Lowly – Heba (Bella Union)
Lowly es una de esas bandas que, sin hacer algo especialmente innovador, consiguen juntar elementos de forma tan fresca y cuidada que sus canciones son exquisitas sin caer en la trampa de los lugares comunes. Los daneses debutan con Haba, un disco que recoge la herencia de las voces nórdicas cristalinas de Björk, Lykke Li o Abba y le da un baño de noise-pop y, como ellos describen a la perfección, “todo lo hay entre medio”.
Tras publicar en 2015 el EP Sink Way Into Me, con el que sentaron las bases de su sonido detallista, los de Aarhus han dado un enorme salto en el que significa su debut en largo. Un disco que bordea el pop de cámara con arranques épicos y que se zambulle en el noise de aristas suavizadas por los ritmos electrónicos. Un trabajo que recupera la esencia del Kid-A de Radiohead en una versión algo más inocente, haciendo bello lo que no es precisamente asequible.
Cada tema de Haba es un submundo de géneros e influencias en sí mismo, con arreglos y sonidos puntillistas, que se acompañan de unas melodías entre brumosas y lánguidas. Imponentes líneas de bajo (“Deer eyes”) y juegos de teclados vintage (“Mornings”) son las constantes en un trabajo en el que se atreven a llevar el shoegaze al terreno del pop luminoso con “Still life”, a juguetear con la (ejem) indietrónica urgente en “Prepare the lake” o a dar pinceladas dream-pop en “Stubborn day”.
Un trabajo intrincado y sensual en el que la banda maneja un montón de ideas que se unen a la perfección para dar forma, sin caer en la dispersión, a unos temas elusivos que sorprenden con cada giro. Como “Word”, una canción que empieza como un susurro casi íntimo para abrirse en un torrente de ritmo y guitarrazos contenidos. O “Looking at the sun”, en el que se aventuran por un terreno cercano a Morcheeba actualizándolo con una textura más propia de Alt-J. Incluso las letras, a ratos opacas y poéticas, guardan cierto paralelismo con los británicos.
Y así, en once temas, los daneses Lowly entregan un disco precioso de pop desbordante, sugerente y bonito. Un trabajo para los amantes de las melodías clásicas de pop llevadas un paso más allá de lo ofrece la mayoría del manido pop de los últimos tiempos.