Final Fantasy – He poos clouds (Tomlab)
Un nombre robado a un videojuego (Final Fantasy), un título como He Poos Clouds (Él caga nubes) y un disco basado en la imaginería de Dragones y Mazmorras tiene todos los números para ser la obra de un punk. Nada más lejos de la realidad, la música que encierra el segundo trabajo de Owen Pallett es una pequeña gran joya del pop de cámara de marcada inspiración clásica.
El otrora arreglista de The Arcade Fire y The Hidden Cameras ha echado el resto en este exquisito disco compuesto para cuarteto de cuerda y ornamentado con vientos, acordeones, pianos y percusiones. Por definirlo de alguna manera, se podría decir que He Poos Clouds es el reverso amable del indispensable The Sea and the Bells de Rachel’s.
El canadiense se ocupa de la composición, la ejecución de alguno de los instrumentos y de la voz. Una interpretación vocal que, por su sentido de la teatralidad y el exceso, podría emparentarse directamente con la del Rufus Wainwright más afectado y manierista.
En cuanto a las canciones, el sentido de la coherencia interna no impide el uso de diversos registros estilísticos e interpretativos. El tema que da nombre al disco consta de unos arreglos dignos del Sufjan Stevens menos comedido o, incluso, del Frank Zappa más sinfónico. La excelsa “This Lamb Sells Condos” viene marcada por un piano de saloon tan del gusto de Howe Gelb como de Gonzales con coro infantil incluido. Las cuerdas de “Song Song Song” suenan al Bryter Layter de Nick Drake o a los Belle and Sebastian más pastorales. Por su parte, temas como “I’m Afraid of Japan” o “Do You Love?” no desentonarían en un musical de Danny Elfman o como tema melancólico en una banda sonora de Disney de no ser por la críptica lírica de Owen Pallett. El álbum se cierra con la mistérica y bella “The Pooca Sings”, dejando en el oyente una extraña sensación, mezcla de placidez, satisfacción y extrañamiento.
He Poos Clouds se revela como una de las sorpresas de la temporada. Un disco pretendidamente excesivo y barroco, de filiación e instrumentación clásica pero de sensibilidad y espíritu pop.