Discos

Al Berkowitz – A long hereafter / Nothing beyond (Temple Records / Taliban Music)

Al Berkowitz se formó en Madrid en el año 2006 cuando tres músicos, miembros de The Inhabitants, conocieron en Madrid al bluesman ya retirado Aldous B. Berkowitz; alguien que tendría que convertirse en su «consejero espiritual y musical». Tres años después de ese encuentro publicaron su álbum de debut Barely nice. Los madrileños Al Berkowitz regresan este año con un nuevo disco A long hereafter / Nothing beyond, dividido en dos partes. Tan complejo es definirlo como complejo y completo es el disco que presentan; una complejidad que es síntoma de madurez y libertad musical. Ellos mismos se definen como una banda de art rock psicodélico y experimental, pero a lo largo del álbum uno se encuentra con un sonido muy propio en el que no sabe si estamos de vuelta a los 60 o 70 o en un tiempo futuro.  

Al Berkowitz arranca el disco con una muestra de su versión más dulce con la preciosa «You and I» con muchas acústicas, pero con una atmósfera recogida y un acompañamiento muy melancólico. Pero ya en la segunda canción la banda madrileña da rienda suelta a su vertiente más guitarrera y alocada con «The Frenchman and The Rabbitman». Más de ocho minutos de una pieza de una gran intensidad y que atrapa en cada uno de los acordes de guitarra y los «gritos» heridos del cantante Ignacio Simón al paso de los compases, en los que Al Berkowitz acrecientan el ritmo para luego detenerse y así volver a la carga. Experimentación, sí; pero una experimentación melódica y atractiva. Sin frenos. Libre con multitud de sonidos acompañando la canción.

 Esas dos primeras canciones definen lo que se encontrará cualquiera que se adentre en este intenso viaje de A long hereafter / Nothing beyond. Sin embargo, ello no significa que no haya lugar para más sorpresas sobre todo en la primera parte del trabajo. El disco es una sorpresa continua. Las eternas y cálidas «How Could we get ourselves lost?» y «Magical Cynical» (en mi opinión las dos mejores del álbum) o la potente y experimental «Farewell, my lady!».

Como el grupo contó en una entrevista para Mone Monkey, la segunda parte del disco es «más rítmica, más abiertamente electrónica y psicodélica», una parte en la que destacan los arreglos de guitarra y los coros. Canciones en las que resurgen con una gran energía «Father, I think was wrong» con un ritmo de batería insistente y muy marcado seguido por unos coros increíbles, la cañera «Apprenticeship and attitude» o «Sensitive, not dramatic», tema encargado de poner punto y final a este viaje. Una parte que puede llegar a recordar a los Pink Floyd de la primera etapa, más psicodélicos y en los que uno se sorprende de cada uno de los sonidos que aparecen y desaparecen.

Ignacio Simón, Santiago Estrada y Lorenzo Palomares se han arriscado en este fantástico viaje y han salido vencedores.

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