Nikki Lane – Denim and Diamonds (New West Records)
Para bien o para mal no se complicó mucho las cosas, estructural y artísticamente, la magnífica vocalista Nikki Lane a la hora de elaborar su cuarto disco, Denim and Diamonds.
No puede negarse que su repertorio ofrece coletazos adherentes, electrizantes, y bastante aceptables a través del inicial rock and roll “First high”, del glam del tema-título “Denim and diamonds” o del blues-rockabilly “Black widow” (quizás, ésta última la mejor pieza del minutaje en cuestión); donde absolutamente siempre, el country sobrevuela en estos tres cortes y en el resto del LP.
Se atempera, levemente, la chica de Carolina del Sur (aunque residente en Nashville) a través del pop-rock de temas como las bastante estandarizadas “Born tough” y “Try harder” (en ambos casos aquí, con ecos vocales que evocan a la legendaria Stevie Nicks). Coquetea también la fémina norteamericana con el folk acústico durante la frágil “Live / Love” o en la aduanera “Chimayo”.
Por otro lado, se pone ella taciturna y se acerca a la pureza de su venerado country “outlaw” con la balada algo insulsa “Faded”; aferrándose aún más a este género y a variantes del mismo con “Good enough” y con “Pass it down”. Recordamos que esta misma textura musical, tan característica del Sur y del Oeste de Estados Unidos, ya la ejecutó, fielmente, Nikki Lane en sus LPs anteriores Walk of shame (2011), All or nothin’ (2014) o el aplaudido por la crítica, Highway Queen (2017).
Le han auxiliado a Nikki Lane, en su cometido, gente como Joshua Homme (integrante del grupo Queens of the Stone Age, el cual ha producido y mezclado el álbum y también ha tocado la guitarra), Robert Adam Stevenson (coros y sobre todo la ingeniería, en los Pink Duck Studios, en Burbank, California), Matt Pynn (pedal steel y guitarra eléctrica), Alain Moschulski (guitarras eléctrica y acústica; además de miembro de los propios Queens of the Stone Age), Michael Shuman (bajo y también de Queens of the Stone Age), Carla Azar (batería), Matt Helder (batería de Arctic Monkeys), Erika Orbison (coros), Leah Katz (violín y viola) o Daphne Chen (violín); entre otros/as integrantes del prestigioso equipo.
Sin embargo, a pesar de los insignes colaboradores, esta nueva obra de Nikki Lane no acaba de desbordar y aunque este LP guarda intenciones de llegar a algo duradero y de impacto, por contra, no rebasa la línea del mero entretenimiento y, sobre todo y en el fondo, tan solo alcanza un nivel y un sabor bastante convencionales, es decir, sin despuntar de modo sideral; neutralmente dicho. Tampoco ayuda a que conquiste un despegue singular el hecho de que se abrace demasiado la propia Lane, en casi todos los cortes, al formato radiofónico de 3 minutos.
De todos modos, se le agradece a Nikki Lane su nueva mentalidad de tipo algo más rockera y aún podemos esperar cosas altísimamente destacadas, creativamente, de esta talentosa mujer; originaria de Greenville City y nacida en 1983. No es que ella deba abandonar nunca su respetable y fija base de country alternativo, pienso yo, pero ya que Nikki empezó a desafiar a los más tradicionalistas de este género, desde 2011 a 2017 y a proponer ya, en 2022, diversas aleaciones estilísticas, pues tengamos fe en que Denim and Diamonds haya supuesto un primer pequeño paso en dirección hacia próximos álbumes suyos aún mucho más eclécticos, evolucionados, laberínticos, épicos y arriesgados.
Condiciones y medios posee, de sobra, Nikki Lane para lograrlo y para construir su definitiva y más grande odisea sónica, en tiempos futuros.