Brett Anderson – Black Rainbows (EMI)
Brett Anderson lanza su cuarto álbum en solitario en plena vorágine mediática en torno a Suede, tras el exitoso regreso a los escenarios de la formación consumado con completísimas reediciones de su obra y la reciente declaración de intenciones acerca de un nuevo disco de estudio.
Tras la trilogía intimista y otoñal formada consecutivamente por Brett Anderson (2007), Wilderness (2008) y Slow Attack (2009), el músico varía pretensiones y recluta nueva banda al uso, con bajo, guitarra y batería acompañando su imponente y reconocible presencia vocal. El cantante prescinde de los ajustes orquestales e instrumentación clásica presentes en anteriores entregas para completar un decálogo de pop eléctrico apto para todos los públicos que, por relativa trascendencia, pegada limitada y fácil asimilación, resulta más cercano a aquel efímero proyecto llamado The Tears que a los propios Suede.
Con el mencionado cambio de guión y consiguiente acelerón estilístico, el británico excede puntualmente los niveles recomendables de épica, alternando la elegancia y distinción de ataño con saturación motivada por una serie de arreglos vocales e instrumentales demasiado simplistas y manoseados. La contraproducente ostentosidad de la producción no impide la inclusión de composiciones efectivas como “Actors”, “Thin Men Dancing”, el single “Brittle Heart”, “I Count The Times”, “Crash About To Happen” o la melancólica belleza final de “Possession”.
Black Rainbows (2011) es un trabajo aceptable para fieles del autor, que superarán el chirriante e inexacto enfoque apreciando las virtudes siempre presentes en la infravalorada carrera de Anderson en solitario. Aunque sepamos que la mayoría de estas canciones lucirían mejor liberadas de la conveniente dosis de pomposidad superflua.