FIZ 09 (Festival Independiente de Zaragoza). Asistimos al festival maño por excelencia
(Fotos: Raúl Julián y Leticia Gaspar)
Intro
En el mismo año en que algunos de los festivales más poderosos del país se han visto obligados a desaparecer por la saturación y consiguientes subidas estratosféricas de cachés, los responsables del FIZ decidieron apostar fuerte por su supervivencia. Revolviéndose contra la supuesta saturación escogieron la opción más valiente en su novena edición, duplicando así el número de jornadas de festival y aumentando también la popularidad y calidad de los artistas participantes, tanto internacionales como nacionales.
Así durante los días 9 y 10 de octubre, el espacio Multiusos del Auditorio ha acogido una cita ya clásica en plenas Fiestas del Pilar, contando con un escenario por el que pasaron algunas de las bandas más reputadas de la escena indie nacional como Los Planetas, The Sunday Drivers, Russian Red o Love of Lesbian, junto a nombres internacionales de indudable calidad que visitaban la ciudad por primera vez, como los escoceses Mogwai, el songwritter Rufus Wainwright o el reputado Mark Eitzel de American Music Club, sin olvidar la escena local representada por el peculiar Bigott y los categóricos Visión Túnel.
Para los aficionados a las mesas de mezclas y los platos se habilitó el FIZ Club, que en esta ocasión contó con la presencia de dos miembros de la emisora Scanner FM, Un Colega DJ y Gonzo, además de habituales y consagrados pinchadiscos de la ciudad como el veterano y tradicional del festival Hang The DJ, Sebas Puente y Sergio Vinadé de Tachenko, CIS o Chelis.
En resumen, el festival apuntando más alto que nunca además de resultar un bendito y necesario oasis en la normalmente “populacha” programación de Pilares.
Viernes 09/10/09
El público respondió al estímulo, sobre todo en una primera jornada que aseguraba contundencia y distorsión. Tras la contestataria actuación de los locales Visión Túnel, llegó el turno del primer plato fuerte de la noche. Los toledanos The Sunday Drivers ofrecieron su habitual actuación impecable salpicada de grandes canciones. Las clásicas “Do It”, “Rainbow of Colours” o “On My Mind” junto a nuevas de su reciente The End Of Maiden Trip (09), caso de “(Hola) To See The Animals” o “Everything Remins Me On You” sonaron en la peculiar voz de Jero. Incuestionables en cuanto a calidad y ejecución, es precisamente esa pulcritud la que empieza a demandar la asunción de más riesgo por parte de la banda, tras siete años de carrera, cuatro discos y una contrastada capacidad artística.
Precisamente de caminar por la cuerda floja saben mucho los escoceses Mogwai. El quinteto demostró por qué era la banda más esperada del festival y no sólo terminó por ofrecer la mejor actuación del mismo, sino que de paso dejaron uno de los conciertos del año. El suelo del local y nuestros cuerpos temblaron al unísono con el post-rock monstruoso de una banda que tiene la asombrosa capacidad de trasladarte de relajados pasajes ambientales a tormentosos terrenos, todo en el mismo instante y con una claridad que da tanto miedo como esa barbaridad llamada “Mogwai Fear Satan”. Enormes.
Los Planetas lo tenían todo de cara para un triunfo redondo. Cuentan con la legión de fans más fieles de todo el territorio patrio y llegaban con el reciente recopilatorio Principios Básicos de Astronomía (09) bajo del brazo, lo que hacía pensar en una generosa ristra de éxitos que repasase los mejores momentos de su carrera. Los granadinos decidieron sin embargo obviar sus primeros (y más valiosos) trabajos, centrándose en sus dos últimos discos y dejando como valiosas excepciones “Un Buen Día” o “Santos que yo te Pinté”. A pesar de la enésima confirmación de Eric Jiménez como mejor baterista del país, el resultado general fue pobre en el marco del festival y queda la sensación que los setenta minutos asignados podían haber resultado memorables de haber sido enfocados de distinta manera.
Tras la actuación de los andaluces parte del público abandonó el recinto, aunque el aforo se mantuvo generoso para ver a unos Love Of Lesbian que firmaron una actuación de lo más atinada. Y es que había ganas en la ciudad de disfrutar con el directo de los catalanes que tan buenas críticas han cosechado los últimos años. También con ganas salieron los propios músicos, lo que agradecieron unas primeras filas animosas y generosamente pobladas por el público más joven del festival haciendo suyas historias como la de “Club de Fans de John Boy” o “Allí Donde Solíamos Gritar”.
Por su parte Homeboy DJ, residente del madrileño bar Home tributo a Depeche Mode, alargó la noche hasta pasadas las cinco de la mañana con su habitual retahíla de prácticos éxitos.
Sábado 10/10/09
La jornada del sábado se planteaba plagada de singulares personalidades, en una propuesta minimalista muy diferente a la disfrutada el día anterior y que contó con una afluencia de público sensiblemente menor. El zaragozano Bigott inauguró el escenario, en esta ocasión en formato de trío con el batería de Picore a la percusión y su pareja Clarín al bajo y teclados. El barbudo músico se desenvolvió con soltura en un escenario mayor de los que acostumbra, incluyendo una versión del “Dancing in the Dark” de Springsteen y aprovechando la oportunidad para presentar las canciones del imprescindible Fin (09), siendo de paso el primero que se saltaba los estrictos horarios establecidos por la organización.
En varias fechas de nuestra geografía Franz Nicolay ha compartido escenario con Mark Eitzel y el FIZ no fue una excepción. El aire cabaretero de la interesante propuesta ofertada por Nicolay sin el apoyo de sus Hold Steady, fue el primero en encontrarse de bruces con cierta desmotivación por parte de los asistentes. Ganas y oficio no le faltaron al multiinstrumentista norteamericano, y en realidad poco más pudo hacer el inclasificable artista a lo largo de los treinta minutos que duró una actuación tan peculiar que sin duda mereció más atención y mejor suerte.
Mark Eitzel entró en escena acompañado de pianista y llenó escenario con esa voz aguda rebosante de clase interpretando repertorio de su veterana banda American Music Club, agitándose constantemente a lo lago de una actuación que contó también con la colaboración del propio Franz Nicolay al acordeón. La respuesta del público no fue sin embargo demasiado apasionada, y queda la duda de si el murmullo generalizado terminó por enfurecer al siempre complicado cantante, que dio por finalizada su actuación con un abrupto agradecimiento cuando según el programa marcado aún le correspondía más tiempo. En cualquier caso, quedó claro que no era el lugar ni el momento.
Rufus Wainwright -presentando uno de sus habituales conciertos en solitario- era el otro gran abanderado internacional del evento, y si es cierto que tenía mucho ganado con un mayor interés inicial por parte de los presentes, no lo es menos que el canadiense supo adaptarse al medio y superar la coyuntura mejor que su predecesores. Con el pañuelo típico de las fiestas del Pilar anudado al cuello utilizó su barroca música como aislante, ofreciendo un concierto de bella factura acompañado aleatoriamente de guitarra y (sobre todo) piano. Fue sin embargo su prodigiosa voz la que se alzó como principal protagonista de una actuación en el que no faltó su habitual y emotiva revisión del “Hallelujah” de Cohen.
La que llegó rodeada de músicos fue Russian Red o lo que es lo mismo, la madrileña Lourdes Hérnandez visitando la ciudad por cuarta vez, justo antes de tomarse un tiempo alejada de los escenarios que vendrá muy bien para sanear una saturación que comenzaba a empañar sus valiosas composiciones. La delicada cantante superó la saciedad de su debut gracias al empaque aportado por una banda completa que cuenta en sus filas con el polifacético Charlie Bautista y Manuel Cabezalí de Havalina,incluyendo en el repertorio varias composiciones nuevas y alguna versión como el “Baby It´s You” de The Beatles.
Los gallegos afincados en Barcelona CatPeople marcaban la excepción a la regla en la noche del sábado, y aún siendo de sobra conocidas sus coincidencias estilísticas con bandas como Editors, los primeros U2 o Interpol, unas canciones bien construidas siempre terminan por resultar aprovechables. Exprimiendo instrumentos en algunos casos y tirando de formato semiacústico en otros, fueron desgranando temas incluidos en sus dos largos hasta la fecha, Reel#1 (06) y What´s the Time Mr. Wolf? (08), hasta dejar un buen sabor de boca con una impactante “Mexican Life” y la definitiva “Radio” finiquitando su actuación.
Tras ellos, el ex Sencillos Miqui Puig ocupó su lugar tras los platos echando el cierre al festival con una animosa sesión que alargó la noche de los más entregados.