Ecoband – Involution (Autoeditado)
No es demasiado fácil seguir la pista a los valencianos Ecoband. Suelen publicar su música «a la japonesa», desperdigada en distintos sencillos, EPs, formato digital… Ahora han reunido varias de esas canciones que ya conocíamos de otros trabajos, algo retocadas y acompañadas de algunas novedades, en un disco al que han bautizado Involution porque, según ellos, supone un regreso a sus crudos y rockeros orígenes.
Doy fe de ello: si querían recuperar un sonido crudo y primario, abrir el álbum con un tema nuevo como «Liar» era la mejor jugada que podían hacer. Un tema poco hecho que golpea directo al estómago, con guitarras sucias, bajos estridentes y voz desgarrada. El encanto de lo «amateur» revestido de profesionalidad y ganas de hacer las cosas bien.
Los temas que ya conocíamos suenan igual o mejor. «Never say never» tiene el poso de esas baladas melancólicas y épicas de pop sesentero que tanto gustaban a Joey Ramone. «Easy come easy go» empieza muy post punk para terminar estallando en un estribillo ciertamente memorable, como lo son casi todos los de Ecoband. «We can see in the dark» me sigue recordando a esas grandiosas canciones melodramáticas de Pulp, oscura pero capaz de iluminar esa pequeña habitación en la que un adolescente se enfrente a sus miedos. «Days of thunder» sería casi perfecta sino se acelerara tanto la batería en el estribillo, rompiendo un poco ese ambiente también post punk, pulpiano y opresivo en el que se va desarrollando hasta ese momento.
Lógicamente se nota que falta rodaje, que algunas ideas no acaban de desarrollarse completamente, que otras parecen metidas con calzador en algunas canciones, y que, en general, estamos hablando de un grupo que está empezando y que todavía tiene que encontrar su camino y desarrollar su talento. Sin embargo, por lo que demuestran en buena parte de este Involution, por esas atmósferas melancólicas que saben construir tan bien, por algún estribillo contagioso, por sus medios tiempos que me recuerdan a mis admirados Pulp y, sobre todo, por tener los huevos de hacer dos versiones como «Sandy» (la canción más ñoña de Grease) y «Dancing in the dark» (pocos o casi nadie se atreve con Springsteen, hagan ustedes memoria a ver cuántas versiones recuerdan), me voy a hacer un Risto Mejide y digo: Ecoband, tú sí que vales. Ahora bien: igual que Risto, necesitaré que me lo demostréis en la final.