Dimitri From Paris – Get Down With The Philly Sound (BBE Records)
Hubo un tiempo, a mediados de la década de los 70, en que la música que hacía bailar a medio mundo en las casi recién estrenadas discotecas tenía un nombre, una denominación de origen: Philadelphia. El Sonido Filadelfia (Philly Sound o Philly Soul, como también era conocido) tenía unas características muy particulares: partiendo de una base funk y ralentizando el ritmo, añadiendo unos arreglos por lo general bastante barrocos (cuerdas y vientos sin escatimar recursos), y echando mano de las técnicas de producción de la Motown (también aquí había equipos de compositores creando un hit tras otro para que, en la mayoría de ocasiones, los grabaran músicos de sesión arropando a voces más o menos identificables), consiguieron un estilo propio que puso a la ciudad del amor fraterno en el mapa musical y que sentó las bases de lo que sería la música disco unos años más tarde.
Son innumerables las recopilaciones que, desde entonces, han intentado mostrar lo más variado y selecto de aquel sonido. Esta vez es Dimitri From Paris, el productor y DJ francés, el que nos propone una visita a algunas de aquellas grandes voces y mejores canciones. Conociendo su afición por el sonido lounge y la música disco, este Get Down with the Philly Sound es un álbum que tenía que llegar más pronto que tarde. Para su distribución comercial se presenta en formato de doble CD: en uno de ellos se incluyen nueve canciones de aquella época en su versión original; en el segundo CD podemos escuchar remixes de las mismas canciones realizados por Dimitri para la ocasión, partiendo de los másters originales de los temas.
Sobre los remixes podemos opinar a medias, puesto que la discográfica ha pensado que para reseñar el disco sólo nos hacía falta escuchar unos minutos de cada remix (en el caso de “The Love I Lost”, por ejemplo, se incluyen apenas 4 minutos de los más de 10 que dura la mezcla de Dimitri). En cualquier caso, se intuye un trabajo bien hecho técnicamente y respetuoso con las canciones. Parece que en las mezclas sólo se ha utilizado el material original, algo que no sólo no perjudica el resultado final sino que lo agranda. Se agradece que no estemos ante el típico mix en el que “todo vale”, y que el resultado final (al menos lo que se nos ha permitido escuchar) sea coherente y respetuoso con el estilo y el alma de las versiones originales, aplicando el axioma “menos es más” que a veces se echa en falta en este tipo de trabajos.
El CD con las canciones originales no viene incluido en la versión promocional, pero de todos modos cualquier buen aficionado al Philly Sound las habrá escuchado decenas de veces. Están “The Love I Lost”, “Tell The World How I Feel About ‘Cha Baby” y “Bad Luck” de Harold Melvin and the Bluenotes; “Hurt So Bad” de los Philly Devotions; “Living Together” de los Jacksons; “The Night The Lights Went Out” de The Trammps; “He’s A Friend” de Eddie Kendricks, y “The More I Get The More I Want” y “You Can’t Hide From Yourself” del propio cantante de los Bluenotes, el gran Teddy Pendergrass. Respecto a la selección de canciones, desde luego son todas ellas grandes representantes de lo que fue el sonido Philadelphia. Sin embargo se echa en falta algo más de variedad en la selección de los artistas. Todos estaremos de acuerdo en lo que comenta Dimitri en la versión promocional: Teddy Pendergrass fue la gran voz del Philly en sus mejores momentos. Sin embargo parece exagerado que 5 de las 9 canciones remezcladas sean suyas (en solitario o con los Bluenotes de Harold Melvin), y que por otra parte no se incluyan artistas capitales para el estilo como los O’Jays o las Three Degrees, o temas básicos para comprender el origen y posterior evolución del sonido como “TSOP (The Sound of Philadelphia)”, la seminal canción de aquel súper combo de músicos de sesión al servicio del sello Philadelphia International que respondían al nombre de MFSB. Cosas de los derechos de autor, supongo.
En resumen, una actualización-aproximación al sonido Philadelphia que, aunque se quedará corta para los más versados en el estilo, puede ser una buena puerta de entrada para captar nuevos aficionados que mantengan vivo el espíritu, alicaído y semiolvidado, del Philly.