Ash – Teenage Wildlife: 25 Years Of Ash (BMG)
Cumplir un cuarto de siglo en el negocio de la música parece justificación suficiente para lanzar un (generoso) álbum recopilatorio. 25 años de ininterrumpida actividad que, en el caso de Ash, abarcan desde la publicación en febrero de 1994 del funcional sencillo “Jack Names The Planets” –posteriormente incluido en el mini-álbum Trailer (94)– hasta un último trabajo más que notable como fue Islands (18). El trío formado por Tim Wheeler (guitarra y voz), Mark Hamilton (bajo) y Rick McMurray (batería) celebra tan señalado aniversario con un recopilatorio que coge el testigo de Intergalactic Sonic 7?s (02) y The Best Of Ash (11), en una retrospectiva convenientemente actualizada y ampliada.
Publicado en doble compacto en su edición estándar, la referencia recoge 36 temas seleccionados de entre toda la discografía de los norirlandeses, colocados aleatoriamente a lo largo de dos compactos que adolecen de cualquier rigor cronológico y dejan una ordenación caótica. Es el único desliz del presente lanzamiento que, por lo demás, supone una auténtica gozada para el seguidor de un grupo que, precisamente, tiene en la vigencia continuada de su sonido el más certero y ceñido de los resúmenes. El grupo han dejado tal colección de canciones que el resultado de agrupar tres decenas de ellas en el mismo espacio solo puede resultar un placer supremo, tras rememorar sus himnos de los 90 pero al constatar al mismo tiempo que la banda ha continuado haciendo buenas canciones sin perder la esencia de su condición. La compilación en cuestión resulta así poco menos que acongojante tras comprobar la descomunal capacidad del trío para facturar una interminable serie de piezas atemporales, sólidas y pegadizas, en base al habitual indie-pop de guitarras que cuenta con poderosas melodías pero también es capaz de virar con idéntica credibilidad hacia el punk o el power-pop. Una banda que, con el paso del tiempo, ha sabido madurar con inteligencia y en su justa medida, manteniendo indemne su talante juvenil y vertical sin permitirse caer en el ridículo
Además del mencionado single inicial, la presente compilación incluye “Patrol” y “Uncle Pat”, igualmente extraídos de Trailer (94), con el trío probando su lado más áspero. Dos años más tarde llegaría el incorruptible 1977 (96), seguramente su obra más celebrada y todo un clásico de su época, del que aquí se extraen eslabones imprescindibles como “Kung Fu”, “Oh Yeah”, “Goldfinger” y, por supuesto, “Girl From Mars”. Wheeler y compañía optaron por una continuación oscurecida como fue Nu-Clear Sounds (98), del que ahora se recuperan “Jesus Says” o “Numbskull”, antes de reaparecer resplandecientes en Free All Angels (01), otro elepé cargado de singles potenciales que incluía éxitos mayúsculos como “Shining Light” y «Burn Baby Burn». Meltdown (04), Twilight Of The Innocents (07) y Kablammo! (15) tiende a ser considerada una trilogía menor en comparación con la anterior, pero lo cierto es que con ella Ash supieron mantenerse activos y también atractivos, gracias a una secuencia que dejó piezas tan aprovechables como “You Can’t Have It All”, “Cocoon” o “End Of The World”. Por el camino también quedó la serie A-Z (09), en la que la formación decidió publicar un nuevo single digital cada dos semanas y a lo largo de un año entero, acertando con composiciones como “Return Of White Rabbit”. Hace menos de dos años llegó el que hasta ahora es último disco de estudio del grupo, un Islands (18) bien recibido gracias a canciones como “Annabel” o “Confessions In The Pool”.
Todas ellas y muchas más –como la magnífica “A Life Less Ordinary” grabada para la película Una Historia Diferente (97) de Danny Boyle– se incluyen en Teenage Wildlife: 25 Years Of Ash (20), un producto que también está disponible en triple CD incluyendo un disco adicional con rarezas, y que en todas sus versiones presenta como gancho adicional el inédito “Darkest Hour Of The Night”. Este es en definitiva un lanzamiento idóneo como piedra de toque para no iniciados, así como una orgia de auto-convencimiento para los fans de toda la vida. Y, en cualquier caso, es la prueba palpable de que, por longevidad, efectividad, solvencia y honestidad, Ash son desde hace mucho un grupo imprescindible dentro de sus coordenadas.
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