Mulatu Astatke (Sala Apolo) Barcelona 09/02/22
Mucha expectación por ver al padre del jazz etíope, el gran Mulatu Astatke. La sala Apolo barcelonesa colgaba un sold out que bien merecía una propuesta tan estimulante como ingeniosa, que planta sus raíces en el folclore como en la vanguardia.
El octogenario Astatke es una figura esencial para entender la variante del jazz que nació allá por los sesenta, y se dio por llamar Ethio jazz, y que es una combinación entre las tonalidades pentatónicas de la música tradicional etíope con las del jazz clásico norteamericano, cuyo pilar en de inspiración de nuestro hombre sería Charlie Parker. Pero esta modalidad de jazz también bebe de los sonidos afrolatinos que hervían en Nueva York, así como de las sonoridades del jazz galáctico de la mano de John y Alice Coltrane. La serie de compilaciones de Éthiophiques pusiera en el ojo del huracán a este genial músico para el público occidental, y hasta nuestros días sigue sacando estupendos discos, y cada dos por tres sale al mercado algún recopilatorio con sus temas más conocidos.
Mulatu salía al escenario con paso lento, una vez que fuera anunciado como el rey del jazz etíope por parte de uno de los músicos que acompañan a nuestro hombre. En total eran ocho músicos, todos ellos excelentes que hicieron que las canciones llegaran a la audiencia como un crisol sinuoso de ritmos y armonías.
Las canciones se sucedieron en una hora y media de sonidos que fueron pura magia: “Dèwèl, “Nètsanèt” o “Motherland” fueron puntos de fuga de laberínticos solos de saxo y trompeta, más las sinuosas tonalidades que es capaz de sacar de xilófono el maestro etíope. “Mulatu” fue otro momento álgido, en donde las percusiones de raíz africana se medían con una sección de cuerda sin igual. Una velada difícil de olvidar.