Dewey Phillips, el pionero radiofónico del que nunca escuchaste hablar
- Seguimos emitiendo desde la MZKLA, la revista más vibrante del panorama musical digital. Hoy os traemos a Dewey Phillips, el pinchadiscos más lenguaraz, sin filtros ni complejos, que desde su emisora en Memphis dio forma radiofónica al Rock & roll. Directo desde las profundidades de la historia para colarse en vuestra lectura habitual. “What ever you are doing today, tell them that Phillips sent ya!”
Bajo la alfombra roja de las personalidades de la música, aún hay un puñado de ilustres esperando vestirse de loas más que merecidas. Dewey Phillips fue durante cerca de 10 años el epicentro del terremoto que iba a cambiar, como pocos, el panorama musical. Pero él no solamente pasaba por allí. Fue partícipe directo en la gestación del Rock & roll y, más en concreto, en el advenimiento de su majestad: Elvis Presley.
Al volver de la 2ª Guerra Mundial, nuestro protagonista se instaló en Memphis, Tennessee, donde comenzó a trabajar en el departamento de discos de la cadena de tiendas WT. Grant. Una de las funciones en su puesto de trabajo era seleccionar y pinchar la música que amenizaría a los clientes.
En el sur de los EEUU la segregación se encontraba en cada rincón, incluida en la propia tienda de discos, donde la música realizada por los negros aún portaba el sambenito de “música de raza”. Será precisamente en estas condiciones, en las que el joven de 23 años empiece a marcar la diferencia. La cuidada selección a reproducir por los altavoces no presentaban discriminación alguna, ya sea de raza o género musical, rasgo que mantendrá en el futuro. A ello había que unir el otro gran atractivo de Dewey, su carisma arrollador, repleto de bromas y acento hillbilly, que atrajo, principalmente, a la audiencia más joven.
El salto no tardó en llegar. En 1949 estrenaba programa en la WHBQ de la radio local de Memphis, bajo el acertado nombre de Red Hot & Blue. No había ondas más candentes que las emitidas por Phillips, quien en menos de un año alcanzó los 100.000 oyentes y recibía 3.000 cartas a la semana. Su estilo divertido, frenético, casi maníaco, sentó precedente e influyó a sus compañeros de profesión, entre ellos Alan Freed, quien a la postre dejaría en la sombra al propio Dewey como catalizador del Rock & roll. Años después, en 1956, será de nuevo pionero al emitir simultáneamente radio y TV en su programa Pop Shop, adelantándose al laureado American Bandstand.
Su tremendo éxito llamó la atención a otro Phillips, en este caso Sam, quien no compartía sangre con Dewey, pero si la misma pasión. Sam Phillips acababa de abrir un estudio de grabación en Memphis donde grababa los estilos que al locutor le gustaba airear. Tan grande fue la conexión, que incluso decidieron atreverse con un sello discográfico, bautizado a prisa como The Phillips, con el que lanzarían solamente un trabajo. El proyecto no cuajó, pero, afortunadamente, la amistad perduró.
En 1956, Sam Phillips, ya con Sun Records funcionando, pasó a Dewey la cinta de un chaval de 19 años que acaba de grabar. Aunque reticente al principio, nada más escuchar la grabación exclamó: “Degawwhh! It´s a hit, it´s a cotton pickin hit”. Con el estupendo olfato musical que poseía, no se equivocó, y a la jornada siguiente, el 8 de julio de 1954, Dewey Phillips se convirtió en la primera persona en pinchar «That´s all right / Blue moon of Kentucky» de Elvis Presley, no una, sino treinta veces ese mismo día. Si sois de los que tienen sensibilidad histórica, pinchen abajo para escuchar el momentazo.
Durante la emisión del programa Dewey intentó una y otra vez contactar con la familia de Elvis para hacerle una entrevista, pero el cantante, muy asustado, se fue al cine. Finalmente, los padres consiguieron tranquilizar al principito, quien accedió a ser entrevistado. Consciente del manojo de nervios al que se enfrentaba, el locutor decidió hablar de manera distendida con el joven hasta que este se encontrase más tranquilo. Cuando el pequeño Elvis afirmó estar preparado, el pillo de Phillips dijo que la entrevista había terminado, ya que había dejado deliberadamente el micrófono encendido durante el parloteo quita-nervios.
Uno de los momentos más llamativos de la entrevista fue cuando Elvis fue preguntado por la escuela a la que iba en la ciudad. La cuestión, en apariencia muy trivial, adquiría más relevancia en la sociedad segregacionista en la que se encontraban, ya que revelaba al oyente la raza del entrevistado.
Con el paso de los años, las carreras de ambas figuras se inclinaron de manera inversa. La relación entre ellos fue buena a pesar de tener algún incidente, como cuando Dewey traicionó a Elvis pinchando en directo «Teddy Bear», antes de haberse publicado.
A las puertas de la década de los sesenta, el cambio hacia el formato Top 40, que no favorecía su lucimiento, precipitó la decadencia, a pesar de seguir trabajando unos años más. En 1968 murió sumido en una espiral de alcohol, delirios y hospitalizaciones.
La figura de Dewey Phillips, lejos de ser un simple pasaje en la ingente bibliografía de Elvis, es tremendamente importante en sí misma. Su estilo de hacer radio de manera irreverente, acelerada, humorística, fue muy imitado por los locutores que vinieron después. Él mismo, se convertía en protagonista junto con la canción, ya que la comentaba, la cantaba, rivalizaba con ella y hacía bromas mientras era reproducida. No obstante, su carácter desbordado, era a la vez peligroso y descontrolado para la sociedad timorata de la época. Las edulcoradas versiones de hacer radio y TV, véase Alan Freed y su Moondog o Dick Clark y su American Bandstand, pasaron por el aro más holgadamente y arrebataron el protagonismo (y frescura) al estilo iniciado por Dewey.
Pero además, su labor fue crucial en la gestación del Rock & roll por ser de los primeros DJs, si no el primero, en poner música de negros y blancos en el mismo programa. Como certeramente declaró Rufus Thomas: “Dewey had no color”. Él mismo acostumbraba a decir que no tenía audiencia blanca o negra, tenía “Good people”.
A ellos iba dirigida su siempre bien ensartada mezcla de los estilos que se fusionarían para formar algo nuevo. Country, Ballads, Blues, Rhytm & Blues, Boogie-boogie, Jazz, etc, todos tenían cabida en la maleta de discos de una de las figuras claves en la génesis del Rock & roll.
Artículo histórico muy interesante y súper bien contado. ¡Muchas gracias y enhorabuena!