Alcalá Norte (Joy Eslava) Madrid 26/10/24
Hay un hecho que solemos pasar por alto, o no le damos la suficiente importancia al menos, en el panorama musical. Es el hecho de que una banda te caiga bien. Alcalá Norte me caen muy bien. Y eso, se quiera o no, siempre suma a la hora de valorar algo. Es difícil que me pierda alguna de sus entrevistas, intervenciones con colegas en podcast y derivados, etc. Siempre me parece que tienen algo interesante que decir y desde una perspectiva muy personal, natural y complementaria entre sus diversos miembros. Además siempre me produce un subidón instantáneo cruzarme a alguno de ellos saliendo de noche por garitos, caminando por algún festival o en la entrada de un concierto.
Y ahí voy con la segunda de las virtudes de los de Ciudad Lineal que quizás no se valora tampoco en su justa medida. Alcalá Norte parece un grupo de superhéroes, o los personajes de un videojuego entre los que puedes elegir cuando comienzas una partida. Eso mola y recuerda muchísimo a las grandes bandas de los 90’s donde cada uno de los integrantes tenía un carácter y una estética propias que sumaba para aportar color y heterogeneidad a un combo y, en una época tan repulsivamente uniformada y aséptica, esto es algo que hay que elogiar.
Ni que decir tiene que empezar un concierto pasando una bota de vino entre el público para que se la trinquen entera, repartir puros y luego hacia el final hamburguesas de un euro es algo tremendamente singular y que me pega muchísimo con ese sonido suyo tan post-punk como urbano y de barrio. Lejos de los que dicen que algo les chirría, en absoluto comparto esa opinión. Aquí todo casa y cobra un sentido total.
A estas alturas, y con el fenómeno logrado con mucho curro detrás de una inteligente manera de trabajar diferentes alternativas a los medios convencionales (descacharrante la sucesión de mensajes de ForoCoches que proyectaron mientras preparaban el escenario en la que se presentaba el vídeo de “La vida cañón” a esa auténtica jungla variopinta analizada por diferentes usuarios) y, por supuesto, de trabajo y tesón en lo musical. Una búsqueda de mejora como que no se viera, pero que es concienzuda.
Esto se aprecia de manera extraordinaria en su flamante disco debut, donde unas personalísimas letras y una manera de hacer conjugar sus influencias les permite ser lo suficientemente personales como para destacar, sin hablar de lo que realmente importa: las canciones, todas de un nivel notable cuanto menos, dibujando uno de esos discos, pocos hay hoy día, que no bajan su interés ni su calidad durante todo el recorrido.
Llegados a este punto ¿Son tan buenos Alcalá Norte en directo? Pues tampoco es que sean unos genios, seamos claros. En parte considero que porque el disco tiene una producción tan redonda y llena de detalles que en directo la banda no logra plasmar con el mismo tino, si bien la euforia colectiva y sus ganas de epatar lo invadan todo. Noto el sonido algo embrollado las dos veces que he podido verles incluyendo esta en Joy Eslava y falto de cierto músculo en los momento que más lo requieren (“Westminster”, “Langemarck”), si bien los pogos acompañaron su nervio intrínseco. Les lucen mucho más los temas más rebajados de revoluciones (“La Calle Elfo”o “El Rey de los Judíos (un cosquilleo)” sonaron realmente bien.
Pero sin duda lo mejor fueron los anexos a su disco debut, esos que nos llevan a temas aún más herederos del siniestrismo 80’s como “Arteligencia Intificial” o grandes aportes como la versión del “10.000” de Los Planetas completamente llevada a su terreno o la reivindicación en forma de versión en su francés original de ese grupo tan de nicho del heavy metal que son Icare con “Fils de Lucifer”. Por cosas como estas hay que amarles tan fuerte como se les ama en su momento dulce actual que, esperemos, dure mucho en un mundo despiadadamente efímero.
Foto Alcalá Norte: Raúl del Olmo