Cuéntame una canción: Sympathy for the Devil
“Voy a darte la ocasión de elegir que yo no tuve”, le dice Lestat al joven periodista antes de beber su sangre. Son las últimas escenas de Entrevista con el vampiro (1992), y, por supuesto, nos dejan a los espectadores preguntándonos qué elegiríamos nosotros: muerte en vida (como vampiros) o muerte (a secas) para siempre. Un gran final, sin duda, pero que obtiene buena parte de su fuerza no del guion, sino de la canción elegida para acompañar a esas últimas imágenes: «Sympathy for the Devil». El director, Neil Jordan, encargó a Guns N Roses una versión para la película del tema que los Rolling Stones habían grabado veintiséis años antes y que, a esas alturas, era ya todo un clásico. Y llamemos a las cosas por su nombre; el hecho de que, a raíz de los problemas surgidos durante la grabación, el grupo de Axl Rose casi se fuese al infierno no fue sino una coincidencia. Como lo fue que el estudio donde se grabó la primera versión, la de los Stones, resultase devorado por las llamas o que, en el concierto de Altamont, al año siguiente, un hombre muriese apuñalado por el “servicio de orden” justo después de que Jagger y el resto de la banda interpretasen «Sympathy for the Devil». Meras coincidencias, solo eso.
Pero ya se sabe lo que pasa, basta mentar al Diablo para que la gente empiece a verlo por todas partes. Por eso, cuando en diciembre de 1968, el grupo británico publicó esta canción como parte del LP Beggar’s Banquet, muchos se pusieron de los nervios. Claro que el hecho de que su anterior álbum se hubiese titulado Their Satanic Majesties Request (1967) seguro que también tuvo algo que ver. Eso, y todo lo sucedido durante ese año, porque ¡menudos doce mesecitos! Si el anterior había sido “El año del amor”, el 68 bien podría llamarse “El año diabólico”: En Estados Unidos Martin Luther King era asesinado y poco después le ocurría lo mismo a Robert Kennedy, justo durante el segundo día de grabación (pura coincidencia, insisto). Richard Nixon era elegido presidente y por todo el país la policía reprimía con fuerza las revueltas contra la guerra de Vietnam y a favor de las minorías raciales. Y fuera, el panorama no era mucho mejor, en Polonia los tanques soviéticos entraban en las calles de Praga; en París, los estudiantes se unían a los trabajadores en una huelga como nunca se había conocido antes; y en Ciudad de México, la tristemente famosa matanza de la Plaza de Tlatelolco dejaba más de 300 muertos.
Así que cuando Mick Jagger empieza a recitar, con ritmo hipnótico, que un personaje que se hace llamar a sí mismo Lucifer se atribuye toda clase de desgracias a lo largo de la historia, desde la crucifixión de Jesucristo a los ataques relámpago de la aviación alemana sobre Londres, muchos creyeron encontrar la explicación a los males de la humanidad: el Diablo. Si pasan cosas malas, es por culpa del Diablo. Claro.
En todo caso, y dejando de lado el efecto social y cultural de la canción, es preciso decir que se trata de uno de los mejores temas de la historia del rock. En 2004 la revista Rolling Stone la situaba en el puesto 32 de entre las 500 mejores canciones de la historia. Y, por cierto, ya que estamos; 3 +2 = 5, que es el número de puntas de la estrella invertida o pentáculo utilizado en los cultos satánicos. ¿Lo ven? Encontrar significados ocultos es fácil. Pero no significan nada, en serio.
En nuestro país, en una encuesta llevada a cabo por el diario La Vanguardia, en 2012, resultó ser la canción favorita de los fans del grupo, justo por delante de «Angie» y de «Gimme Shelter». Es, además, una de las más versioneadas de la historia, por una multitud de artistas diferentes. Además de los ya citados Guns N Roses, están Bryan Ferry, Natalie Merchant, U2, Laibach, Jane’s Adiction, The Neptunes, Fatboy Slim, Full Phatt, Ozzy Osbourne, Motörhead… Incluso la London Symphony Orchestra tiene su propia versión. En el cine, ha sido utilizada también en los momentos finales de la película Fallen (Poseidos, en su versión en español. Ya se imaginan de qué va) y en Focus (2015). Y también en los videojuegos Tony Hawk’s Proving Ground, Mafia 3 y Call of Duty: Black Ops. Allan Moore introduce la letra de la canción en su novela gráfica V de Vendetta. Solo de los derechos generados, podríamos vivir ustedes y yo a cuerpo de rey.
Personalmente, me parece de gran interés el proceso de creación seguido por los artistas para componer la canción hasta llegar a su forma final. La grabación se llevó a cabo en los Olympic Sound Studios, de Londres, durante los días 5, 6, 8, 9 y 10 del mes de junio de 1968 y el cineasta francés Jean-Luc Godard dejó constancia de todo el proceso en un documental que en principio iba a llamarse One Plus One, pero que el productor insistió en cambiar por el de Sympathy for the Devil. La pasta es la pasta.
Tanto la música como la letra fueron compuestas, en un primer momento, por Mick Jagger, si bien no está muy claro cuáles fueron sus fuentes de inspiración al escribir los versos. En aquella época, la pareja de Jagger era la cantante y actriz británica Marianne Faithfull, quien le introdujo en ciertos ambientes intelectuales que hasta entonces el músico no había frecuentado. Según parece, Faithfull le habría pasado a Jagger el libro El maestro y Margarita, del escritor ruso Mikhail Bulgakov, y cuenta la leyenda que de ahí tomó la idea básica para escribir la letra de la canción. Sin embargo, lo cierto es que no hay entre ambos mucha relación, más allá de que en los dos aparece el diablo, un vínculo que por sí solo parece demasiado flojo. Por otro lado, el propio Jagger afirmaba, tiempo después, que “le parecía recordar que se había inspirado en la poesía de Baudelaire”. Así, en general. Pero tampoco es fácil determinar qué parte de la obra del poeta francés pudo haber generado la chispa inspiradora.
El título inicial de la canción era «The Devil Is My Name» y, en ella, el cantante adopta la voz de un personaje desconocido que oculta su nombre y que se atribuye a sí mismo toda una serie de acontecimientos nefastos ocurridos a lo largo de la historia. Habla en primera persona y se dirige al oyente en cuatro estrofas, con versos de rima pareada, que acaban con el estribillo:
Pleased to meet you hope you guess my name
But what’s puzzling you is the nature of my game.
Finalmente, el hablante revela su identidad, Lucifer, aunque a esas alturas los oyentes ya tienen una idea bastante aproximada de con quién están tratando. Además, se refiere a sí mismo como un alguien sofisticado, elegante y cortés, y no sé a ustedes, pero a mí me viene a la mente la imagen de un banquero. Jagger aseguraba en una entrevista a la revista Rolling Stone que había intentado hacer algo “al estilo de Bob Dylan”. Si realmente fue así, el resultado superó sus expectativas y es capaz de sostenerse por sí solo, sin necesidad de comparaciones con otros compositores.
En lo que se refiere a la música, en cambio, el proceso seguido resulta bastante más transparente. Mick Jagger había viajado a Brasil a principios de ese mismo año, visitando las ciudades de Río de Janeiro y Bahía. Probablemente eso fue lo que le llevó a comparar el ritmo de la canción con una samba brasileña, aunque lo cierto es que los anglosajones utilizan las etiquetas de “música latina” o “samba” como cajones de sastre en los que meten un montón de estilos diferentes sin hacer muchas distinciones. Sin embargo, basta escuchar cualquier samba escogida al azar para darse cuenta de la enorme distancia que existe entre ambas composiciones. El tema de los Stones transmite desde los primeros acordes un tono ominoso que se aleja considerablemente del ambiente festivo de la música carioca. Si hay que encontrar alguna influencia musical en esa parte del mundo sería mejor hacerlo en los ritmos que acompañan a los ritos candomble o macumba, religiones afrobrasileñas que tienen un fuerte componente sobrenatural.
Al poco de empezar a grabar, Keith Richards introdujo cambios en el ritmo, alterando la base del mismo y el tempo, y dándole mayor protagonismo a la batería de Charlie Watts. Poco después, se incorporó a la grabación el percusionista ghanés Rocky Dzidzornu (Rocky Dijon) y el ritmo repetitivo in crescendo que la caracteriza quedó establecido.
En los estudios de grabación había mucha gente presente, además de los músicos y el equipo de filmación que acompañaba a Godard, y formando parte del crowd estaba la modelo y actriz italiana Anita Pallenberg, en esos momentos pareja de Keith Richards, quien desde la sala de mezclas comenzó a seguir el ritmo de la canción con sus “whoo-whoo”. Al escucharla, el productor Jimmy Miller tuvo un momento de inspiración y decidió introducir un coro de acompañamiento formado por la propia Pallenberg, Richards, Brian Jones, Bill Wyman y el propio Miller repitiendo el ya famoso “whoo-whoo”. Era el toque que le faltaba a la canción para aproximarse a los canticos rituales antes mencionados.
Jagger intentó resumir, a su manera, el proceso creativo cuando dijo: “Las canciones se metamorfosean, y ‘Sympathy for The Devil’ es una de esas canciones que comienzan siendo algo, que yo escribí de cierta manera y luego fuimos cambiando el ritmo. Y de repente se convirtió en algo diferente por completo. Y se volvió algo muy excitante. Empezó como una canción folk y luego pasó a ser una samba. Una buena canción puede llegar a ser cualquier cosa. Lleva un montón de referencias históricas y montones de poesía”. Bueno, quizá no sea como una clase magistral, pero sí que apunta a lo importante que es tener una buena idea de partida e ir trabajando sobre ella hasta ver dónde te lleva. Más o menos.
En conjunto, la letra y la música forman una combinación perfecta, cada una apoyando y potenciando a la otra, lo que ha dado como resultado una de las mejores canciones rock que se han grabado nunca y en la que el paso del tiempo no ha hecho mella.
Por cierto, (se van a reír), que justo antes de poner el punto final a este artículo, se me fundió la pantalla del ordenador y tuve que comprar otra nueva, pero, ¡eh!, las coincidencias existen. Son cosas que pasan, nada más.
FICHA TÉCNICA:
Mick Jagger – voces y bongos.
Keith Richards – guitarra eléctrica, bajo, coros.
Brian Jones – Guitarra acústica, bongos, coros.
Bill Wyman – Maracas, coros.
Charlie Whatts – Batería, voces.
Nicky Hopkins – Piano, voces.
Rocky Dzidzornu – Percusión.
Anita Pallenberg – Coros.
Marianne Faithfull – Coros.
Jimmy Miller – Coros.
Fechas de grabación: 5, 6, 8, 9, 10 de diciembre. 1968.
Estudio de grabación: Olympic Sound Studios. Londres, UK.
Productor: Jimmy Miller.
Compositores: Mick Jagger, Keith Richards.
Sympathy for the Devil
Please allow me to introduce myself
I’m a man of wealth and taste
I’ve been around for a long, long year
Stole many a man’s soul and faith
And I was ‘round when Jesus Christ
Had his moment of doubt and pain
Made damn sure that Pilate
Washed his hands and sealed his fate
Pleased to meet you
Hope you guess my name
But what’s puzzling you
Is the nature of my game
I stuck around St. Petersburg
When I saw it was a time for a change
Killed the Tsar and his ministers
Anastasia screamed in vain
I rode a tank
Held a general’s rank
When the blitzkrieg raged
And the bodies stank
Pleased to meet you
Hope you guess my name, oh yeah
Ah, what’s puzzling you
Is the nature of my game, oh yeah
I watched with glee
While your kings and queens
Fought for ten decades
For the gods they made
I shouted out
Who killed the Kennedys?
When after all
It was you and me
Let me please introduce myself
I’m a man of wealth and taste
And I laid traps for troubadours
Who get killed before they reached Bombay
Pleased to meet you
Hope you guessed my name, oh yeah
But what’s puzzling you
Is the nature of my game, oh yeah, get down, baby
Pleased to meet you
Hope you guessed my name, oh yeah
But what’s confusing you
Is just the nature of my game, mm yeah
Just as every cop is a criminal
And all the sinners saints
As heads is tails
Just call me Lucifer
‘Cause I’m in need of some restraint
So if you meet me
Have some courtesy
Have some sympathy, and some taste
Use all your well-learned politesse
Or I’ll lay your soul to waste, mm yeah
Pleased to meet you
Hope you guessed my name, mm yeah
But what’s puzzling you
Is the nature of my game, mm mean it, get down
Oh yeah, get on down
Oh yeah
Oh yeah
Tell me baby, what’s my name
Tell me honey, can ya guess my name
Tell me baby, what’s my name
I tell you one time, you’re to blame
Oh, right
What’s my name
Tell me, baby, what’s my name
Tell me, sweetie, what’s my name
un articulo muy interesante
Artículo muy completo. Aclara muy bien el origen de algunas de las canciones más míticas.
Me lo he pasado teta
¡Buen trabajo!
Prefiero «Time is on my side» que tambien sale sale en «Fallen». Impresionante articulo!.
¿Praga en Polonia?