Future Islands – People Who Aren’t There Anymore (4AD / Popstock!)
Se cumplen 10 años desde que Future Islands acapararan los focos que llevaban mereciendo largo tiempo gracias al que fue su cuarto trabajo, Singles (2014). Desde entonces, no solo han sido capaces de continuar creciendo en popularidad ampliando su catálogo en convincentes entregas, sino que la figura del peculiar y apasionado Samuel T. Herring ha terminado por convertirse en uno de los frontman más icónicos y atípicos de la nueva generación del synthpop.
El sucesor de ese esperanzador As Long As You Are (4AD / Popstock!, 2020) al que nos agarramos con fuerza en tiempos pandémicos, empezó a fraguarse por entonces. Un largo recorrido de tres años al que hemos ido asistiendo como espectadores desde que en verano de 2021 llegara su primer avance, «Peach». La que por entonces se presentaba como un tema aislado, ha venido acompaña de otros cinco adelantos entre 2022 y la pasada temporada, lo que ha restado impacto a la llegada de un People Who Aren’t There Anymore, más variado y taciturno que su antecesor.
Lo nuevo de Future Islands está a la altura de lo esperado, quizá demasiado, porque no me negarán la sensación de déjà vu que sus canciones llevan dejando desde hace un tiempo. Nadie les puede reprochar su habilidad melódica, la emoción que emanan algunos de sus temas ni la entrega de su vocalista dándolo todo para hablarnos de rupturas sentimentales y océanos de separación en momentos como la psicodélica «King of Sweden». No es que estemos ante un disco menor, sino que estamos ante uno más al que no le faltan razones para brillar como en la confesional «The Thief» o la desgarrada balada «The Fight» en la que Herring asume entre alaridos su soledad.
Ahí están también los sonidos galopantes de una «The Tower» deudora de «Seasons (Waiting On You)», la agridulce despedida que plantea la pegadiza «Say Goodbye», una sintética «Give Me the Ghost Back» en la que se añora a un amigo muerto o el cierre con una “The Garden Wheel” sobre el paso del tiempo, que asume la realidad que plantea el título del álbum.
En definitiva, un nuevo fondo de armario que añadir a su colección, que necesita un cambio de rumbo urgente para no caer en la continua repetición.