Bala – Besta [PIAS]
Teníamos muchas ganas de disfrutar con los nuevos pasos creativos de Bala tras la publicación en 2021 de un trabajo tan bestial como Maleza, mejor disco en aquel año para quien les escribe.
Son bastantes las propuestas en las que dos únicos músicos han erigido una carrera discográfica notable, pero debo reconocer que el caso de Ánxela Baltar y Violeta Mosquera es el que más me deja con la boca abierta al preguntarme cómo es posible que tan sólo una guitarra y una batería sean capaces de levantar semejante muralla sónica tanto en estudio como en directo.
Han pasado tres largos años en los que lidiar con la fatiga mental y los sinsabores de una industria prendada por algoritmos, cifras y macro-festivales donde la música ocupa prácticamente un papel anecdótico.
Por fin vuelven, arropadas por la sabia producción de Santi García en sus estudios Ultramarinos Costa Brava, figura referencial para dotar de la electricidad adecuada a cualquiera de las variedades de rock alternativo que pasen por sus manos.
Bala muestran de nuevo todas las virtudes arrasadoras de ese sonido deudor de los Nirvana más corrosivos, de la suciedad desparramada de sus estimados Melvins y de las toneladas de decibelios y actitud riot grrrl de, sobre todo, L7.
Llaman la atención colaboraciones de renombre como la infalible Ana Curra en dos temas, “Equivocarme” y “3 veces” (muy guay ese teclado de fondo a lo Stooges en ésta) y la de sus incipientes paisanas Tanxugueiras (emocionante su aportación a “Ouveo”). Recurrir a estos nombres reconocidos pudiera, de antemano, suponer que las gallegas intentasen hacer virar su sonido hacia una audiencia más genérica. Pues nada más lejos de la realidad.
Bala se atrincheran en su caparazón de honestidad y fuego para escupir algunos de los versos más violentos y directos de su carrera desde la inicial “Equivocarme”, un latigazo punk de lo más hardcore que han compuesto nunca. La furia y la catarsis se despliegan a través del entramado lírico más explícito de toda su andadura, con poco espacio para metáforas o las simbologías misteriosas de antaño; ahí están como ejemplos el taladro incisivo de “Prisas”, la denuncia feminista exacerbada de “3 veces” y el cierre frontal con “Todo mal”.
Los riffs polvorientos marca de la casa erigen temas colosales como “Inmutable” o “Fuera”, con esa revitalización del stoner tan propia y adictiva que defienden, mientras que los juegos vocales de Ánxela (más fuera de sí que nunca) ofrecen interesantes matices y contrastes con el contrapunto más apaisado de Violeta.
Metal, desert rock y punk sin doma posible para que sus fieles comprobemos una vez más el talento hasta el momento inagotable de Bala y que algún advenedizo cansado del plástico imperante se una al club.
Escucha Bala – Besta