Goldfrapp – Supernature (EMI)
Alison Goldfrapp se dio a conocer como artista invitada en discos de Orbital, Tricky y Add N To (X), y luego formó su propio grupo Goldfrapp junto a Will Gregory. Su debut Felt Mountain (00) era un trabajo preciosista, un viaje de ensueño por paisajes electrónicos que nos dejó perlas como «Lovely Head» o la espléndida «Utopia». Black Cherry (03) supuso un cambio de orientación en el dúo inglés, orientado a un sonido menos onírico, más bailable y que contaba con «Train» y «Strict Machine» como sus mejores bazas.
Consciente de su creciente popularidad, Alison empieza a tener los tics de las grandes divas del pop: su música comienza a ser habitual en los desfiles de moda, se permite el lujo de remezclar artistas tan diferentes como Marilyn Manson o Franz Ferdinand, es un nuevo icono gay como Kylie Minogue y en su último videoclip algunos verán un sospechoso parecido razonable con Madonna. El presente Supernature cumple esos pronósticos al alcanzar directamente el número 2 de las listas británicas.
Musicalmente, sigue a grandes trazos la línea marcada por el anterior trabajo, con influencias del glam-rock de los 70 y la música disco de los 80. Alison continúa obsesionada con el erotismo y los animales, aunque el mensaje de sus letras se ha suavizado notablemente.
Temas como «Lovely 2 C U» o «Ride A White Horse» son perfectos ejemplos del pop claramente orientado a las pistas de baile, donde únicamente los potentes teclados compiten con la sugerente voz de Alison. El single «Ooh La La», primo hermano del citado «Strict Machine», es una sensual fantasía glam, mientras canciones como «Let It Take You» o «Time Out Of The World» quedan como vestigios de su etapa más trip-hopera.
Con este trabajo la señorita Goldfrapp va escalando poco a poco peldaños hacia la fama, y se confirma como una de las artistas más destacadas (y más chic) del pop electrónico. Tras su actuación en el festival Creamfields, sus próximos conciertos en Madrid y Barcelona (3 y 4 de noviembre) se nos presentan como una gran oportunidad para ver a Goldfrapp en todo su esplendor, con el despliegue escénico que eso supone.