Entrevistamos a Slowdive
El regreso de Slowdive ha sido una de las mejores noticias que los amantes del shoegaze han podido saborear en los últimos años. Especialmente, por la manera en la que lo han hecho: juntándose primero para tocar y recuperar sensaciones, y encerrándose después en el estudio para comprobar si eran capaces de recuperar la magia de discos tan referenciales como Souvlaki (Sony, 1993). Y vaya si lo han conseguido. Tras firmar una glorioso comeback con su trabajo homónimo de 2017, vuelven ahora con una nueva y brillante colección de canciones, las del recién publicado Everything Is Alive (Dead Oceans, 2023), que mantienen la inspiración intacta y justifican el revuelo generado alrededor de su vuelta a la actividad.
Charlamos con su mítico bajista, Nick Chaplin, que nos atiende amable y cercano desde su hogar, engrandeciendo aún más la leyenda de una banda con mucho que decir todavía.
El shoegaze y sus sonidos ambientales nacieron en los 90, pero su duración fue efímera. En cambio, hoy en día, es un género sólido y asentado en todo el mundo. ¿A qué crees que es debido?
Es una pregunta difícil de contestar, porque como dices, en los noventa, tuvo un momento de apogeo pero duró poco. Teníamos el grunge y el britpop, y eso hizo olvidar el shoegaze de algún modo, pero con los años, está creciendo en popularidad de nuevo. Pienso que, de algún modo, podemos agradecerle su papel en ello a My Bloody Valentine, porque aunque no han vuelto a recuperar su producción discográfica, Kevin Shields siempre ha estado presente en la sombra, con proyectos aquí y allá, y ello ayudó a mantener la llama viva. También internet, youtube, aparecieron, y permitió a las bandas jóvenes retroceder en el tiempo y recuperar sonidos que no hubieran escuchado de otra manera. A nosotros nos pidieron muchas veces reunir a la banda de nuevo antes de que finalmente lo lleváramos a cabo. Primavera Sound nos los pidió muchas veces, inicialmente en 2013, para tocar allí en 2014. Al principio nos costaba creer que todavía hubiera interés en nosotros, pero acabamos dándonos cuenta de que así era cuando nos subimos al escenario del Primavera del 2014 en Barcelona, y vimos que había miles de personas que habían venido a vernos. Fue increíble.
«A mi hija no le gustaba lo que hacía ni le interesaba mi música. Entonces sus amigos empezaron a ver vídeos en Tik-Tok en los que aparecía nuestra música y le preguntaron: ¿conoces a una banda llamada Slowdive? Ella respondió: ‘¡sí, mi padre está en ella!'»
A medida que vuestra base de seguidores ha ido creciendo y rejuveneciéndose, ¿cómo sentís que ha influido vuestra música en las generaciones más jóvenes?
Como te decía antes, es algo que en realidad no podemos explicar. Seguro que también tiene que ver internet y las distintas formas de descubrir música que hay ahora. Soy consciente de que tenemos fans jóvenes porque me suelen preguntar mucho por ello. Yo tengo una hija de doce años y un hijo de 15 años. A mi hija no le gustaba lo que hacía ni le interesaba mi música, especialmente el hecho de que me fuera de gira por cuatro semanas, por ejemplo. Ella se preguntaba por qué no era como los demás padres que iban a la oficina y volvían a casa por la tarde. Entonces sus amigos empezaron a ver vídeos en Tik-Tok en los que aparecía nuestra música y le preguntaron: ¿conoces a una banda llamada Slowdive? Ella respondió: “¡sí, mi padre está en ella!”. Ella no se lo podría creer, pero se dio cuenta de que nuestra música aparecía en muchos vídeos de esa red social y que la gente que la usaba y la escuchaba, era gente joven. Entonces, ahora sí que le parece que somos increíbles y lo hacemos genial (risas). Y la verdad, no sé explicarte muy bien por qué. Nuestra música ha sonado en algunas series, pero nada comparado con, por ejemplo, Kate Bush y Stranger Things. Pero ahora somos muy conscientes de que viene mucha gente joven a vernos, por ejemplo cuando actuamos de teloneros en algunas grandes giras, como nos ha pasado en USA, y pensamos ¿qué le gustara oír a este público? Nos sentimos muy afortunados, porque si no hacemos seguidores jóvenes, la banda no progresa. Es maravilloso y esperemos que continúe así.
Vuestro disco de resurrección se encuentra entre lo mejor de vuestra discografía. ¿Sentisteis presión para llegar a «Everything Is Alive»?
Definitivamente, todos sentimos presión. Neil Halstead escribe las canciones en origen en mucha mayor proporción comparado con los demás, y está acostumbrado a la presión cuando sale al escenario, pero puedes sentir cuando siente ese estrés de verdad. Por mucho que nos centremos en hacer el disco que queremos, y no el que todo el mundo espera que hagamos, por supuesto que nos preocupa, especialmente cuando el disco anterior tuvo tan buen recibimiento, quieres darle una continuación aún mejor. Nuestro planteamiento era hacer lo mejor que nunca hubiéramos hecho, pero sabíamos que aún así, decepcionaría a alguien. Esa intranquilidad sobre que no sea tan bien valorado. Con el anterior álbum, fue nuestro regreso, nuestro primer disco en más de veinte años, así que la propia expectación del retorno hacía que no hubiera tanta presión. Creo que la gente nos ve como buenos tipos y querían que nos fuera bien, de manera que personalmente, creo que algunas reseñas estuvieron algo infladas, que aunque el disco fuera bueno, no era tan extraordinario como algunos dijeron, pero está claro que estamos muy contentos de la acogida que tuvo. Lo que quiero decir es que cuando haces el siguiente, ya todo eso se ha podido desvanecer, ese entusiasmo sobre el retorno, así que la las críticas que tenga este nuevo trabajo puede que no sean tan buenas como las del anterior, aunque por ahora parece que a todo el mundo le está gustando, así que por ahora, todo bien. Vamos a ver cómo va comparado con el anterior.
¿Cómo describirías el proceso creativo detrás de este disco y cuáles son las principales diferencias que encontrasteis en su gestación, en comparación con trabajos anteriores?
Diría que esta vez, hemos pasado menos tiempo juntos. Eso hizo que el proceso se alargara más, algo en lo que seguro que tuvo que ver la pandemia. Hicimos una parada de un año en 2019. Neil tuvo un hijo, y la gira del anterior disco fue muy larga. Todos tenemos familias, así que decidimos parar. Neil nos contactó a principios de marzo de 2020, para saber si estábamos listos para volver, pero claro, vino el covid y lo paró todo. Todos teníamos asuntos que atender en casa, además de todos los problemas que esto propició. Empezamos a trabajar en demos, pero todo iba muy lento, y juntarnos era muy difícil. Aunque suene raro, casi se nos olvidó durante un tiempo lo que es estar en un grupo. Pasado un tiempo, decidimos que teníamos que irnos a un estudio nuevo, totalmente diferente, donde poder vivir mientras grabábamos, y pasar tiempo juntos sin distracciones. Y eso nos ayudó mucho. De todos modos, el proceso en sí ha sido muy similar a otros trabajos. Algunas de las demos que graba Neil no cambian mucho en la versión final, pero otras sí cuando los otros cuatro participamos.
«Este álbum empezó sonando muy electrónico en las primeras demos. Pienso que Neil quería hacer un trabajo más experimental esta vez»
El proceso de grabación de «Everything Is Alive» se extendió a lo largo de varios años y lugares. ¿Cómo influyó esta larga y diversa travesía en el sonido final del álbum? ¿A qué desafíos y recompensas os enfrentasteis durante este proceso?
El sonido varió mucho del de las primeras tomas. Al principio, apenas había guitarras, era casi todo sintetizadores. Fue un reto como banda. Al final somos una banda de guitarras principalmente, y nos gusta meterles muchos efectos, jugar con ellas. Pero en definitiva, somos una banda originalmente muy tradicional: guitarras, bajo y batería. No fue hasta no hace mucho que empezamos a usar un teclado en nuestras canciones. Este álbum empezó sonando muy electrónico en las primeras demos. Pienso que Neil quería hacer un trabajo más experimental esta vez. Hacer algo un poco más diferente al anterior. Sin embargo, como siempre pasa cuando nos juntamos, y añadimos nuestras ideas y sonidos, con guitarras y bajo, la cosa va cambiando. De este modo, es una constante fluctuación entre probar cosas nuevas y mezclarlas con nuestro sonido tradicional y, finalmente, creo que el balance es bastante nuevo. Pienso que en este disco hay canciones que suenan diferentes a lo anterior, sonando todavía a Slowdive. Espero que continuemos probando y progresando, pero a la vez sin perder nuestra identidad.
Se ve una mayor profundidad y experimentación con texturas en el disco.
Estoy muy de acuerdo. Algunas de las ideas de las demos de Neil, se han mantenido en la versión final de los temas. De hecho, hay una versión de “Kisses” completamente diferente a la que acabó siendo lanzada como single, y se produjo un conflicto en la banda sobre cuál debería acabar siendo la que se incluyera en el disco. La que finalmente hemos lanzado es muy pop, en línea de “Alison”, la otra de la que te hablo, es muy electrónica. La melodía es la misma, pero suena como una canción completamente diferente. Teníamos muchas opciones donde elegir, pero creo que las ideas sobre las que hubo más consenso entre la banda, acabaron en el disco. Será interesante ver el toque que le damos a las nuevas canciones en vivo. Yo no toco el teclado en directo, pero ahora tengo este pequeño Core (me lo enseña) y voy a tener que tocarlo y dejar a un lado mi bajo en algunos temas, lo cual va a ser bastante raro. Peter Hook lo ha hecho en New Order, así que si él ha podido, yo también soy capaz (risas).
¿Cómo fue trabajar con Shawn Everett y qué creéis que aportó a la dimensión sonora de las canciones?
Neil se fue a Estados Unidos a trabajar con él un tiempo. Trabajaban a horas muy extrañas, porque Neil llegó con el jetlag, y le costó adaptarse, y luego, a Shawn parece que le gusta tocar tarde, a horarios intempestivos. Se tiraban tocando toda la noche. Además, tuvieron que acabar el mix por Zoom (risas). Fue un poco complicado, pero la razón por la que elegimos a Shawn es porque queríamos a alguien ajeno a la banda para desempeñar ese rol. Alguien que añadiera algo de brillo desde afuera. Le pasamos “Kisses” y “Alife” a varios ingenieros de sonido, y él fue el que de verdad mostró entusiasmo, hasta el punto de escribirnos un pequeño ensayo sobre cada canción, explicando cómo sonaban para él, y su visión de cómo podrían mejorar, y nos encantó ese gusto por el detalle. Resultó complicado por las localizaciones, ya que él está en Los Ángeles y nosotros en Inglaterra, y pasamos por muchas versiones diferentes de las canciones, pero acabamos con seis de las ocho listas, y las otras dos, “Shanty” y “Chained To A Cloud”, tal y como sonaban en las remezclas iniciales, con un sonido quizás no tan grande o expansivo, pero creo que han quedado bien también. Shawn es un gran tipo, quizás está un poco loco, pero creo que la mayoría de la gente más talentosa del mundo musical, lo está (risas).
«Sabemos que no vamos a lanzar un gran hit, y tampoco queremos perder a los seguidores que nos han acompañado desde los noventa, y que pueden estar pensando: ‘¿dónde están las grandes guitarras?'»
Canciones como «Kisses» suenan como una evolución, hay más pop, pero a la vez suena puramente a Slowdive. Es un sonido totalmente actualizado que mira de tú a tú a artistas más jóvenes.
Así es. Creo que es, de algún modo, un poco comercial, con un sonido refinado y limpio, aunque no íbamos buscando componer un single exitoso. Sabemos que no vamos a lanzar un gran hit, y tampoco queremos perder a los seguidores que nos han acompañado desde los noventa, y que pueden estar pensando: “¿dónde están las grandes guitarras?”. Todavía las tenemos, y si vienen a vernos en vivo, se darán cuenta de que nuestro sonido está muchas veces sustentado por ellas. Ya tenemos más de cincuenta años y no podemos salir al escenario como una banda joven de pop comercial cada noche, no sería realmente fiel a lo que somos. Pero bueno, “Kisses” es un single de pop pulcro y adictivo, y en vivo, suena aún más poderosa, ya que todos los temas adquieren ahí una nueva dimensión. Una noche puede sonar rápida y otra más lisérgica. En vivo somos una banda mucho más indie, de algún modo.
¿De dónde surge un título como Andalucía Plays?
Viene de una canción de John Cale, llamada “Andalucía”. Juega con el hecho de que la canción suena en la radio, como en la original de Cale. Neil escribió las letras, así que vas a tener que preguntarle a él para tener más detalles. Mi mujer siempre está al tanto de lo que hablan nuestras letras, y dice que hay muchas referencias a España en nuestros textos, y aunque no creo que sea intencionado, nos encanta ir a España, y si no fuese por el Primavera Sound, no estaríamos probablemente donde estamos, de vuelta, ahora mismo. Pronto anunciaremos fechas para inicios de 2024 y algunas serán en vuestro país, seguro.
«Prayer Remembered» nos recuerda mucho a los The Cure de Faith o Disinitegration. ¿Hay algo de ellos en vuestras influencias?
Sí, así es. Es divertido porque, siendo completamente cierto, siempre he sido conocido en el grupo como “el fan de The Cure” (risas). Pero yo no he tenido tanto que ver en el sonido final de los temas, y creo que Neil ha sido muy influenciado por ese disco al componer a lo largo de los años. Si tuviera que regrabar algo del disco, serían mis partes en esa canción, porque mantuvimos las mezclas iniciales, y me enfada cada vez que la oigo, pero a Neil le gustan y tuvimos que mantenerlas. Es verdad que en esa canción iba a por algo en la línea de Simon Gallup, así que muy bien visto.
Siguiendo esa línea, ¿cuál dirías que es tu mayor influencia como bajista?
De los ochenta, siempre fue el propio Simon Gallup de The Cure y Peter Hook de Joy Division y New Order. Para cualquier músico que le guste el sonido alternativo, y que sea de mi edad, no puede obviar a ninguno de ellos. Si ellos los discos en los que ellos intervinieron, verás que el bajo se te queda grabado en la cabeza. Son increíbles. Diría que me influenció más Simon, porque cada disco de The Cure sonaba diferente: Faith no tenía nada que ver con The Head On The Door o Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me. La forma en la que lleva la melodía. Si los ves ahora en vivo, te das cuenta de que el bajo es el instrumento que suena más alto (risas).
Siempre nos ha llamado la atención tu extensa colección de camisetas de bandas de los ochenta, cuando te hemos visto en vivo o en fotos promocionales.
(Risas). Mi mujer siempre me ayuda a buscar ropa para el siguiente tour, pero estoy tan cómodo con la misma camiseta siempre, que la llevo mucho y parece que sólo tuviera esa (risas). Por ejemplo, tengo una del “Walking In My Shoes” de Depeche Mode que me encanta y sorprendentemente, no ha encogido en todos estos años, que salgo en tantas y tantas fotos con ella. Pero bueno, ahora estamos buscando nuevas adquisiciones para esta gira. Si por ejemplo, tocamos en New York, intento llevar una camiseta de una banda representativa de allí. Me encanta que te hayas dado cuenta.
Desde vuestro regreso, ¿cómo sentís que ha evolucionado la relación y la dinámica dentro de la banda a nivel creativo?
Creo que siempre nos hemos llevado igual de bien. Obviamente hemos crecido, y espero que ahora seamos más maduros, pero siempre hemos mantenido el mismo tipo de relación a nivel creativo. Creo que quizás, Neil está ahora más atento a controlar este aspecto, de lo que lo estaba en 1990, pero siempre escucha nuestras opiniones. Los discos de los noventa se pueden ver como un esfuerzo conjunto de la banda en el que todos aportábamos más o menos lo mismo, aunque las letras y la música vinieran de Neil, cada uno aportaba sus partes de manera individual, pero ahora, él llega con las canciones casi hechas, y le añadimos bajo y batería, ya que él no los toca, bueno, toca el bajo a nivel de guitarrista, pero acabo haciéndolo yo, pero definitivamente ahora ejerce un control mayor sobre el producto final. Neil no ha parado desde que lo dejamos anteriormente, sacando cosas con Mojave 3 o en solitario, o participando en proyectos de otra gente, así que creo que es lo normal.
«Ahora, la experiencia que tenemos, es de que esto funciona como un negocio en el que tenemos contable, manager, y sabemos cómo marchan las cosas»
¿Qué diferencias encuentras entre vuestra primera etapa como banda y esta última década juntos?
La industria ha cambiado mucho. En la primera etapa, por ejemplo, no sabíamos si nos pagarían algo, cuánto, cómo… No era una vida fácil, durmiendo en el suelo de la casa de otra gente, no llevando una vida ordenada. Ahora, la experiencia que tenemos, es de que esto funciona como un negocio en el que tenemos contable, manager, y sabemos cómo marchan las cosas. Trabando con el sello, observas como utilizan lenguaje de negocios y piensas: ¡“wow, cómo ha cambiado todo!”. Es extraño, pero podemos sentirnos privilegiados de vivir ahora de ello, poder pagar las facturas, etc. No somos ricos pero ganamos lo suficiente. En los noventa era un hobby, no ganabas lo suficiente para vivir de ello, pero ahora sí. El nivel de profesionalismo ha cambiado totalmente y es mucho más alto ahora.
¿La decisión de volver a grabar discos, vino marcada por el interés de los festivales en teneros de vuelta?
Cuando aceptamos la propuesta del Primavera de tocar en 2014, nos reunimos en Londres tras mucho tiempo sin vernos, y decidimos qué queríamos conseguir con todo esto. Todos estuvimos de acuerdo en que, inicialmente, tocaríamos canciones antiguas y haríamos algún festival, y si veíamos interés, valoraríamos qué hacer. Pero luego llegamos a la conclusión de que, una vez hecho esto, si queríamos continuar, teníamos que grabar un disco nuevo. También queríamos ver si todavía podíamos hacerlo. Acabamos tocando mucho más de lo que inicialmente esperábamos, ya que la idea era hacer cinco o seis festivales, pero vimos que había tanto interés, especialmente desde Estados Unidos, que seguimos y seguimos tocando. Entonces paramos, y vimos que ya estábamos tan rodados al volver a tocar juntos, que fue rápido y fácil ponerse a grabar. Esa es otra razón por la que ha sido difícil ahora, después del parón de la pandemia, ya que te sales de la dinámica bastante rápido. Ahora he estado casi dos años sin tocar el bajo, y con el disco anterior estábamos tan rodados en vivo, que fue mucho más fácil hacerlo.
¿Cómo os sentís tocando las canciones antiguas en combinación con las nuevas?
Creo que no sentimos tanta diferencia entre unas y otras. Seleccionamos intencionadamente las que tienen un sonido más actual de entre todo el material primigenio, las que la gente quiere escuchar. No puedes montar un concierto y no tocar “When The Sun Hits”, “Alison” o “Catch The Breeze”. Todas suenan bastante vigentes y actuales para mí. “When The Sun Hits” es nuestra canción más popular de lejos, la que tiene más escuchas en Spotify y en internet en general. Ya no se hacen discos como los de antes, pero cuando tocas estas canciones en vivo, donde todo cambia, suenan bien ensambladas entre ellas, conectadas y tienen sentido dentro del contexto de la banda. Tocamos “Catch The Breeze” y luego “Star Roving”. “Sugar For The Pill” y luego “When The Sun Hits”. Todas suenan bien juntas. Suenan actuales.
¿Cómo has vivido los cambios de la industria en sus formas de consumo musical?
Nos sentimos un poco fuera de control en todo esto, para ser honestos. No podemos hacer mucho sobre ello. Conseguimos algo de dinero de las reproducciones de plataformas de streaming, pero entendemos totalmente que haya problemas con ello, porque la repartición no es justa, y hay artistas que apenas reciben nada. También he de decir que no toda la culpa es de estas plataformas, las compañías de discos tampoco son justas en este sentido, con los contratos que ofrecen a la gente. Es muy cómodo poder poner la canción que quieras, cuando quieras, pero también es arte que creamos y merecemos ser retribuidos por ello. No es un pasatiempo, es nuestro trabajo. El tipo que trabaja con nuestra compañía contable, tiene peso en el parlamento y está presionando para crear leyes que hagan más justo el reparto entre plataformas y compañías por un lado, y artistas por otro, de manera que los segundos reciban más dinero por su trabajo. Lo apoyamos plenamente. No sabemos si saldrá adelante o no, ni cuando, pero ahí está el intento porque las cosas cambien. Por ejemplo, gran parte de lo que reciben los artistas viene de las giras, y con el covid hubo que parar. Después de la pandemia, todo ha subido muchísimo, y hay que pagar mucho más para tocar, todo cuesta mucho más. La inflación y los costes de la vida han subido muchísimo. Si no se consigue dinero vendiendo discos, y tampoco girando cuando cosas así suceden, es todo muy complicado. Esperemos que las cosas cambien, y mientras tanto, las haremos de la manera más humilde posible para que sean viables. Ya no lanzamos teles por las ventanas de los hoteles (risas). Está todo complicado, pero todavía prefiero esto mucho más que volver a trabajar en una oficina.
«Con el Brexit la gente se ha empobrecido. Tienen peores vidas en general, y todo por poder decir “somos un país independiente”. ¡Si ya lo éramos!»
¿Cómo estás experimentando las consecuencias del Brexit como artista?
Es otro problema más que añadir. Nosotros tenemos capacidad para sobrellevarlo porque contamos con gente que nos gestiona los temas de aduanas y controles transfronterizos, pero nada de esto tiene sentido. Obviamente, estamos bien afectados como nación tras el brexit. Nada ha mejorado tras ello y casi todo ha empeorado, y gente como yo lo vimos venir y pensamos “no, no lo hagáis”, y la gente lo votó por poca diferencia, y ahora tenemos que vivir con ello. Incluso los que estaban a favor de la Unión Europea, ahora piensan “no, no vamos a regresar”, porque tienen miedo de que si promueven ese mensaje, pueden perder las elecciones. Lo sentimos mucho, por ejemplo, por la gente que trabaja con nosotros en las giras, porque esta regla que limita a noventa días la estancia en la Unión Europea, es un serio problema para nosotros. Ellos también trabajan con otros grupos y eso los limita mucho. La gente se ha empobrecido. Tienen peores vidas en general, y todo por poder decir “somos un país independiente”. ¡Si ya lo éramos! Teníamos nuestras propias leyes y reglas. Boris Johnson y su gente nos mintieron. Nadie pensaba que iba a pasar al final, parecía una broma, y acabó sucediendo. La gente se tiene que tomar estas cosas más en serio.
¿Hay alguna banda actual que te interese especialmente? En estos días, se está celebrando el festival CanelaParty, donde creo que cuadraríais perfectamente en su cartel. De hecho, hay muchas bandas de las islas tocando este año: Dry Cleaning, Squid, shame, Black Midi, Porridge Radio… ¡Deberíais estar aquí!
Oh, ¡me encantaría tocar en Málaga! Conozco a esas bandas, sobre todo Dry Cleaning y shame, con los que hemos tocado varias veces. Son muy diferentes a nosotros, pero creo que son muy buenos en directo. Pero si te soy sincero, no escucho mucha música actualmente, solo me centro en las bandas con las que tocamos o vamos a tocar. Todavía no se han decidido las bandas con las que vamos a girar, de todos modos. Intento pensar en algún nombre que esté escuchando… pero no me vienen a la cabeza. Soy la peor persona para contestar esta pregunta (risas), así que voy a decir que solo escucho nuestra música.
Hagamos repaso a vuestros próximos planes en vivo.
Tenemos el tour por USA y Canadá, algunas fechas en UK y Europa ya para el año eviene ya, y después, de nuevo, volvemos al Primavera, pero en Sudamérica. Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Paraguay. Va a ser genial. Tocaremos unos cuantos shows solos, y luego en el Primavera con The Cure, Pet Shop Boys, Blur, etc. Esperamos tocar en España y Portugal.
Interesantísimo, como no podía ser de otra manera. Preguntas muy bien tiradas, se nota que en MZK hay conocimiento y amor por este grupo.
En cuanto a ellos, no puedo estar más contento de su éxito, creo que pocas bandas se lo merecen más. La historia de lo abrumados que se sintieron al salir al escenario en el Primavera 2014 ya la habían mencionado antes y me parece absolutamente emocinante.
Joder, da gusto cuando un entrevistado se enrolla así. También tiene que ver el buen acierto del entrevistador a la hora de seleccionar las preguntas. ¡Bravo por ambos!