Björk – Volta (Universal)
Björk ha vuelto. Y no sólo por la publicación de un nuevo disco, ha vuelto en un sentido más amplio. La islandesa parece haber aparcado temporalmente la vanguardia más radical y adusta para regresar con un disco enérgico y vitalista como no se veía desde los tiempos de Homogenic (97). Medúlla (04) y Drawning Restraint 9 (05) eran también trabajos altamente recomendables pero su arriesgada construcción formal exigía un esfuerzo extra por parte del oyente que no todo el mundo estaba dispuesto a asumir. Volta es su disco más accesible en años y por ello volverá a conquistar a aquellos que huyeron cuando la cosa se empezó a complicar, allá por el magnífico Vespertine (01).
“Earth Intruders” marca un espectacular inicio de disco en el que se muestra en todo su esplendor el nuevo planteamiento rítmico de la islandesa; la combinación de programaciones electrónicas con percusiones acústicas. El afamado productor de hip hop Timbaland es el encargado de montar el armazón sonoro de la pieza pero a sus beats tribales hay que sumar las percusiones africanas de Konono nº1 y la batería de Chris Corsano. Por su parte, “Wanderlust” recuerda al sonido épico que hizo grande a Homogenic, no en vano la programación corre a cargo del fiel Mark Bell (LFO) y la desprendida interpretación vocal de Björk se funde con los beats y la sección de vientos de forma prodigiosa.
Pero no todo en Volta es arrebato y ritmo frenético. El disco pendula entre las canciones más dinámicas y las más graves y solemnes. La majestuosa “The Dull Flame of Desire” pertenece a este segundo grupo y en ella se puede disfrutar de uno de esos duetos vocales que definen una época, el de Björk junto a Antony Hegarty; la tensión rítmica contenida la pone Brian Chippendale, el virulento batería de Lightning Bolt. Timbaland se hace de nuevo con los mandos para prender la mecha de la potente “Innocence” donde Björk vuelve a cantar con la misma soltura y arrojo que en las épocas de Debut (93) y Post (95)
El péndulo gira de nuevo y nos encontramos inmersos en la placidez de “I See Who You Are”, tema marcado por los sonidos acuáticos de la pípá (instrumento tradicional chino) de Min Xiao-Fen y el puzzle de voces dobladas de la islandesa. El ritmo marcial y los amenazadores arreglos orquestales hacen de “Vertebrae by Vertebrae” el momento más oscuro del disco y su sofocante atmósfera recuerda a los minutos más desesperados del genial SelmaSongs (00). Por contra, “Pneumonia” nos devuelve a la Björk capaz de emocionar con la ayuda de una orquesta y unas inflexiones vocales marca de la casa. El equipo imposible formado por Timbaland y la kora del gran Toumani Diabaté funden de forma única en “Hope” a occidente con las tradiciones africanas.
Utilizando la misma estrategia que en Homogenic con “Pluto” y “All is Full of Love”, Volta prepara el cierre con la desgarrada brutalidad de “Declare Independence” para después epatar con esa conmovedora oda a la maternidad que es “My Juvenile” donde un clavicordio sirve de base para las emocionantes armonías de Björk y Antony.
Volta ha sido grabado en once ciudades a lo largo y ancho del planeta y Björk utiliza los sonidos del mar (sirenas de barco, ambiente portuario, código Morse) como metáfora del nomadismo, el desarraigo y el cruce de culturas, factores todos ellos que han hecho posible la existencia de este notable disco.