Bob Moses – Battle Lines (Domino/Music As Usual)

Bob Moses se posicionaron definitivamente en el mapa con aquel All In All (Domino, 15) que recopilaba sus tres primeros EP’s, remarcando consecuencias hipnóticas poco después con el que estrictamente fue su debut en formato largo, Days Gone By (Domino, 15). Hasta entonces todo había ido de cara para Jimmy Vallance y Tom Howie, y así el dúo afincado en Nueva York afrontaba con optimismo el tradicionalmente complicado segundo disco.

Sin embargo, una de las peores cosas que le pueden pasar a un artista es tornarse inocuo e incluso aburrido, bien sea por relajación o por escasez de ideas realmente inquietas. El caso es que, llegado el esperado momento en cuestión, una incomoda sensación de acomodo acompaña a (casi) toda la escucha del segundo álbum firmado por la dupla de Vanocuver. Vaya por delante que Battle Lines (Domino, 18) alberga un sonido incuestionable, y en él se da un exquisito trato a ese indie-pop de clara querencia electrónica (aunque menos marcada que antes) y ambientes nostálgicos que sus autores trabajan. Por eso el problema no se focaliza en un envoltorio que cubre el producto de manera coherente y acertada, sino que apunta directamente hacia el mismo contenido. El elepé se abre con las tres mejores canciones del lote (junto a “Enough To Believe”), aun así alejadas del relumbrón de piezas pretéritas como las insinuantes “All I Want”, “Tearing Me Up” o “Winter’s Song”. En cualquier caso, “Heaven Only Knows”, “Battle Lines” y “Back Down” cumplen en su papel de despertar el interés inicial y no decepcionan. Es a partir de ese punto cuando el disco incurre en una inercia peligrosa que, al trascurrir de cortes inofensivos como “Eye For An Eye”, “Nothing But You” o “Listen To Me”, motiva que la atención del oyente termine entrando en coma.

Después de disfrutar con un éxito que incluso les granjeó un premio Grammy, Bob Moses han tropezado en esta prueba significativa con un trabajo inofensivo en su mayor parte. Y, si bien el resultado no es del todo calamitoso ni determinante para su futuro inmediato, sí que debería servir como toque de atención para un dúo que apuntaba mucho más alto y ahora reaparece con una apariencia meditadamente domesticada.

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