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Entrevistamos a Núria Graham

La artista catalana ha manifestado en más de una ocasión que su ritmo de trabajo es muy alto. Por tanto, se le presupone más material del que ha visto la luz hasta ahora en su ya consolidada trayectoria. Sólo se trata de encontrar el momento adecuado para que deje de pertenecerle en exclusiva y ofrecérselo al público. Núria Graham acaba de estrenar At last, el primero de los dos temas que conformarán su próxima referencia, un single de vinilo cuya cara B, “Ready to fool you”, será desvelado el 16 de abril. Ambas canciones, independientes del repertorio de un futuro disco, fueron concebidas con algunos meses de diferencia entre sí, pero próximas a la fecha de elaboración de su último álbum, Marjorie (Primavera Labels, 2020), uno de los mejores de la temporada pasada en Muzikalia. Aprovechando este adelanto, que incluye videoclip protagonizado por la propia compositora bajo la dirección de Artur Tort (Escafior Films), charlamos con ella sobre planes venideros al mismo tiempo que repasamos distintas etapas de su carrera.

“Compongo muchísimo y, a veces, hasta me pierdo un poco en mí misma”

¿Este avance del single significa que se acerca un nuevo disco de Núria Graham?

No puedo adelantar mucho porque aún no lo he empezado a grabar. Estoy en fase de composición de lo que supongo que será el próximo disco, pero todavía tengo que decidir por dónde voy a tirar. Eso sí, estoy en la línea de lo que acaba de salir, que es “mi piano y yo”. Por alguna razón, ahora es mi obsesión.

Entonces, ¿no tienes nada planteado todavía?

Mi plan es tomarme este año para escribir tranquilamente y grabar el nuevo disco. Como no hay una prisa extrema y sólo hace un año que saqué el anterior, pues no me he impuesto mucha presión.

Imagino que tampoco te habrás fijado ninguna fecha…

Es que no funciono así. Porque, al final, la idea de sacar un disco es un poco rara si no tienes algo que contar, algo que explicar. Yo siempre pienso que tiene que tener algún sentido para mí misma o para mi vida personal. Así que, estoy recogiendo ideas y ya saldrá. O sea, sé que saldrá, pero no sé cuándo. De manera natural tendrá que salir, supongo.

¿Cómo explicarías tu manera de componer? ¿Qué momentos o lugares son los que te inspiran?

Compongo muchísimo y, a veces, hasta me pierdo un poco en mí misma. Es que es como mi forma de entenderme o de explicarme. Si estoy en casa, prácticamente estoy todo el día tocando. No haciendo canciones, pero sí ideas de canciones. Esto es casi a diario. Tampoco necesito estar en un sitio en concreto para inspirarme. Puede ser un mal día como el de hoy, aquí sentada en un banco fuera de una estación, e inspirarme para grabar una melodía en el teléfono que sea el principio de una canción [realmente, Graham estaba respondiendo a nuestra llamada telefónica en la localización que describe]. Siempre estoy pensando en cosas para canciones. Cualquier hecho puede terminar siendo una canción.

La primera canción del single, “At last”, la creaste antes incluso de grabar el repertorio que conformó Marjorie. ¿Por qué no se incluyó en el álbum y aparece en este momento?

Esta era una canción de la que ya tenía la idea, con voz y piano. Y cuando entramos en el estudio para grabar el disco, que tampoco sabía cómo sería, ya que no tenía ningún plan ni nada, empezamos a experimentar con ella, con la voz, con la caja de ritmos… y buscamos una estética un poco diferente de lo que habíamos hecho hasta el momento. Nos gustó mucho como quedó, pero cuando continuamos haciendo las otras canciones, que eran todas más clásicas, más brillantes, de alguna manera, pues como que se alejaba del disco y no tenía un sitio dentro de la narrativa que al final acabó teniendo. No era su momento. Incluso por la temática de la canción en sí. Sin embargo, hace unos meses la escuché y pensé: “¿qué estoy haciendo? Ahora sí que se tiene que publicar”. Así que, decidí sacarlo en este formato y grabar otra canción, “Ready to fool you”, que también está muy conectada con esta… No sé, ha sido todo fruto de la inspiración.

 

¿Irán incluidos estos dos temas en ese futuro disco?

Seguro que no. No soy fan de hacer estas cosas, de “si saco una canción, la pongo luego en el disco”. Porque, cuando haga un futuro disco, lo haré de un tirón y con canciones nuevas que expliquen el momento en el que me encuentre. Además, por ejemplo “At last”, si te paras a pensarlo, la escribí hace casi dos años ya. Y para mí, ahora tiene mucho sentido que salga porque, a veces, hay canciones en las que no entiendes de qué estás hablando en el momento en el que las estás escribiendo y ahora sí que tiene todo el sentido del mundo.

Retrocedamos a 2019, cuando se edita el disco de Amaia, Pero No Pasa Nada (Universal), al que aportas dos temas: “Nadie podría hacerlo” y “Porque apareciste”. Alguna vez has declarado que no te importaría seguir componiendo por encargo para otros. ¿Tienes algún compromiso en la actualidad? ¿A quién te gustaría darle una de tus creaciones o intuyes que encajaría bien en su repertorio?

Ahora mismo no estoy trabajando para nadie. Sólo me siento al piano y escribo temas e ideas. Muchas ideas que incluso no las veo ni para mí misma. Son canciones a secas, que podría dárselas a otra gente y, a veces, me imagino… No tengo a una persona concreta en la cabeza, ¿eh?, pero hay gente que me gusta cómo canta… Por ejemplo, con Amaia fue un flechazo increíble… No sé todavía para quién pueden ser las canciones… Confío mucho, o demasiado, en la magia. Que todo pase por casualidad. Pero creo que la vida no funciona siempre así.

Has querido intervenir siempre en el resultado de todas tus grabaciones a través de la producción junto a Joan Pons (El Petit De Cal Eril) o Jordi Casadesús. Asimismo, has realizado esta labor para Junco y Mimbre en su LP homónimo de debut de 2020. ¿Estás interesada en seguir explorando esta otra faceta tuya con otras bandas o solistas? ¿Con cuáles te apetecería?

Sí, totalmente. Bueno, de hecho, es una de las cosas que más me interesan y ahora mismo estoy haciendo una producción, aunque no diré de quién porque todavía no se puede hacer público. Es una tarea que me encanta, desde la faceta más artística, porque, obviamente, no es mi gran don estar en un estudio colocando los micros ni estoy preparada para encargarme más a nivel de sonido. Lo que sí tengo es curiosidad y ganas de aprender. Al final, lo que tengo ganas de hacer en un estudio es poder plasmar mis ideas con el máximo de herramientas posibles, quiero saber tocar todos los instrumentos que haya. E ir avanzando para poder expresar todo lo que tengo en la cabeza, ya sea por mí o para un grupo como Junco y Mimbre o con quien sea.

“La idea de sacar un disco es un poco rara si no tienes algo que contar”

En la cara B de este inminente 7” estará “Ready to fool you”, escrita unos meses después de tu último LP. Como hemos podido saber, en ella vuelve a estar muy presente el amor, pero se sigue repitiendo su asociación con el sufrimiento o la tristeza. ¿Por qué?

[Risas] “At last” es una canción que habla de escapar de esta especie de sufrimiento. Me visualizo siendo una persona fuerte y marchándome de todo esto. Y “Ready to fool you” está justo en el momento en el que decidí que tengo que dejar de relacionar el amor con el sufrimiento. Es el final de este vínculo que se ha venido repitiendo en la mayoría de mis canciones. Viene de una conversación, es una descripción real de una noche después de una ruptura en la que explico cómo me sentía en ese momento. Por eso, creo que también tiene muchísimo sentido que salga ahora porque está todo, no solucionado, pero sí que me siento muy en paz con este asunto.

El piano toma cada vez más protagonismo en tus composiciones en detrimento de la guitarra. ¿Qué ha motivado esta tendencia?

Sí, yo creo que pura curiosidad. Hace años que tengo piano en casa, pero últimamente lo toco a diario. Siempre me ha gustado, la verdad. Incluso escucho muchísimo piano clásico, de jazz, etc. Estos días estoy obsesionada con Ahmad Jamal… Estoy reenamorándome del instrumento, digamos. También, como no sé tocarlo igual que la guitarra, porque no he estudiado piano, pues experimento más y hago sucesiones de acordes que nunca haría con la guitarra. Y esto me lleva por otros lugares muy interesantes.

En 2016, en el EP In The Cave (El Segell del Primavera) nos sorprendiste con una versión de “Toxic” de Britney Spears. ¿Qué otra pieza te llevarías a tu terreno?

Uff… Muchísimas y, al mismo tiempo, ninguna. Con “Toxic” fue muy gracioso porque no soy una persona que versione muchos temas y me gustó coger algo totalmente fuera de mi registro. Esto es lo divertido. Y claro que se me pasa por la cabeza hacer otras versiones… Por ejemplo, “Hello it’s me”, de Todd Rundgren, es de una influencia enorme para mí, sobre todo para el último disco. La quise versionar en directo, pero la veía demasiado dentro de mi terreno. No he encontrado todavía una canción al estilo de “Toxic” de la que pueda hacer una versión, así, curiosa. Luego, ha habido otra canción que siempre he querido versionar, “Orange skies” de Love, pero todavía no he encontrado cómo hacerlo.

“Mi proyecto musical y mi vida personal están muy ligados”

Sin duda, tu propuesta tendría buen recorrido en el mercado internacional. ¿Qué estarías dispuesta a sacrificar para proyectarla en esa dirección?

Es la idea que tenemos desde hace años, ya que, cantando en inglés, es en el mercado en el que nos gustaría estar y, por tanto, tenemos que salir. Lo que ocurre es que este año no se podía intentar mucho. Pero estamos empezando a trabajar con gente de fuera y es una cuestión de picar piedra. ¿Qué estoy dispuesta a hacer? Pues un poco lo mismo que he hecho hasta ahora, que es dedicar mi vida totalmente a hacer esto. Mi proyecto musical y mi vida personal están muy ligados. Y no sé, me encantaría viajar, ver e ir a sitios, pero no soy una persona muy ambiciosa, en el mal sentido de la palabra. Ni me marco metas del estilo de “si no llego hasta allí no voy a estar contenta”. No soy así. Soy bastante fresca en este sentido. Que pase lo que tenga que pasar. Porque, si no, siempre serían decepciones en la vida.

¿Qué ha tenido más peso a la hora de desarrollar tu carrera, el ambiente musical de Vic o el folclore irlandés?

Una mezcla de todo. El folclore irlandés es algo que relaciono con una parte de mi vida, ir a mi segunda casa y sentirme fuera de sitio, aunque al mismo tiempo como en casa. Pero la influencia, cuando empecé a escribir canciones y surgió todo, sucede en Vic y, sobre todo, en la adolescencia, al comenzar a salir y a conocer gente a la que también le gustaba lo mismo que a mí. Fue una revelación. Recuerdo cuando tenía 16 años o así, e iba a la Jazz Cava, que es un bar musical de nuestra ciudad donde encontré a mucha gente que me enseñó la música que forma parte de mi vida ahora. Esto fue la máxima influencia y el origen de todo.

Como luchadora por la igualdad de la mujer en una industria predominantemente masculina, ¿has notado que se hayan producido cambios en este sentido desde tus inicios?

Creo que sí. Soy una persona bastante optimista en este sentido… Sólo llevo 8 años dentro de esta industria y, desde el momento en el que empecé, ya fui muy consciente de que era un mundo mayoritariamente de hombres y si eras una mujer… Además, yo, que era muy joven, ya te puedes imaginar que los comentarios de condescendencias eran continuos. Pero también he trabajado con muchas mujeres: mi primera manager, prácticamente el equipo con el que trabajo ahora… En mi banda sí que son todos hombres, pero es algo que está cambiando y para bien. Es cuestión de años que se normalice y algún día no estaremos hablando de esto. ¡Bendito será ese día, claro! Pero se tienen que hacer todavía muchos cambios. Porque, mujeres tocando el bajo en una banda o en un estudio o de técnicas de sonido, no hay muchas. Creo que también faltan influencias, pero, por otro lado, te encuentras con gente que ya lo está haciendo y que sirven de espejo para otras mujeres.

 

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