Libro: El Tao de Wu (Blackie Books)
En los últimos años se ha manifestado un interés editorial por la vida y obra de RZA, y en general del emblemático colectivo de Staten Island Wu-Tang Clan. En 2020 se publicaría el más que recomendable Música de cámara: Sobre el Wu-Tang Clan (en 36 cámaras) de Will Ashon editado por Libros del Kultrum, pero anteriormente ya teníamos noticia de otro libro, En carne viva: Mi viaje con el Wu-Tang Clan (Sexto Piso, 2018) en donde Lamont “U-God” Hawkins dejaba por escrito sus andaduras junto al grupo que fue breve pero intensa.
Ahora le tocaba el turno al líder artístico y espiritual de la banda, el inquieto RZA que en 2009 publicaría este El Tao de Wu (Blackie Books) que no deja de ser una muy personal forma de poner por escrito su experiencia vital a través de la espiritualidad no exenta de un alto grado de egocentrismo. Como escribe él mismo (nacido como Robert Fitzgerald Diggs) en las páginas iniciales es esta narración en primera persona “Este es un libro sobre la sabiduría: una acumulación de canciones, parábolas, meditaciones y experiencias que te ayudarán a reproducir esa verdad en tu vida”. La empresa, como pueden intuir, tiene mucho de megalomanía desatada, pero no deja de tener sus puntos de interés para entender la mente de un artista revolucionario en lo musical.
El volumen está dividido en capítulos que aspiran a explicar los pilares de la sabiduría; un conocimiento plasmado en las páginas leídas por nuestro hombre tras las lecturas de escritos taoístas, sus viajes por todo el mundo, el budismo, o el Libro de los Proverbios.
Nacido en una familia humilde (son continuas las referencias a los bloques de pisos tutelados), el joven Robert tuvo que subsistir entre un ambiente en donde la droga, las armas y la delincuencia, era el pan de cada día de la vida en el gueto. Lo expresa así en la introducción: “Cuando vives en los bloques sociales, casi nunca sales de ellos”. Podría entenderse como una metáfora de esa cárcel interior en la que tuvo que sobrevivir, junto a sus diez hermanos, en esos años de juventud en los que se pasaba las horas viendo películas de kung fu, leyendo cómics, jugando al ajedrez, escuchando rap, el descubrimiento de las Matemáticas (así con mayúscula), y el hallazgo – fundamentos de su cosmología posterior – de las Doce Joyas, doctrinas que le enseñaría su primo Daddy-O. Estos pilares del saber estaban arraigados en el pensamiento islámico (“las Lecciones”) del correcto conocimiento de valores. Las joyas eran el conocimiento, sabiduría, comprensión, libertad, justicia, igualdad, comida, ropa, cobijo, amor, paz y felicidad. De la adquisión del conocimiento (vitales son las Matemáticas y el Lenguaje para ello) se consigue la libertad de tener tu propia visión del mundo, y a partir de ahí se llega a la libertad y la justicia social. Este aprendizaje profundo se adquiere con esfuerzo hasta llegar al amor que, para nuestro autor, es el summum de la “satisfacción total”.
En este totum revolutum de influencias se intercalan letras de canciones, aforismos impresos en negrita, su experiencia como líder (indiscutible, huelga decirlo) de Wu-Tang Clan, la perdida de seres queridos (especial mención a la de su madre y a la muerte repentina de su primo y miembro de la banda Ol’ Dirty Bastard), su ambivalente relación con la fama (“Hoy en día la imagen lo es todo. Pero la Biblia nos dice que tengamos cuidado con las falsas apariencias, los falsos profetas y las cosas que nos seducen”), el código moral de los samuráis (RZA compuso la banda sonora de la excelente película de Jim Jarmush Ghost Dog, el camino del samurái (1999), y la necesidad de crear vínculos con las personas para canalizar y hacer proselitismo de su experiencia espiritual.
Puedes comprar el libro El Tao de Wu (Blackie Books) en la web de su editorial.