema tan marciano?

Horas de grabación en las que pruebas cosas, una de esas cosas se queda ahí, como es esa línea bajo, la seguimos durante horas a ver qué pasa y de repente algo la sube de nivel, Cristian pasó el bajo por sus pedales de efectos y llegó la idea.

“We Are One” pone el punto reposado ante tanta tempestad. Un medio tiempo en el que se reivindica el poder del amor como solución a los conflictos, como refleja la frase “Only love can be your home to stay”. ¿Qué representa en el tono general del disco?

Lo que representa en cualquier parte, el amor es lo único, no hay ninguna otra cosa.

Emprendes el 5 de abril una gira bastante importante por nuestra geografía para presentar este trabajo, que además suena ideal para trasladar a ese contexto.  ¿Cómo la afrontas?

Con muchas ganas,  si la gente está receptiva, en directo se da el momento mágico en el que nos elevamos y todos salimos con una sensación diferente a la que habíamos entrado, ¡eso no tiene precio! (Risas).

¿Qué queda del Bigott de ‘That Sentimental Sandwich’? ¿Cómo te sientes mirando atrás ante estos casi veinte años sacando canciones?

No miro atrás, si alguna vez recuerdo algo, está envuelto en una nebulosa alcohólica y sobre todo me parece más una película que una parte de mi vida, para mí es siempre ahora.

«Es verdad que Zaragoza es una ciudad para gente recia, la sensación si haces cosas de arte es de que estás aislado y que no le interesas a nadie»

Háblanos de cómo ves la escena zaragozana, de la que vienes, y qué propones para cambiar aquello que creas que no funciona.

No sabría decirte, yo puedo hablarte de mí (y cómo ves, tampoco mucho) pero no tengo ni idea de lo que hay a mi alrededor. Es verdad que Zaragoza es una ciudad para gente recia, la sensación si haces cosas de arte es de que estás aislado y que no le interesas a nadie. No está mal como escuela de calor, así lo haces porque realmente te gusta, pero hay que aguantar el tirón. Te vas a la mierda periódicamente, te levantas, te sacudes el polvo y como si no hubiera pasado nada.

Das importancia al aspecto visual con el cuidado de las portadas y los vídeos, ¿Qué piensas del tema streaming y del valor de un buen diseño que poder recordar y asociar a un concepto?

Con el tiempo hemos aprendido a apañarnos esa parte entre Clarín y yo, unimos ideas y habilidades para conseguir algo que nos parezca atractivo, siempre dentro de nuestras posibilidades. Es como cuando pides que te lo envuelvan para regalo.

El streaming ha hecho que todo vaya más deprisa, hay tanto material disponible, que parece que la gente ha dejado de valorarlo como antes, imagino que será como todo, favorece unas cosas y empeora otras.

Escucha Bigott – Back To Nowhere

 

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