Fernando Rubio – Stay cool (Perdición)
Menuda trilogía se ha marcado Fernando Rubio en los últimos seis años. Primero fue esa maravilla titulada Cheap Chinese Guitar (Perdición, 2018), toda una declaración de amor a la mejor música de raíces hecha en Norteamérica. Lo era también el luminoso 20th Century (Perdicion, 2022), y no podía serlo menos este Stay Cool (Perdición, 2024) que nos ocupa. Fernando no lo ha pasado bien en los últimos años, pero escuchando estas canciones no lo parece. O sí, porque el título parece una invitación a mantener la calma y la sonrisa incluso en los momentos más complicados. Por si hay alguna duda, él mismo nos lo dice en el tema titular: cuando las cosas se tuercen, lo mejor que puedes hacer es reír.
Las influencias habituales (ya sabéis quienes seguís su trayectoria, Neil Young, Bob Dylan, The Band…) siguen bien presentes. Cuando algo funciona, ¿para qué complicarlo innecesariamente? Sin embargo se aprecia una calidez y un sosiego que casi llegan a estremecer. Se respira amor por la vida, algo que no es nuevo en las canciones de Fernando Rubio pero, insisto, aquí parece estar más en primer plano. Esa placidez se encuentra en la sorprendente aproximación a los ritmos caribeños más apacibles en “Give what U don’t have”, o en la forma en la que el espíritu de George Harrison (aquí hay que abrir paréntesis y recordar al recientemente fallecido Nacho Para, compañero de Rubio en Bantastic Fand), su tranquila presencia, sobrevuela temas como “12 string poems”, por mencionar uno. Esa calma se pone también de manifiesto, de manera quizás más explícita, en “Lazy Sunday”, toda una oda a la cotidianidad más dichosa.
Nunca viene mal, en estos tiempos tan complicados, con tantos frentes abiertos que no invitan a la esperanza en un futuro mejor, discos que contagien algo de optimismo. Sí, puede que un optimista sea, como dicen, un pesimista mal informado, pero necesitamos olvidar por un momento el ruido del entorno, la tristeza y la angustia que nos asaltan desde los periódicos, los informativos o las inevitables pero nauseabundas redes sociales. Canciones como “It ain’t over”, o esa maravilla titulada “Sun’s gonna shine again” que cierra el disco arrancando a capela y acabando con un solo de guitarra que se desvanece en el horizonte, nos instalan aunque sea por breves minutos en esa necesaria mentira que es la confianza en que saldremos adelante pase lo que pase. “Reborn again” no desentonaría para nada en discografías mucho más conocidas (por desgracia, porque quien no lo conozca se pierde algo muy grande) que la de nuestro héroe cartagenero.
Y ya que he hablado antes de George Harrison, no quiero olvidarme de mencionar que otro espíritu, el de John Lennon, parece hablarnos desde “Get down”, mientras que el del Paul McCartney más juguetón no quiere quedarse atrás y nos interpela en algunos pasajes de “You know, I know”. Y es que, aunque sea la música americana la que late por las venas de Fernando Rubio, es casi inevitable escaparse al irrepetible legado del cuarteto de Liverpool.
Sea como sea, al final las influencias no suelen ser lo más importante de discos como este. Es más importante el estado de ánimo al que nos inducen, el hecho de que sean capaces de hacernos pasar un buen rato, de conseguir que nos sintamos parte de algo más grande que nosotros mismos aunque sea por unos minutos. Gracias por la música, tal como decían ABBA (y también Juan Pardo). Gracias por tus canciones, Fernando.