Bum Motion Club – Distracciones (Autoeditado)
Dos años después de que Bum Motion Club asaltaran la banca con un debut en largo tan fresco y contundente como Claridad y Laureles (Autoeditado, 2023), demuestran que lo suyo no fue flor de un día. Los madrileños entregan un conjunto de canciones en el que amplían el abanico de detalles y registros, sonando aguerridos y sugerentes y confirmando todo lo bueno apuntado anteriormente en una reválida que supone un peldaño más en su crecimiento artístico.
Sin aparcar un reconocible gusto por la distorsión que les sitúa en terrenos amigos del shoegaze o el dream-pop, y sin dar la espalda a corrientes de aquellos 90 marcados por el grunge, las melodías ganan en pagada entre brumas serpenteantes e hipnóticas. Con el ímpetu que les otorga su insolente juventud, se manejan intrépidos y habilidosos entre la contención de las brumas vaporosas y los destellos de noise vigoroso y arrebatador.
La producción, a cargo del mítico Carlos Hernández en combinación con la propia banda, funciona con brillantez logrando que las atmósferas envolventes encuentren el ancla perfecta en sus poderosas guitarras. El single “Paseo de Vuelta” constituye un inicio inmejorable con ese subidón inmediato y un loop envolvente de sintes que redondean una de las grandes canciones del año. “El Destello” mantiene la mirada en los 90 con poso melancólico pero esperanzado («No todo aquello que nace, muere» subraya su afilada letra), antes de que “Paso Lento” y “Bandera Blanca” pongan sobre la mesa nombres del calibre de The Smashing Pumkins o infravalorados maestros de la distorsión como Yuck o My Vitriol, capaces de hacer de los cambios de ritmo un arte a reivindicar.
En el capítulo de colaboraciones, el encuentro con Triángulo de Amor Bizarro desemboca en la épica controlada del medio tiempo “Pausa”, en la que sacan partido de ese sello tan característico de los gallegos, capaces de rugir desde las catacumbas con el aroma shoegaze que aporta la voz de Isa Cea, mientras que en “La Grieta (Una Casa)” las guitarras furiosas se dan la mano con el instinto melódico de Repion, dando con un estribillo redondo y una alternancia de voces que funciona bien engrasada.
Y es que el quinteto ha conseguido trasladar la energía contagiosa que emana de sus contundentes directos a un puñado de canciones en las que brilla su dominio de los tempos y las texturas, transitando con solvencia desde el calambre paralizante de la inmediatez (“Cielo Abierto”) al magma pop que arrastra entre vaivenes sinuosos que incitan a una inmersión hipnótica (“Nido de Cristal”, “Escondite”). Ahí están si no las incendiarias guitarras de la titular “Distracciones” para corroborar su crecimiento exponencial en el dominio de esa tensión que transmiten sus desarrollos. Los textos basculan entre los sentimientos asociados a las relaciones personales, asumiendo cada experiencia como un aprendizaje y proyectando esperanza con pulso creíble.
La sensación que prevalece tras la electrizante escucha del nuevo material de Bum Motion Club arroja un balance del todo positivo que eleva al mismo tiempo las expectativas alrededor de un proyecto que hace tiempo que dejó de ser una ilusionante promesa, para convertirse en consolidada realidad.

