Marc Parrot – Rompecabezas (Warner)
Los seis años de sequía sin Marc Parrot, después de sus dos trabajos “Sólo para locos” y “Sólo para niños”, había hecho mella. Sus seguidores merecían que la espera hubiera valido la pena, y así ha sido.
Tras dedicarse a tareas más comerciales, con un éxito repentino y bajo la identidad del excesivo Chaval de la Peca, vuelve Parrot al desnudo, con toda la complejidad que conlleva su sencillez, su desenmascaramiento más profundo. Complejidad, porque la figura de Marc Parrot siempre ha sido embrollada, encerrando tras sus letras mucho más de lo que aparenta.
“Rompecabezas” es la última expresión de todo este universo que el cantante en solitario ha querido escupir. Grabado al aire libre y co-producido por el propio Parrot junto a Robin Hancock, el álbum expone sus más íntimos pensamientos, enlazados como las piezas de un puzzle.
Sus letras son la afirmación de unos sentimientos y revelaciones aceptados con madurez, como el brillante primer single, “Rompecabezas”, que habla de la razón en contra de la fantasía inocente, el no saber qué hacer con ciertas partes de nuestras vidas (“el puzzle que no terminaré”). Intimidades confesadas, sobre sueños imperfectos que se hallan en la delicada “Píntame” y las sutilezas contadas al oído de “Sombra” o “Mi casa”. Aunque en estas piezas sueltas que forman un todo también hay sitio para las bromas divertidas de un niño malo, como “Mis botas” y “Cumpleaños”.
Irreverente pero encantador, con la perspicacia de quien sabe muy bien lo que está diciendo. Y Marc Parrot, además de saber muy bien lo que dice y hace, lo dice y hace a la perfección.