Electrelane – The Power Out (Too Pure)
El sello Too Pure siempre me ha inspirado mucha confianza, de hecho, tan solo su nombre, y lo que significa, me produce una fuerte atracción. ¿Cómo no me iba a gustar una de sus nuevas bandas, entre las que ya conocía Seefeel, Hefner, Rothko, Laika, Mouse On Mars, Stereolab, cada una de ellas una sorpresa y un mundo aparte? ¿Electrelane? Me lo compro sin darle más vueltas.
Y esto fue lo que me encontré. Un pop-rock espacial, mecanizado, con letras en francés (“Gone Under Sea”), en español (“Oh Sombra!”, musicando un soneto de Juan Boscón, no muy inteligible la pronunciación -todo sea dicho-), en alemán (“This Deed”, que incluye unas líneas de Friedrich Nietzsche) y en inglés, cada canción exige el idioma que mejor se amolda al ritmo y a la soltura o rigidez melódica, así se justifican de la multiplicidad lingüística. Al comienzo todo está muy próximo a Stereolab, pero nada de electrónica, solo –no es poco– guitarras, teclados, bajo, batería, voces y saxofón. Ritmos y secuencias automatizadas, una sección rítmica que, como un motor, pocas veces se toma un respiro, sino que sigue su camino bucleando, dando el impulso, hasta la última nota de cada canción. Claridad, transparencia, y también ensoñación, van a atender, además, a una diversidad estilística que no se advierte como disparatada.
Porque, aunque el disco en su conjunto se perciba como fundamentalmente pop, visto canción a canción es también un paseo por el rock, la tradición clásica casi folk (una canción de tinte bucólico para coro y acompañamiento sobre textos de Siegfried Sassoon, “The Valleys”), el cool, el funk y el jazz. “Only One Thing Is Needed” tiene momentos para la improvisación retro-etno-jazz al saxofón, y “Love Builds Up”, espacio para el órgano funkero. Ahondando en la heterogeneidad, dos de los once temas son exclusivamente instrumentales (como fuera por entero el anterior y primer álbum “Rock It To The Moon”, Let’s Rock! Records, 2001). El instrumental que cierra el cd, “You Make Me Weak At The Knees”, arroja arpegios, glissandi y toques cortos al piano como pinceladas impresionistas, apuntalados por la batería. Sorprendente.
Todo ello compuesto por cuatro mujeres de Brighton (Emma Graze, Rachel Dalley –reemplazada a día de hoy por Ros Murray-, Mia Clarke y Verity Susman) y grabado en Chicago por Steve Albini. El mes pasado entraron a grabar lo que será su tercera larga duración… ¿Qué delicioso mejunje nos estarán preparando para esta ocasión?