Metronomy – Metronomy Forever (Because Music)
A Joseph Mount, alma pensante y brazo ejecutor de Metronomy, se le presentaba una difícil disyuntiva tras su último trabajo: alcanzado el éxito de manera inesperada con The English Riviera (2011), habiendo pasado de la fama años después en el estupendo e infravalorado Love Letters (2014), y con el sueño alcanzado de colaborar con su idolatrada Robyn en un corte del bailable y directo Summer 08, le surgió la posibilidad de producir el aclamado Honey (2018) de la cantante sueca, lo que le hizo sentir la tentación real de centrarse en esos menesteres y dejar de lado a su banda. Tal es así que cuando quiso dar forma a su nuevo disco, no era capaz de dar con la fórmula que le dejara satisfecho. Compuso diez canciones y las tiró a la basura. Volver a empezar.
Después de unos meses confusos y extraños, se involucró en todo lo que tuviera que ver con el sonido y el alma y de las composiciones: nada de productores externos; si incluso Robyn confió en mí, puedo resolver esto, debió pensar. Y de ahí surge la idea de este Metronomy Forever (19), un trabajo conceptual para escuchar de fondo según su autor, que versa sobre el amor como tema central (como casi siempre en su caso), y que abarca las múltiples facetas que vino enseñando en anteriores capítulos. Estamos ante una entrega ambiciosa en duración (ni más ni menos que diecisiete cortes) y exitosa en sus formas: ágil combinación de hits marca de la casa con interludios que actúan como puente y perfilan los recovecos de un viaje diseñado para experimentar sin prisas. Entre ambos extremos se sitúan algunas sorpresas que evocan (para bien) a Daft Punk o al dance más elegante y que despuntan entre lo más novedoso del conjunto (“Miracle Rooftop”, The Light”, “Ur Mixtape”).
Pronto se advierte la necesidad de colocar entre sus mejores hallazgos los estribillos de las sorprendentemente guitarreras “Lately” (cuyo divertido vídeo también ha sido dirigido por el polifacético Mount), “Wedding Bells” e “Insecurity”, crudas punzadas sobre la sensación de echar de menos a alguien y no saber si se es correspondido. En plena subida divisamos la cima, la definitiva “Salted Caramel Ice Cream”, que debería figurar desde ya en el top de mejores singles del año. Su ritmo, infeccioso como pocos, y su letra sexy y hedonista, la convierten en un triunfo seguro. Entendiendo el papel secundario de un puñado de temas que suman en el balance final como “Walking In The Dark”, la desnuda y bonita “Upset My Girlfriend” o de bromas algo exageradas como la de la pegajosa “Sex Emoji”, podremos concluir que por muy perdido que se encuentre nuestro inquieto protagonista, parece que siempre es capaz de encontrar una luz que le lleve a reunir material suficiente para seguir teniendo cosas que decir y, de paso, mantener al alza la vigencia de uno de los proyectos más singulares y consistentes de los salidos de las islas en lo que llevamos de siglo.
Escucha Metronomy – Metronomy Forever
Me ha dejado bastante fría. Me esperaba algo más