Kings Of Leon – Mechanical Bull (RCA Records/Sony Music)
El nuevo y esperado disco de los hermanos Following llega con la formación convertida definitivamente en banda de estadio, asumiendo con naturalidad la generación de noticias estrictamente musicales y rumores acerca de adicciones varias y otras polémicas típicas del estatus y el sector.
El sexto álbum de estudio de Kings Of Leon espanta parcialmente la irritante sensación de inocuidad suscitada en los últimos años por obras como Only By The Night (2008) y sobre todo Come Around Sundown (2010), y sirve, cuando menos, para alejar al cuarteto del peligroso ostracismo al que la inercia había inducido tras firmar una enérgica trilogía cada vez más lejana en el tiempo.
La evidencia que señala a una producción precocinada y concienzudamente diseñada para lograr esa continuidad en grandes ligas resta credibilidad al conjunto, pero lo cierto es que el nivel intrínseco de las canciones mejora sensiblemente y, a pesar de cierta densidad global, el regusto final a rock sureño resulta de nuevo atractivo.
Una serie de aciertos que mantienen la solvencia incluyendo singles de pegada evidente como el fibroso «Supersoaker» que inaugura la jugada, la pegadiza «Familiy Tree» o una «Temple» que rememora logros pasados. También resultan motivadoras las curiosas consecuencias resultantes de emular a Guns N´ Roses en «Don´t Matter», acercar las raíces del blues a la épica en «Rock City» o tirar de nostalgia en «Comeback Story» y «Wait For Me».
Mechanical Bull (2013) continúa alejando de las mejores entregas del combo, pero acorta sensiblemente distancias tras apuntar en la dirección correcta. Un mérito que siendo conformistas y dadas las circunstancias y expectativas previas puede considerarse un triunfo, sin duda relativo, pero también apetecible.