Franz Ferdinand – Always Ascending (Domino/Music As Usual)
A principios del 2004, en pleno auge de la música indie, Franz Ferdinand entraba por la puerta grande haciendo uno de los mejores debuts de todos los tiempos. Los de Glasgow nos encandilaron con su música disco-punk y con sus éxitos como «Take me out» y «Do you want to» que retumbaban en las pistas de baile y que lo siguen haciendo a día de hoy. Si hay algo de lo que pueden presumir los escoceses es de tenacidad. Durante sus más de 14 años de carrera han lanzado cinco álbumes siendo fieles a su estilo. Tras la sonada marcha de Nick McCarthy en julio de 2016 el futuro de la formación era incierto. Pero ese punto de inflexión fue un estímulo para que empezaran a pasar más tiempo juntos y crearan nuevas canciones, “Es la perfecta introducción a la nueva década que estar por llegar” afirma Alex Kapranos, voz y guitarra.
Un nuevo rumbo que llega con Always Ascending, un álbum del sello Domino, su trabajo más futurista. Los singles «Lazy boy», «Always ascending» y «Feel the love» nos destapaban un sonido más disco y nos hacían presagiar que el nuevo material iba en esa dirección. Se apagan las luces, aparece una pista de baile que se llena de colores y una gran bola de espejos, y por detrás de las cortinas permanecen guitarras que empiezan a prender fuego a la sala. Franz Ferdinand innovan con un sonido más moderno, pero son fieles a su estilo y al rock que les vio crecer.
El tema que abre el álbum y que da nombre a éste «Always ascending», posee un largo beat que acompaña a las voces a coro, algo que les caracteriza. «Lazy boy» refleja el espíritu clásico de la banda, con el juego de acordes a la guitarra, que bien podría haber sido sacada del Tonight de 2009. «Paper cages» es una balada al piano, un tema que canta a la liberación de la sociedad y al querer romper con las establecidas. «Living our lives in paper cages / Step out of our cages». En «Finally» quizás podemos atisbar el estado de los escoceses, tras la pérdida de uno de sus integrantes sienten que ahora están en el lugar apropiado, con las pilas cargadas y con la gente adecuada para disfrutar del viaje. «I’m here in my place / Finally I found my people / Found the pople who are meant to be found by me».
También hay hueco para la crítica, una canción que habla de la nueva sociedad enfrascada en la obsesión por los selfies como es «The academy award», que sin querer nos recuerda a la enamoradiza y melódica “Elanor put your boots on”, un tema casi recitado por Kapranos. «Lois Lane» habla del poder de los periodistas a la hora de escribir y moldear el contenido informativo con la intención de beneficiar a algunos. Esa potestad narcisista con la que muchos se ven capaces de cambiar el mundo mediante el uso de la palabrería. “You make your choices to change our world so you could be happy”. La seriedad se palpa en «Huck and Jim», una canción más oscura, pero con los riffs característicos de guitarra de Kapranos que están presentes en prácticamente todos los temas del álbum. Su voz ligeramente desafinada, ese toque indiscutible de Alex, empasta perfectamente con el resto de la banda en “ Glimpse of love” y unos tintes discotequeros le añaden fuerza al suave pop que critica irónicamente al consumismo y a la preocupación por querer destacar.
«Feel the love go» es uno de esos temas que hacen sacudir la melena desde la primera nota, y con «Slow don’t kill me slow», cerramos lentamente el álbum, un trabajo que se convierte en un lugar para perderse.
Quizás los fans de la banda esperaban algo más brillante, y este Always Ascending ha trascendido a poco, ya que carece de grandes estribillos, pero el sonido mítico disco-punk de la banda prevalece y esas pinceladas synth nos mantienen despiertos y con ganas de bailar. Demuestran que el sello Franz Ferdinand sigue latente y aún les queda mucho para hacernos revivir aquellos mágicos años.
Un coñazo gordo de disco. Más electro-pop del montón.