Manuel Recio e Iñaki García – Atardecer en Waterloo. The Kinks (Sílex Ediciones)
Durante mucho tiempo ha sido una especie de coña, de posicionamiento casi antisistema, responder con un tajante «¡The Kinks!» a la pregunta típica de si prefieres a los Beatles o a los Stones. Pero no, para mucha gente no es una pose ni ganas de epatar, son muchos los músicos, melómanos o simplemente amantes del pop que tienen al grupo de los hermanos Davies en el altar donde solo alcanzan a llegar los más grandes. Mi experiencia me dice que, aunque no hay tanta gente que se atreva a entrar sin ideas preconcebidas y con valentía en el universo kinky, para la mayoría que osan hacerlo ya no hay vuelta atrás. Algo deben tener The Kinks para que atrapen de esa forma, casi retenidas emocionalmente, a tanta gente con un criterio musical más que probado. Y lo que tienen es una discografía repleta de canciones perfectas que atrapan al oyente sensible, haciéndole sentir incluso esa extraña sensación que ahora llaman anemoia: la nostalgia por una época o un lugar que realmente jamás has conocido. También, por supuesto, está su vida, su trayectoria personal y artística. Una vida que ahora, gracias a este magnífico libro de Manuel Recio e Iñaki García llamado Atardecer en Waterloo. The Kinks, publicado por Sílex Ediciones hace algunos meses, entra en nuestras casas.
El voluminoso libro, más de 600 páginas que se van a cerca de 800 con los anexos (fotos, discografía comentada, notas, bibliografía…), recorre no solo toda la carrera de The Kinks, sino también la vida personal de los hermanos Davies, casi tan magnética como su obra y, sin duda alguna, inseparable de la misma. Además lo hace de una hermosa manera que gana al lector desde el inicio. Cada capítulo empieza con una escena muchas veces doméstica, una especie de retazo novelado de la vida íntima de sus protagonistas. Esta técnica no solo ayuda a centrar y situar cada capítulo, sino que humaniza a los personajes hasta un punto en el que resulta casi doloroso compartir sus problemas y excitante hacerlo con sus alegrías. Esto no es sencillo, principalmente porque cualquier fan de The Kinks conoce su trayectoria y es difícil sorprenderles con algo nuevo. Pero los autores lo consiguen con esta hábil maniobra de transformación: de ídolos pop, a casi amigos con los que compartir correrías, éxitos, fracasos y, en fin, las vicisitudes de la vida.
Por supuesto también hay multitud de datos, anécdotas, análisis. Una vez más, Manu e Iñaki consiguen dar con un enfoque particular a la hora de comentar los discos y las canciones de la banda. Lejos de apabullar con información técnica, que también la hay, se centran en la intrahistoria, la génesis de este o aquel tema, el por qué de cada decisión, buena o mala, que el grupo tomó a lo largo de su carrera. Desde los primeros juegos infantiles de Ray y Dave con el piano de la familia al fondo, en aquel salón donde se gestaron algunos de sus primeros grandes éxitos, hasta la más reciente actualidad con los álbumes de ambos en solitario que se han publicado en 2017, toda su vida pasa por nuestros ojos. Asistimos con estupor a esos actos de auto-sabotaje que tantas veces marcaron su trayectoria, a su casi increíble mala suerte en ocasiones, a su relación de amor/odio con los Estados Unidos que empieza en fracaso y acaba en estruendoso triunfo justo cuando su estrella decae en su patria natal… Le tomamos cariño a toda la familia Davies, se nos hinchan las venas de tirria con algunos de sus mánagers, le daríamos más de un capón a Dave, nos emocionamos con la hondura y la sensibilidad artística de Ray, conocemos un poco más al resto de miembros de The Kinks, todos y cada uno de los que estuvieron en algún momento en esa difícil posición de servir de escuderos, y muchas veces también de mediadores, entre Ray y Dave.
Hay una sección especial dedicada a glosar la relación de The Kinks con España, con multitud de información sobre sus primeras visitas a nuestro país y declaraciones de algunos de los periodistas, críticos o fans que los siguieron desde aquel momento. Como dije antes, también hay un apartado con toda su discografía comentada nada más y nada menos que por Luis Lapuente. Como complemento, se puede acudir también a la página web creada para la ocasión: http://www.atardecerenwaterloo.com/.
En complicado pero efectivo equilibrio entre la pasión de fan y la profesionalidad del periodista, entre la biografía, el ensayo y la novela, este Atardecer en Waterloo (que encabeza nuestra lista de libros de 2017) se ha convertido en una vía de entrada magnífica para acercarse a la vida y obra de uno de los grupos más talentosos y singulares que ha visto la historia del pop. Un libro con el que disfrutar, estremecerse, reír y llorar. Un emocionante texto que consigue hacernos sentir la historia de Ray y Dave Davies como propia, tanto como ya sentíamos la de Terry y Julie en el puente de Waterloo.