Nada Surf + Waters – Sala Apolo (Barcelona)
El domingo es un día raro para ir de concierto, parece que no apetece mucho moverse de casa. Pero había curiosidad por ver qué tal iba a sonar en directo el nuevo proyecto del ex – Port O’Brien Van Pierszalowski, que bajo el nombre de Waters se presentaban en Barcelona como teloneros de Nada Surf. A pesar de demostrar una muy buena actitud sobre el escenario, el sonido no parecía querer acompañarles y al directo que entregaron, aunque potente y directo, acabó quedando algo plano. Y hacia el final me encontraba como en uno de esos partidos de fútbol donde uno acaba pidiendo la hora.
Tras apenas 15 minutos de espera llegaba la hora de Nada Surf, esa banda que, haga lo que haga en disco, cuenta con un buen puñado de incondicionales que van a abarrotar sus conciertos. Además, llegaba el momento de que los americanos pasaran la reválida sobre el escenario a un disco que ha encantado algunos y ha dejado algo frío a otros. Para la ocasión se presentaban con el equipo de gala, contando con la compañía de Doug Gillard (Guided By Voices) a la guitarra y Martin Wenk (Calexico) como multiinstrumentista.
Abrieron el concierto igual que se abre su The Stars Are Indiferent To Astronomy, con los dos temas más potentes: “Clear Eye Clouded Mind” y “Waiting for something”. Pero a pesar de esa maravillosa (esperen, que igual no queda claro MA-RA-VI-LLO-SA) guitarra de Doug Gillard, el sonido flojeaba y la voz de Caws sonaba mal.
A partir del tercer tema el sonido se enderezó y los americanos encarrilaron un concierto con un set list completito que incluyó desde esos himnos de su anterior Lucky que son “Whose Authority” o “Weightless”, la versión de “Evolution” de Mercromina o “80 windows” con una trompeta de Wenk que ponía los pelos de punta. Y en el que además sonaron enormes las nuevas, desde “Jules and Jim” (que ganó algunos puntos respecto al disco) a “Teenage dreams” o “When I was young”. Matthew Caws, hablador como siempre, chapurreando en su español de circunstancias.
Y cuando ya nos tenían en el bolsillo, cerrando con “See these bones” y un Ira Elliot desatado, remataron la faena magistralmente con un bis que incluyó la siempre efectiva “Always love” y un segundo bis con su (grandérrima, sí, sigue siendo de mis preferidas) “Popular”.
Está por llegar el día que Nada Surf hagan un concierto malo. Les he visto luchar contra sonidos infames y salas horribles, pero el tesón de Caws y compañía, unido al apoyo incondicional de sus fans y un puñado de temas para el recuerdo, consiguen poner siempre la sala patas arriba. Es lo que tienen. Valor seguro.