Bigmouth strikes again. Analizamos las polémicas declaraciones de Morrissey a lo largo de su carrera
Morrissey ha vuelto a hacer gala de su poco tacto. La última del cantante británico ha sido comparar la masacre de Noruega con lo que cadenas de alimentación como McDonalds o Kentucky Fried Chicken hacen con los animales. Su desafortunada frase reza de la siguente manera: «We all live in a murderous world, as the events in Norway have shown, with 97 dead. Though that is nothing compared to what happens in McDonald´s and Kentucky Fried shit every day/Vivimos en un mundo asesino como hemos podido comprobar con los sucesos de Noruega, con 97 muertos. Pero creo que eso no es nada comparado con lo que pasa cada día en McDonald’s y Kentucky Fried Chicken». Una nueva salida del tono, que se une a innumerables anécdotas y frases atribuidas al que fuera líder de The Smiths.
Algunos recordarán sus chascarrillos en su última visita a España en el verano de 2008, hablando de “la pena que le daba la gente que comía carne, algo que provocaba cáncer”. Hace algunos años de hecho, abandonó su actuación en Coachella por el olor a carne asada afirmando “Huele a carne asada, espero que sea humana”. También existen rumores –no comprobados– que aseguran que inspeccionaba los zapatos o cinturones de los chóferes que le trasladaron de Valencia a Benicàssim haciéndoselos quitar en caso de que fueran de cuero. La última, el próximo 4 de agosto actúa en un festival belga donde ha exigido para participar que no se sirva carne.
Pero ese vegetarianismo extremo del que hace gala desde hace tres décadas y que se plasmó en el recordado Meat Is Murder (1985) se le une también un claro republicanismo. Sus críticas habituales a la familia británica también desde la época de The Queen is Dead(1986) volvieron a salir a la luz con la reciente boda del Príncipe Guillermo con Kate Middleton, cuando afirmó “No creo que representen a Inglaterra y tampoco creo que Inglaterra les necesite. Creo sinceramente que son parásitos que se benefician de los ingleses y nada más. Tampoco creo que sirvan para algo».
Pero no sólo la Familia Real es objeto de sus críticas, la clase política desde tiempos de Margaret Tatcher también ha caído en sus redes. Recodad su canción “Margaret On The Guillotine” que cerraba Viva Hate (1988) o cuando el actual presidente David Cameronse declaró seguidor de The Smiths y tanto Marr como él se apresuraron en repudiarle como fan y a pedir al mandatario que no utilizara su nombre más dada su afición a matar ciervos, algo que no encajaba en la gente para que la se escribieron esas canciones.
Desde los comienzos de su carrera en solitario también ha sido acusado de racista y xenófobo. No sólo por sus apariciones en directo envuelto en una bandera británica o por declaraciones en las que afirmaba que “Inglaterra está perdiendo su identidad por culpa de tanto inmigrante” algo que por cierto le costó una polémica con NME, medio al que tuvo muchos años vetado. También recordaréis canciones como “National Front Disco” que incluía estrofas como “England for the english/Inglaterra para los ingleses” o “Bengali In Platforms” y “Asian Rut”. También llamó a los chinos “subespecie” por consumir perros y gatos. Aún así, él siempre ha negado estas acusaciones racistas tildándolas de infundadas.
A esto pueden sumarse cientos de polémicas con muchas bandas (tiene aversión contra Robert Smith y hace poco dijo que dejará de ser fan de Roxy Music a causa de la afición de Brian Ferry por la caza ), con los sellos (a día de hoy afirma no tener a ninguno interesado en sus nuevas canciones) o con la situación actual de la industria, (que para él está herida de muerte).
Morrissey suele estar en el centro de la polémica, pero sus incondicionales no se lo reprochan. Son las excentricidades de una estrella introvertida, de lengua afilada que el año que viene publicará su autobiografía, donde tendremos la ocasión de indagar algo más en la mente del artista británico.