La noche los confunde
Un año más, el Velódromo de Bernicàssim se vistió de gala para dar la bienvenida a los miles de fibers que abarrotaban las instalaciones. Y es que la noche prometía: más de diez horas de música non-stop para ir abriendo boca. Grupos para todos los gustos como punto de partida de la octava edición de este festival, que, sin duda, cuenta con uno de sus carteles más atractivos.
Con el miedo en el cuerpo por una posible tromba de agua, rememoración de lo que fue aquel fatídico festival del 97, nos incorporamos en los minutos finales de Maga, cuando el aforo del Velódromo apenas estaba a la mitad. Estos pocos minutos fueron suficientes para darse cuenta de que su directo está muy bien, y que quizás hubieran estado mejor colocados en el escenario Fib Club. Octubre salieron a por todas, y se los notó muy a gusto en el escenario. Presentaron su álbum Mi última y mejor oportunidad y convencieron al público con sus guitarras potentes y sus nada descaradas influencias de la música de los sesenta. Su gran momento: la versión de Lágrimas negras de Los Flechazos, que el público recibió con gran entusiasmo.
Cassino desconcertaron. Raquel y David estaban nerviosos, y no era para menos: era su primera actuación en directo. Tras una salida de película, como robots avanzando al compás de un sampler, empezó una actuación que todos recordaremos. Sonaron muy bien, de eso no hay duda. Su música es fresca y pegadiza, e invita a bailar en cualquier pista de baile, pero quizás su propuesta musical se aleja de la dinámica del FIB, y eso les dificultó conectar con el público.
Del techno más ochentero pasamos a la propuesta de Beachwood Sparks, que obtuvo una respuesta muy positiva de público. Sus canciones oscilaron desde un sonido californiano de guitarra al alt-country de harmónica y pedal steel, pasando por momentos más experimentales y psicodélicos. Un directo muy similar al que hace tan solo tres días pudimos ver en la sala Razz 3 de Barcelona, con la diferencia de que en un escenario grande, al aire libre y con un público que, a esas horas de la noche, ya abarrotaba el Velódromo, hicieron que su actuación luciera mucho más.
El paso de una actuación a otra fue más que curioso. Como si de un partido del la Premiere League se tratara, un “hombre sin pantalones desafinador”, como lo describió el cantante de Nada Surf, precedió su actuación, dejando sorprendidos a propios extraños.
Nada Surf son una banda solvente, saben lo que tienen entre manos y saben como transmitirlo. Sus riffs de guitarras contundentes, sus melodías pegadizas y su actitud agresiva en el escenario, especialmente la de su bajista, se hicieron con el público desde el primer momento. Fue sin dudarlo el concierto de la noche y nos dejo con la duda de si no merecerían haber actuado durante el festival propiamente dicho.
Y hasta aquí llegó el primer día de Muzikalia en el FIB. Estamos convencidos de que las tres actuaciones restantes, Telepopmusik, Les Chicharrons dj’s y The Hacker, hicieron bailar a todos los fibers, pero no podemos dar fe de ello, ya que nos fuimos a investigar la movida festivalera por las calles de Benicássim, cerv