Julia Holter (Sala Apolo) Barcelona 21/11/24
Dentro de la vigésimo sexta edición del FESTIVAL Mil·lenni que se va desarrollando en la Ciudad Condal, uno de sus platos fuertes era la nueva visita de la artista de Milwaukee Julia Holter. Su gira recalaba por nuestro país para presentar uno de sus mejores trabajos Something In The Room She Moves, un cancionero que, de nuevo, ratifica una de las carreras discográficas más afinadas del pop de la última década.
Holter es heredera de una cosmovisión propia a base de ir reciclando influencias muy variopintas: en su pop de hechuras catedralicias se pueden hallar influencias que van de la experimentación de Laurie Anderson al dream pop; de la voluptuosidad de Kate Bush a los retazos de música de cámara de John Cale; de las sonoridades envolventes del synthpop vaporoso al manierismo de un Peter Gabriel. Y así hasta conformar el puzle de una artista que siempre huye del encasillamiento, y que cuida al extremo las melodías, las texturas y la tímbrica de cada una de sus composiciones.
Para la cita barcelonesa se hizo acompañar por Tashi Wada (efectos de sonido e instrumentos de viento), Devra Hoff (bajo sin traste para dar más cuerpo a la puesta en escena), y Beth Goodfellow (batería): una interacción entre músicos que resultó mágica en todo momento, ya que las melodías fluían a un ritmo cadencioso, pero a la vez se podían bifurcar por parajes agrestes, poéticos, casi inasibles en su intento de manipular la amplitud de ondas y los silencios.
En el centro del escenario se situó Julia Holter con su habitual elegancia, y parapetada tras su sintetizador, arrancó el concierto con la estupenda “Sun Girl”, la canción que también sirve de puerta de entrada a su nuevo trabajo. A los pocos compases ya estabas a merced de su voz y de sus inesperados giros melódicos que pueden tender puentes entre pop y los ecos jazzy, hasta la improvisación prog (Wada empuñó una gaita en un momento de la canción exhibiendo sus dotes pulmonares). En “She Calls Me Home” el ambiente se cargó de una neblina a base de las notas de órgano de Wada, y un estupendo trabajo de Goodfellow a las baquetas.
La imbricada melodía de “Something In The Room She Moves” nos recordaba las deudas contraídas con Kate Bush, mientras en la pantalla gigante seguían proyectándose imágenes arty que servían de telón de fondo impresionista y con simulacros de imágenes en VHS. De su magistral Ekstasis (2012) recuperó la ensoñadora “Marienbad” y “In The Same Room”, mientras que en “In The Green Wild” de Loud City Song (2013) la melodía estallaba por los aires como fuegos artificiales, pero allí estaba ella para controlar los tiempos de fuga, y volvía a sus labios las cadencias de una música libre y emocional.
Fotos: @furalabfoto (Festival Mil·lenni)