Morrissey – Barclaycard Arena (Madrid)
Era la primera vez que Morrissey venía a España en gira regular en sus 25 años como solista (en la de Vauxhall And I se rumoreó pero no llegó a suceder). Tras su paso por Madrid en 2008 formando parte del Saturday Night Fiber en el Auditorio Juan Carlos I junto a My Bloody Valentine, Mika o Siouxsie y un par de actuaciones Benicàssim (2006 y 2008) y Málaga (2004), el británico regresaba para presentar su último trabajo, World Peace is None of Your Business, que él mismo define como el mejor de su carrera, y a eso se ciñó; interpretando hasta ocho de sus temas en una noche en la que no llenó un aforo en torno a las 3.000 localidades ocupando el espacio de pista del Palacio de los Deportes.
Quienes le idolatramos desde épocas de The Smiths degustamos un concierto en el que su apabullante voz, que no se resiente al paso del tiempo, se vio acompañada del brío y la contundencia que aporta su increíble banda de acompañamiento dirigida por un siempre fino Bozz Boorer.
Sin teloneros, una pantalla amenizó la espera con una serie de vídeos seleccionados por el propio artista, por la que desfilaron Ramones, Nico, Charles Aznavour, su «The Bullfighter Dies» y un «Wayward Sisters» de Klaus Nomi que dio paso a Morrissey y a los suyos con camisetas con la leyenda «Mad in Madrid» y una trasera con sendas fotos de Isabel II haciendo una peineta. «Madrid tengo muy buenas noticias, hay algo que tengo que deciros…» y «The Queen Is Dead» abría una velada en la que tras la pasional «Speedway» su repertorio más reciente tomaba el protagonismo absoluto. «The Bullfighter Dies» (una de las canciones más ramplonas que le recordamos) volvió a convertirse en una reivindicación antitauria culminándola agitando una bandera con su leyenda y proclamando un expresivo «the shame of Spain/la vergüenza de España».
«Ganglord» oscura cara B del sencillo «The Youngest Was The Most Loved» sonó antes de los celebrados pasajes poperos «I´m Throwing My Arms Around Paris» y «You Have Killed Me», entre las cuales llegó una de las sorpresas de la noche, «Dissapointed» canción que en 1988 acompañó al sencillo «Everyday Is Like Sunday» y que terminó con otro guiño a sus incondicionales «This is the last song I will ever sing/Esta es la última canción que cantaré para siempre» a lo que el público espetó «Nooooo!» replicado con un hilarante «yes, yes, yes, yes…» de un Mozz menos charlatán que de costumbre.
A partir de ahí más de sus nuevas composiciones, destacando por encima del resto la melancólica «Istabul», la cristalina «Kiss Me A Lot» y una demoledora «I´m Not A Man» que con el público ya en el bolsillo, remató con la antes mencionada «Everyday Is Like Sunday» uno de los himnos más reconocibles de nuestra generación que nos condujo a un éxtasis colectivo coreando cada una de sus líneas.
A falta de temas de su brillante You Are The Quarry (2004) o de otras de sus glorias pasadas, disfrutamos plenamente de los tintes rockabilly de «Certain People I Know», volvimos a estremecernos con «Meat Is Murder» y su final ruidista y sobre todo, nos emocionamos con un bis 100% The Smiths con la delicada «Asleep» y una siempre efectiva «How Soon Is Now?» con la que terminó un show que nos dejó con ganas de mucho más, por nuestra habitual capacidad de idealizar a nuestros mitos.