Neon Lights – Late (Auto)
Si hay alguna banda en el panorama nacional que ha sabido marcar bien los tiempos para llegar a publicar su primer disco en formato largo, esos son los murcianos Neon Lights. Con dos EPs autoeditados en los tres últimos años (Summer Sky, 2010 y Second chance, 2012) finalmente se han decidido a lanzar su primer LP: LATE. El tiempo les ha dado la razón en su apuesta por empezar poco a poco, aprendiendo y aplicando lo aprendido: recientemente han ganado el concurso Creajoven 2012, el álbum que nos ocupa se reseña en webs de todo el mundo y han conseguido ya tocar fuera de España.
Las razones más evidentes de esta aceptación son dos: la primera, un buen puñado de canciones, algunas de las cuales ya conocíamos de sus EPs, brillantemente escogidas para presentar un disco homogéneo y con personalidad; la segunda, una concreción en las formas y una apuesta clara por una identidad propia. Sus señas están claras desde el momento en que se escucha por primera vez «Unceasing atmosphere»: unas guitarras más afiladas y etéreas, la oscurecida voz de Javi Nieto, el omnipresente bajo de su hermano Dani, y unas estructuras más complejas que resultan en canciones más largas, con un fluir progresivo, que parten del post-punk pero se adentran a ratos en el post-rock. Las letras melancólicas son un instrumento más para recalcar, para intensificar si cabe, esa progresión.
Para la ocasión recuperan canciones como «Game over», retocada y mejorada, o «Red light-Shine on», un tema que aquí queda mejor arropado y, haciendo un juego de palabras con su título, brilla más a pesar de su oscuridad tan del estilo del primer post-punk. Y como no hay personalidad propia sin algo de variedad, incorporan ritmos más rápidos y efectos espaciales en «Another indie fraud», ofrecen un brillante y muy interesante instrumental («Our neighbours the demons»), o se marcan un homenaje a Magazine («Magazine – Edu’s coming») con un sonido realmente actual y moderno repleto de oportunísimos arreglos.
Párrafo aparte merece el trío final del álbum. «Jellyfish» es una balada que va creciendo a lo largo de sus 6 minutos hasta fundir los trabajos más delicados de Martin Gore para Depeche Mode con, digamos, el «Nothing else matters» de Metallica, creando (otra vez) una progresión inteligente a la vez que emotiva. «The leaving sun» es perfecta en su sencillez, con un sonido muy ochentero, y el cierre con «The fisherman and the scientist» impresiona por su belleza melancólica y por aguantar la tensión durante más de siete minutos sin aburrir, reflejando una madurez sorprendente para una banda que publica su primer LP.
No sé si han hecho lo más difícil porque, si llegar cuesta, mantenerse posiblemente cueste todavía más en estos tiempos de fugacidad. Pero de lo que no hay duda es que Neon Lights han trabajado mucho y bien su carrera para, sin prisa pero sin pausa, llegar hasta aquí. Ahora no es tiempo de exigencias para el futuro, sino de saborear una merecida recompensa. Esperamos que así sea.