James Morrison – Songs for you, Truths for me (Polydor)
Consciente soy de lo sencillo que resulta hablar con ligereza de una colección de canciones; lo fácil que es echar por tierra muchas horas de composición y grabación en un estudio con unas simples líneas inconexas. Pido perdón por las veces que lo habré hecho y, aunque jure respetar ese principio sagrado, por las veces que lo volveré a hacer.
Es menester admirar a los artesanos de canciones. Todo el mérito y respeto me merece cualquier persona que coge una guitarra, escribe y es capaz de huir del tedio que marca la dictadura del aburguesamiento y el poco esfuerzo. Aunque, como es el caso de James Morrison, personalmente no me emocione ni me provoque ese precioso síndrome de abstinencia que sufro con algunos discos, que solo cesa pulsando el play una y otra vez.
Me acerco su nuevo disco con la lista de prejuicios vacía. No he oído nada de este hombre con anterioridad. Puede ser muy valioso escuchar virgen, sin juicios de valor sesgados, y acercarme sinceramente a este “Songs for you, Truths for me”.
El álbum comienza con reminiscencias setenteras a ABBA y su «Mamma Mía» (el principio trompetero de “The only Night” es francamente similar al puente de aquella canción de los suecos; coincidencia anecdótica). Una canción que presenta y marca con decisión y fuerza el contenido de las venideras composiciones, pero que, sin embargo, también me enseña que lo que voy a escuchar no me va a seducir demasiado. Es algo así como cuando una mañana te cortas afeitándote, te abrochas los botones de la camisa incorrectamente y diluvia afuera. Sales a la calle consciente de que el día solo puede ir a peor. “Save yourself” es quizá el tema que más me convence. Un medio tiempo cuyas primeras frases de estribillo tarareo con facilidad. Aunque, tal vez, va perdiendo fuelle (como el disco en general), es precioso ese “If you stay with me honestly…”.
Las canciones, desde mi punto de vista (no más válido que el de nadie por supuesto) están muy bien instrumentadas, abundan los metales y un piano que lleva el hilo argumental y melódico de casi todas ellas. Destacar, por ejemplo, “Please Dont Stop the Rain” o la insinuante melodía de “Nothing Ever Hurt Like you”. Nelly Furtado colabora en “Broken strings”. Un tema que estoy seguro haber escuchado antes y que es el segundo single del álbum (el primero “Make it real” pasa desapercibido para mí).
Lo mejor del álbum, el título: “Canciones para ti. Verdades para mí”. Me gusta ese sentido de lo que para ti es una simple canción para mí es una verdad que he cultivado y necesito contar. Un cúmulo de verdades las de este disco que, sin embargo, se me hace un poco cuesta arriba escuchar en su totalidad. Monótono y poco inquietante. Uno de los efectos secundarios que me provoca un buen álbum es, entre otros, la necesidad de escribir, crear y sentirme mal conmigo mismo y este disco, francamente, no agudiza mi sentido de culpabilidad.
De todas formas, no creo que guarde mucho polvo abandonado en cualquier estantería… ya saben que la música es cuestión de ánimos.